¿Bombardear las nubes con yoduro de plata para que llueva más?

En la Sierra de Madrid, la Sierra de Guadarrama, ya no nieva como antes y para que vuelva a hacerlo y tener más agua en la región, a alguien se le ha ocurrido la idea de bombardear las nubes con yoduro de plata.

La noticia la da el diario ABC: La Comunidad de Madrid ultima el bombardeo de nubes en la sierra para provocar nevadas. Así nos enteramos de que el Canal de Isabel II va a solicitar permiso al Ministerio de Medio Ambiente para comenzar las pruebas para la «siembra de nubes».

Como informa el citado rotativo se trata de un experimento, vaya que no están seguros de lo que van a hacer. Pero lo que preparan es disparar un cohete desde el suelo con una especie de lanzadera que «debería hacer contacto con la nube» a una altura de entre 1.300 y 1.500 metros. En ese momento, el misil descargaría el yoduro de plata.

Si el experimento sale bien, se provocaría una reacción química que liberaría hidrógeno. Éste, a su vez, al combinarse con el oxígeno de la atmósfera, produciría nieve.

¡Qué puede salir mal! Bueno, cabe preguntarse primero por la eficacia de esta tecnología. En Nature los científicos han advertido que hay escasa evidencia sobre la efectividad de esta técnica.

Si bien varios experimentos rigurosos han mostrado incrementos moderados en la precipitación, no hay pruebas de que funcione en todas las ocasiones.

¿De qué incrementos hablamos? Pues la ONU estima que la siembra de nubes con pequeñas partículas de yoduro de plata puede aumentar las precipitaciones hasta en un 15 % en las condiciones adecuadas.

Os estaréis preguntando si esta técnica tiene algún impacto negativo. Pues bien desde ABC intentan tranquilizarnos a los que vivimos en la Sierra de Guadarrama:

No tendrá ningún tipo de impacto medioambiental negativo. El yoduro de plata es totalmente inocuo. Además, el agua del Canal está tratada en diferentes fases, por lo que su potabilidad está garantizada. Se trataría de ‘echar una mano’ a las nubes que se sitúan justo encima de las montañas de la sierra madrileña». 

Claro, nos cuentan que esta práctica no es dañina para los humanos, «siempre y cuando se respeten los límites establecidos». En otros espacios podemos leer que sí es tóxico, pero que su toxicidad para el medioambiente es «insignificante».

Lo cierto es que también hay estudios hechos en España sobre las campañas antigranizo (que también se hacen con yoduro de plata) y “si se acumulan grandes cantidades de materiales de siembra en el medio ambiente”, el yoduro de plata puede afectar “moderadamente” a la biota que vive en los ecosistemas terrestres y acuáticos.

Pero a ver. El problema no es que una sola sustancia tóxica pueda llegar a nuestro interior y que como lo hace una cantidad muy pequeña no suframos daño alguno, no. El problema es que nuestro interior contiene ya muchas sustancias tóxicas cotidianas, provenientes de la alimentación, de la contaminación ambiental, etc. Y se sabe que provocan el denominado «efecto cóctel».

Al mezclarse, algunos tóxicos potencian sus efectos no deseados. Así, varias sustancias por debajo de sus límites legales pueden causar un daño elevado. Este es el efecto cóctel. En este vídeo, el periodista especializado en tóxicos, Carlos de Prada, lo explica en pocas palabras:

Todo esto del bombardeo de las nubes para conseguir agua plantea algunas incógnitas y problemas:

-Uno de ellos es que no es fácil medir los resultados de una operación de bombardeo de nubes y podemos encontrarnos con se hubieran generado lluvias sin necesidad de los cohetes con yoduro de plata.

-Y que detrás de problemas tecnológicos también hay problemas sociales. Aquello de que nunca llueve a gusto de todos puede ser literal, pues la nubes bombardeadas ofrecerán unas precipitaciones a unos que ya otros no disfrutarán.

-Y como hemos visto, está la cuestión ambiental y de salud pública.