El edificio de los “horrolores” de Toledo que “mata” a los vecinos con sus olores fétidos
En la ciudad de Toledo existe un edificio, el María Cristina, en el que están un Burger King, un conocido hotel y viviendas. En sus bajos una fosa séptica, de la que emanan olores y gases fétidos e insalubres, hace la vida muy difícil a una treintena de familias.
Una de las afectadas, Margarita Girona (en las fotos), nos actualiza una situación que contamos bajo el título Vivir con emanaciones de olores y gases tóxicos debajo de tu casa. Es un caso de contaminación ambiental que llevamos en el y en breve, emprenderemos nuevas acciones legales:
“Pasa el tiempo, los días, semanas, meses e incluso los años se suceden. El tiempo transcurre y la penosa situación de las familias que residimos en el edificio María Cristina de Toledo sigue exactamente igual.
Trascendió a conocimiento público, allá por el comienzo de julio de 2022, que los residentes de las viviendas y locales de este edificio convivían en sus hogares y locales con una lamentable, penosa y horrible situación: soportar la contaminación ambiental que se producía como consecuencia de la inmisión de fétidos y pestilentes olores y gases provenientes de una fosa séptica que se encuentra en los sótanos de su edificio.
Transcurre el tiempo y algunos que conocen el tema nos preguntan: ¿qué, ya se ha arreglado vuestro problema? La respuesta es tajante: NO, TODO SIGUE IGUAL.
Bueno, no todo sigue exactamente igual pues los vecinos hemos podido demostrar que en nuestras viviendas se filtran no sólo asquerosos, fétidos y pestilentes hedores, sino que también gases muy nocivos para la salud.
Y esas inmisiones en ocasiones se producen dos y tres veces en un mismo día, que pueden ocurrir por las mañanas, a mediodía, por la tarde, por las noches e incluso de madrugada, perturbando su sueño y su descanso nocturno.
También hay novedades en cuestión de salud. En mi situación personal, como enferma crónica diagnosticada de Sensibilidad Química Múltiple (SQM) en un grado leve/moderado, ests problema de contaminación ambiental constante y sostenida en el tiempo, ha provocado un agravamiento y empeoramiento general en mi salud.
Y ello ha motivado una nueva revisión clínica cuya conclusión ha sido que la enfermedad ha pasado a un estadío grave en una escala de afectación IV/IV tras varias crisis graves de intoxicación por respirar ese ambiente contaminado por los olores y gases.
El empeoramiento en mi salud ha sido brutal, originando una larga temporada de sufrimiento físico y pérdida de autonomía que ha conllevado una dura invalidez y dependencia. Me he visto obligada a realizar diferentes tratamientos de detoxificación que, por supuesto, he tenido que costearme de mi bolsillo.
Por suerte, han ido haciendo efecto reduciendo la sintomatología y mejorando un poco mi estado de salud y preocupante situación.
Es inconcebible e incomprensible que una contaminación ambiental como la que sufrimos los residentes y trabajadores de este edificio perdure tanto en el tiempo y nada ni nadie mueva un dedo para ponerle remedio.
Por todo ello, hemos interpuesto un proceso especial de protección de derechos fundamentales contra el Ayuntamiento de Toledo que se está tramitando en estos momentos, aunque llevamos dos años esperando…
Y en breve, nos vamos a querellar por un delito de lesiones y contra el medio ambiente”.
Mi nombre es Ángel Pérez y vivo en el edificio María Cristina Nº1, desgraciadamente conocido como el edificio de los “horroolores”. La situación que describes es tal cual, no hace falta tener una enfermedad de ningún tipo para que estos olores pestilentes y nocivos condicionen nuestra vida. Es más, aunque no estemos enfermos solamente debemos seguir respirando estos gases tóxicos para que nuestra salud se degrade.
¿Alguien imagina cómo es vivir cuando irrumpe en nuestros hogares un pestilente y tóxico olor con horario impredecible? Esto es lo que sufrimos a diario, nos acostamos sin saber a qué hora nos despertará obligándonos a abrir las ventanas (invierno incluido) y esperar algunas horas a que la atmósfera vuelva a ser respirable.
Imaginen como se afrontan las obligaciones al día siguiente cuando no hemos podido conciliar el sueño. Pues dejen de imaginar porque es lo que vivimos a diario. Y, tristemente, y los responsables directos de dicha situación (bien como propietarios o usuarios del pozo negro causante de dichos olores pestilentes y tóxicos) son conocedores de los hechos y no hacen nada para remediarlo.
Situación que nos está obligando a tomar medidas que no nos gustarían para poder encontrar la paz que todo vecino debería tener en sus casas.
Gracias Margarita por tu dedicación, no estás sola, no desistiremos hasta que el olor pestilente, tóxico e insalubre desaparezca de nuestros hogares.
Gracias por escribir Ángel, es muy importante que Marga no se sienta sola pues está hacienbdo un gran trabajo en favor de toda la Comunidad. Suerte y seguiremos con las acciones legales y comunicando todo esto.