La Justicia investigará las cegueras provocadas por el producto sanitario Ala Octa
La Fiscalía General del Estado ha pedido a la Audiencia Nacional que investigue a varias empresas alemanas por la fabricación y comercialización del producto sanitario Ala Octa, aplicado en las operaciones de retina, y que produjo pérdida de visión y otros efectos adversos en los pacientes.
El producto ocasionó a los pacientes a quienes se les suministró efectos adversos para la salud como amaurosis (situación de no percepción de luz en el ojo operado), atrofia del nervio óptico (atrofia óptica), necrosis retiniana y fenómenos de oclusión vascular retiniana con posible envainamiento de la pared de los vasos sanguíneos de la retina.
Se ha documentado la existencia de deficiencias en la fabricación y carencias en los controles de seguridad de la materia prima y de los lotes fabricados.
El producto fue utilizado en 28 centros sanitarios españoles con un número total de 125 casos notificados.
Todo empezó en 2016, cuando conocimos la noticia de que al menos 32 personas se habían quedado ciegas por un producto oftalmológico, el perfluorooctano, comercializado bajo la marca Ala Octa.
Entraron en el quirófano por un desprendimiento de retina y no sólo no se lo curaron sino que se quedaron ciegas. Para siempre.
La cifra de pacientes con secuelas fue en un principio de 32 personas que con el paso del tiempo se elevó a 41. Pero luego la gravedad del caso se multiplicaba por cuatro. El Hospital Universitario de Canarias terminó un exhaustivo repaso de la operaciones de retina realizadas con partidas del producto y el resultado elevó la incidencia en la Isla de los ocho casos desvelados en su día a un total de 32.
Lo que pide ahora la Fiscalía es que todos los centros que usaron el producto comuniquen los posibles casos de dañados.
Todos ellos perdieron la visión del ojo en el que fueron intervenidos quirúrgicamente, lo que en muchos casos equivale a la ceguera total al operarse de los dos o sufrir algún mal en el otro ojo.
Los análisis toxicológicos fueron realizados en el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de Valladolid. Los lotes se consideraron potencialmente citotóxicos para las células del ojo a tenor de las diferencias observadas en términos de degeneración y muerte celular con respecto a los controles empleados.
Al elevadísimo porcentaje de resultados negativos en España se suman los de Francia, Bélgica o Alemania, donde también se detectaron esos daños.
La punta del iceberg de este problema ya había asomado antes. En 2013 se registraron, tanto en España como en Chile, casos con resultado de pérdida de visión en los pacientes operados de la retina en las que se usó perfluorooctano (entonces se comercializaba bajo otra marca).
De hecho, en septiembre de 2013, la propia Agencia Española de Medicamentos alertó sobre cuatro incidentes en un centro de Navarra relacionados con el producto Meroctane fabricado por Meran Turquía.
En el país americano fueron notificados siete casos. Pero el perfluoroctano volvió a los hospitales españoles, tanto públicos como privados, meses después, bajo la marca Ala Octa del fabricante alemán Alamedics.