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Leqvio, el fármaco inyectable para combatir el colesterol «malo»: más marketing que ciencia y peligros desconocidos

Se llama Leqvio (inclisiran) y es el último invento para tratar el colesterol «malo». NO es una vacuna, aunque es inyectable, pero lo venden como tal. Como lo que publicábamos ayer: El nuevo tratamiento para la bronquiolitis infantil, Beyfortus: poco eficaz, caro y peligroso. Beyfortus NO es una vacuna (es un inyectable), pero las farmacéuticas usan la imagen de las vacunas como marketing.

Y ¿qué es entonces Leqvio? Pues un tratamiento que Sanidad financiará en los casos de mayor riesgo para la salud por tener el colesterol «malo» alto. Y lo podrán usar aquellos enfermos cardiovasculares que no logran bajar esas cifras por debajo de 100 mg/dl con los tratamientos ya disponibles -que también tienen sus cosas-, ni con la dieta y el ejercicio físico.

Dicen, desde Novartis -el laboratorio que lo vende- que es eficaz. Y también dicen -un cardiólogo que ha participado en los ensayos en España -pruebas que hace Novartis- que es muy seguro. El fármaco perfecto: «necesario», «efectivo» y «seguro». Esto ocurre SIEMPRE que se introduce un nuevo tratamiento en el mercado, luego empiezan los problemas.

De hecho, este medicamento lleva el triángulo negro que advierte que está sujeto a seguimiento adicional, lo que habla de su falta de seguridad.

También nos cuentan que este producto es «pura innovación terapéutica» porque se basa en una tecnología de ARN (material genético) similar a la empleada en las vacunas de Covid.

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Miedito da la cosa pues la mayor parte de muertes reconocidas oficialmente -por la Agencia Española de Medicamentos– son personas que se vacunaron con las de Pfizer y Moderna.

Lo que está por demostrar -los estudios están todavía en proceso- es que el fármaco reduce la mortalidad a largo plazo.

Esto sí sería interesante, porque de momento lo que tenemos es marketing para ir abriendo un nuevo mercado.

Su utilidad, eficacia y seguridad están por ver. El prospecto dice sobre esto último: «puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran».

Y no especifica cuáles… porque se desconocen.

Nos dicen también que Leqvio es muy cómodo pues solo hay que inyectárselo dos veces al año, pero el pequeño grupo de pacientes para los que podría estar indicado han de tener en cuenta que este inyectable no les exime de seguir tomando los fármacos para el colesterol «malo». Y son conocidos los riesgos y el mercadeo existente en torno a esos tratamientos: Las estatinas.

Estas están entre los fármacos más vendidos -lo toma actualmente una de cada cuatro personas-, pero las pruebas de sus beneficios para la salud siempre han sido débiles y ofrecen reacciones adversas graves. Hay especialistas incluso que piden su retirada del mercado.

Si sufre daños contacte con nosotros para analizar su caso.

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