La agricultura y la ecología no son incompatibles
Comentábamos ayer en el texto titulado Nuevos espacios de alimentación ecológica desafían las calumnias de la exministra de Francia Ségolène Royal, cuál podría ser una “solución” a la crisis que atraviesa el campo la producción agrícola y ganadera.
Pero no parece que vaya a ir por ahí, pues lo primero que ha hecho la Comisión Europa es retirar la ley que iba a reducir el uso de pesticidas tóxicos.
Claro que el ecológico no es el único problema del campo. Es uno de ellos, pues los productos químicos tóxicos usados en la agricultura convencional matan los “bichos”, a las personas y en definitiva, el campo.
En efecto, la crisis del campo es estructural. Las “tractoradas” que están produciéndose en diversos países europeos tienen que ver con la excesiva burocracia, la competencia de otros países que sufre el ámbito agrario, el aumento de costes y la inflación, la sequía provocada por la crisis climática…
Y sí, también con que el modelo de agricultura y ganadería industrial es insostenible y que cuando se producen problemas, las “soluciones” suelen ofrecerse a corto plazo por políticos que sienten la necesidad de salir del paso, y que en la mayor parte de los casos en la siguiente legislatura no estarán en su puesto.
Apoyamos a los agricultores que quieren vivir dignamente, pero exigimos el fin de los pesticidas que les están matando a ellos y a nosotros. Mucho que denigra la señora Royal la producción ecológica española, y allí el gobierno francés se ha plegado a los intereses del complejo agroindustrial al suspender el plan Ecophyto de reducción del uso de pesticidas tóxicos en un 50 % para 2030.
En lugar de apoyar la transición a un modelo agroecológico que es el único capaz de responder a los desafíos climáticos y de salud, el gobierno europeo está cediendo a los llamados de la gente más financiada y que recibe más ayudas, que es además el ámbito más ecocida del sector agrícola.
Estos anuncios no abordan los problemas a los que se enfrentan los agricultores y van en contra de lo que hay que hacer para detener el colapso de la vida. La agricultura y la ecología no son incompatibles. Y es que no promover una agricultura respetuosa con la vida es una decisión política e ideológica.
Como apuntan en mi cuenta de Telegram, la idealización del campo choca bastante con la realidad de las imágenes: maquinaria pesada y moderna, capaz de hacer pupa al Estado. En el campo se ha producido una criba brutal, orquestada por la UE, con concentración de propiedades, inversiones… un modelo casi de sector servicios basado en insumos, endeudamiento, subvenciones, tecnificación.
Y luego está el asunto de los precios:
Por todo esto, creo que debemos tender, al menos tender, a un modelo agroalimentario de producción ecológica y en el que el intercambio entre productor y consumidor sea lo más directo posible.