Un nuevo fármaco se une a la “moda” de adelgazar con inyecciones y pastillas
Son los medicamentos “de moda”. La ola de fármacos para adelgazar no para de crecer. Y sus peligros están anunciados. Son tratamientos, por lo general, empleados para la diabetes, pero que tienen ciertas propiedades para adelgazar (o eso dicen de manera interesada sus fabricantes).
El negocio, porque de lo que aquí tratamos en de dinero más que de salud, es tremendo: se prevén más de mil millones de personas con obesidad para el año 2030, según la Federación Mundial de Obesidad.
En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ya aprobó el uso de tirzepatida inyectable (marca Mounjaro) para el control crónico del peso en adultos con obesidad. El mismo fármaco, ya estaba autorizado para ser indicado en pacientes adultos con diabetes tipo 2.
A continuación, ha sido la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) la que ha dado el visto bueno para su comercialización. La “fiebre” por adelgazar con ellos comenzó con Ozempic que, como hemos contado, está cambiando incluso los hábitos de compra en los supermercados.
El problema es que estos fármacos están siendo mal utilizados. Ozempic fue aprobado en 2017 por la agencia de fármacos de Estados Unidos, la FDA, para tratar la diabetes tipo 2. NO para adelgazar.
Lo que ha conseguido Eli Lilly, el fabricante de Mounjaro, es un gran éxito del marketing: convencer a las autoridades sanitarias de que su producto sí que sirve para perder peso.
Marketing, ventas, inversores contentos, gran negocio, eficacia “impresionante” (de solo un 5% de pérdida de peso), pero cabe preguntarse, como hicimos hace unos meses: ¿Un fármaco para la diabetes como Ozempic que puede causar suicidio? Es decir, ¿a alguien le preocupa la seguridad de la población?
La ficha técnica (el documento al que hay que ir siempre que queramos conocer un fármaco) de Mounjaro, cita en su apartado de Advertencias y precauciones especiales de empleo la pancreatitis aguda. También la hipoglucemia y se ha asociado a reacciones adversas gastrointestinales, que pueden conducir a la deshidratación, que podría llevar a un deterioro de la función renal y a la insuficiencia renal aguda.
Pero no se ha estudiado en pacientes con enfermedad gastrointestinal grave. Como no se ha ensayado en pacientes con retinopatía diabética. Como no hay datos o son limitados relativos al uso de tirzepatida en mujeres embarazadas.
Además, se desconoce si tirzepatida se excreta en la leche materna. No se puede excluir un riesgo para los recién nacidos/lactantes. Y se desconoce el efecto de tirzepatida sobre la fertilidad en humanos.
En Estados Unidos la FDA advierte que no debe usarse en pacientes con historia personal o familiar de cáncer medular de tiroides, ni en pacientes con neoplasia endocrina múltiple tipo II. Muchas dudas sin resolver.
Y mientras se resuelven las dudas sí que sabemos que estos fármacos usados para perder peso, comienzan su periplo con el marchamo de “seguros” y luego van conociéndose sobre la marcha sus daños. Casi siempre es así. Leed Graves efectos secundarios de las nuevas píldoras para controlar el peso.
En fin, elegid otros métodos para adelgazar y no os la juguéis.