El efecto rebaño de las vacunas que solo ven los médicos que cobran de sus fabricantes
El 2023 está siendo un año muy intenso en el mundo de la vacunación. A lo largo de los últimos meses se han autorizado nuevos productos frente al virus respiratorio sincitial (VRS), el dengue, el Covid-19 o la malaria.
No voy a entrar ahora en el debate “vacunas sí, vacunas no”. Hay tantos matices… por eso escribí el libro Vacunas, las justas. Pero sí os voy a contar que uno de los lobbies preferidos por los laboratorios está muy activo en su campaña comercial.
El calendario español ha incorporado en 2023 vacunas como la del meningococo B, el virus del papiloma humano (VPH) en varones o la gripe en niños. Al lobby al que me refiero es la Asociación Española de Vacunología (AEV), cuyo presidente es Jaime Pérez.
Recientemente, dicha entidad ha celebrado un simposio cuyo objetivo final fue conseguir que las vacunas tengan “una mayor llegada”. Para ello, Pérez permite que la industria farmacéutica presente a sus asistentes las últimas novedades relacionadas con la vacunación frente a gripe, Covid-19, dengue, y virus respiratorios en adultos, entre otras.
Claro, Jaime Pérez cobra dinero de los principales laboratorios fabricantes de vacunas. Por ejemplo, hace poco declaró haber sido conferenciante en una reunión científica financiada por GSK (GlaxoSmithKline). Y también ha colaborado con Hipra, MSD, Novavax, Pfizer y Sequirus como ponente en actividades de formación. Son solo dos ejemplos.
El presidente de la AEV afirma que las vacunas cortan la transmisión de la enfermedad para la que se usa la vacuna. Si bien se refiere a determinadas vacunas, habría que analizar bien los prospectos de las mismas. Porque el de la varicela, marca Varivax, dice exactamente lo contrario:
las personas que han sido vacunadas con VARIVAX deben intentar evitar el contacto estrecho, hasta 6 semanas después de la vacunación”
Prospecto de Varivax.
Y advierten eso especialmente porque si el vacunado convive con una embarazada no protegida, la puede contagiar y producir malformaciones en el feto.
En ningún prospecto NINGÚN fabricante reporta el efecto rebaño, la protección de la comunidad gracias a quienes se vacunan. Ninguno reporta que su vacuna evite contagiar. Ninguno reporta la eficacia total del vacunado.
Por lo tanto, las autoridades sanitarias y los “comerciales pediátricos” que informan sobre supuestos beneficios que los fabricantes no declaran (siendo los primeros interesados en difundirlos) están haciendo publicidad engañosa.
En este caso los prospectos de las vacunas son muy importantes por lo que NO dicen y los que las publicitan, inventan. Pero, insistimos, es que reciben dinero de los productores de vacunas.