Efectos secundarios de fármacos: han de juzgarse siempre cuando haya daños
Las terribles secuelas que provocó el fármaco Talidomida fueron la primera y mayor calamidad en un caso de daños por medicamentos. Mi compañero abogado en el >, Francisco Almodóvar, ha intervenido en un debate sobre daños provocados por medicamentos organizado por el Colegio de Abogados de Madrid (ICAM). Y lo hizo como representante de la sección de derecho farmacéutico. Os cuento.
El abogado de la Asociación de Afectados por la Talidomida (AVITE), Ignacio Martínez y Francisco Almodóvar, intervinieron para exponer el desprecio que sufren los afectados de la Talidomida y de otros medicamentos por parte del Gobierno, de los jueces y de los laboratorios fabricantes de esos productos.
Francisco comentó que el caso de la Talidomida supuso la elaboración de legislación y principios éticos relacionados con los ensayos clínicos.
Los ginecólogos dieron carta blanca al fármaco Talidomida, tal y como hicieron con el dispositivo anticonceptivo de Bayer denominado Essure o como sucedió con el fármaco de Agreal, de Sanofi.
Francisco, reproduciendo la doctrina del abogado Manuel Amarilla en su libro Información Terapéutica al Ciudadano, expuso la necesidad de desligar la información clínica de la información terapéutica en fármacos.
Este ha de ser el primer paso para que el sistema de responsabilidad por daños por medicamentos sea más efectivo, consiguiendo mayor protección a la seguridad del ciudadano en el uso de fármacos», dijo.
¿Qué significa eso? Que el médico sabe mucho sobre el proceso clínico asistencial. Ahora bien, en el ámbito de los tratamientos -la información terapéutica sobre fármacos, sobre sus propiedades y buen uso-:
el galeno no debe ser el único avalista de una información que desconoce«, argumenta Francisco.
El médico es responsable tanto de la parte clínica como de la terapéutica. Sin embargo, el médico está formado solo para la parte clínica, para el acto clínico asistencial y no tanto para la terapéutica.
Los lobbies de las diferentes industrias, aseguradoras incluidas, han estado muy interesados en colocar al médico en el responsable de la información sobre el acto terapéutico con fármacos para promocionar sus tratamientos. Lo hacen sin contar con la intervención de un equipo multidisciplinar en el que el farmacéutico pueda tener participación activa.
[pullquote]Los médicos recetan fármacos que NO conocen bien. Esto interesa a la industria farmasanitaria: Situar al médico en el eje central para vender mejor sus productos.[/pullquote]
Lo interesante para mejorar la seguridad medicamentosa del ciudadano es que se determine y concrete el derecho a la información terapéutica en el ámbito de los fármacos.
Y eso se hace con un consentimiento informado real, actualizado, adecuado y responsable.
Otro punto interesante que se debatió es la prescripción en este tipo de casos de daños por fármacos, cuando ya no puede juzgarse un caso.
Cuando se trata de aspectos toxicológicos, en los que la fuente de la información la tiene guardada el laboratorio -es el que realiza los ensayos clínicos para documentar la eficacia y seguridad de sus productos- y como comenta con contundencia Almodóvar:
NO puede haber prescripción cuando hay un daño«.
Es el caso de la Talidomida los daños son, literalmente, evidentes.
El laboratorio -siempre según Almodóvar- ha tratado muy mal a las víctimas españolas al alegar la prescripción del caso».
El daño farmacológico no puede prescribir nunca, pues no se sabe las consecuencias durante el tiempo y en muchos planos de la vida que pueden tener los efectos secundarios que se padecen.
Pueden durar toda la vida, vaya.
La Audiencia Nacional y el Estado, siguen apoyando a las empresas farmacéuticas, en detrimento de las víctimas de la Talidomida y los demás productos sanitarios.
Una vergüenza que retrata al actual sistema de responsabilidad por daños derivados de los medicamentos.
Es necesario un cambio por parte de los jueces, fiscalías y administradores públicos.
Aunque en la base puedo estar de acuerdo con varias de las argumentaciones, creo que hay muchas incertidumbres sobre las que están intentando legislar.
La primera y más evidente es que falta una figura legal para el daño por medicamentos como la que existe por ejemplo en la FDA. Los jueces y muchas veces los abogados desconocen la parte científica y no pueden valorar realmente lo sucedido.
El caso de la Talidomida que es evidentemente muy desagradable y una pena enorme, desgraciadamente, no puede ser juzgado con la legislación actual. Esto no quiere decir que en mi opinión no haya que indemnizar a las víctimas pero hay que tener en cuenta que la empresa desarrolló el medicamento cumpliendo con la legislación vigente en ese momento que obviamente era absolutamente inadecuada.
Es cierto que algunos efectos adversos pueden ser irreversibles (muy pocos) pero demostrar la causalidad puede ser prácticamente imposible ya que la defensa podría nombrar innumerables sustancias que toxicológicamente pueden ocasionar daños similares o incluso peores (nitrosaminas en productos fritos, aceite de albahaca, tabaco, alcohol, cosméticos, productos de limpieza, pinturas….).
En resumen estoy de acuerdo con que no deben prescribir pero deben ser juzgados con el estado de la ciencia y legal de el momento en el que ocurrieron.
Actualmente hay situaciones que deberían ser juzgadas mucho más severamente como el caso del Depakine que podríamos considerar la nueva talidomida.
Un saludo