Lo que no incluye el precio de la cesta de la compra
Durante los últimos meses han aparecido en la prensa algunas informaciones que apuntan a que los alimentos ecológicos son muy caros, como intentando desprestigiar la producción ambientalmente respetuosa.
Citan, entre otros, un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que dice que la compra “bio” sale un 62% más cara que una compra clásica. Pues bien, lo primero que hay que explicar es que la comida convencional NO es la misma que la ecológica.
Los alimentos ecológicos tiene más nutrientes que los convencionales; más proteinas tanto en vegetales como en animales; más vitaminas las frutas y verduras; más minerales en las hortalizas, los granos y leguminosas; y mayor cantidad de antioxidantes en frutas y verduras y en el aceite de oliva, por ejemplo.
Todo ello los convierte en alimentos diferentes, mejores. Y no es que lo digamos nosotros. Lo dice la ciencia. Por ejemplo, los trabajos de Mª Dolores Raigón. Ella es Doctora en Ingeniería agrónoma por la Universidad Politécnica de Valencia, catedrática de química agrícola.
Raigón lleva años investigando diferentes alimentos y ha documentado que la alimentación ecológica es mejor por lo que digo: Ofrece más y mejores nutrientes (y muchas cosas más).
Los estudios realizados se han centrado en el análisis bromatológico de los alimentos “bio”. Esto es , su composición cualitativa y cuantitativa, el significado higiénico y toxicológico de las alteraciones y contaminaciones.
Se han estudiado alimentos frescos (frutas y verduras) producidos bajo un diseño comparativo en técnicas de producción ecológica y convencional, evaluando el contenido en materia seca, mineral, vitaminas, proteínas y de sustancias antioxidantes.
Además, en algunas hortalizas se han analizado también la concentración de antinutrientes, como los peligrosos para la salud nitratos. Con el mismo objetivo, también hemos estudiado la composición vinculada a la calidad de alimentos de origen animal, como son los huevos y la carne de conejo.
De esos trabajos se despredne que los alimentos ecológicos presentan mayor concentración en proteínas, (tanto en alimentos de origen animal como vegetal), mayor contenido vitamínico (en frutas y verduras), mayor contenido mineral (en frutas, verduras, y alimentos en grano, como leguminosas y cereales) y mayor nivel de sustancias antioxidantes (en frutas, verduras y en aceite de oliva).
Por otra parte, los alimentos ecológicos contienen mayor concentración en materia seca, que influye tanto en la mayor concentración nutricional, como en las mejores aptitudes en postcosecha. Es decir, en una manzana “bio” hay más manzana que en una convencional, que tiene más agua.
También recomiendo leer un libro: Come bien hoy, vive mejor mañana (Planeta, 2017). Lo escribe un médico francés, Henri Joyeux, oncólogo especialista en nutrición. En él, aporta un estudio novedoso que compara alimentos ecológicos con sus iguales en convencional.
Y también concluye que los alimentos procedentes de la agricultura ecológica son mejores, desde el punto de vista cualitativo, que los de la agricultura convencional. Las diferencias se aprecian en varios ámbitos que podéis leer en este post mío: Estudio novedoso documenta que los alimentos bio o ecológicos son mejores al resto.
Claro, un alimento mejor en cantidad y calidad es lógico que sea más caro. Además, los costes de producción del “bio” son mayores.
Por no citar el enorme impacto ambiental de la agricultura y ganadería normal.
La verdad es que en muchos casos los precios de los alimentos convencionales son excesivamente baratos y el productor vende a pérdidas o apenas percibe nada por su trabajo.
Y para finalizar está el problema de salud pública que genera la aliemntación actual. Si comemos porquerías desnaturalizadas, sin calidad, sin saber en realidad qué contienen, ¿qué estamos llevándonos a la boca?
Enfermamos de un montón de dolencias que solemos achacar a otros factores pero según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de las enfermedades del mundo “moderno” están relacionadas con una dieta contaminada. El precio por tratar esas enfermedades no está incluído en las cesta de la compra.