Una sentencia condena a Sanidad de Extremadura por los daños causados con la vacunación Covid-19
Una buena noticia del ámbito jurídico. Se ha confirmado la decisión que obliga al gobierno de Extremadura a compensar a una persona por los problemas de salud que sufrió después de recibir la vacuna Janssen durante la pandemia de Covid-19.
La nueva sentencia considera que se ha demostrado que hay una relación entre la vacunación y las secuelas que esta persona experimentó. La vacunación se hizo con la intención de proteger tanto a la persona como a la comunidad, ya que se buscaba frenar la propagación del virus. Por lo tanto, se considera que la sociedad en su conjunto debe hacerse cargo de los daños causados por esta vacunación.
El juez dice que ha quedado acreditado que las secuelas venían establecidas como no probables pero posibles por la vacunación, de ahí la existencia del nexo causal establecido en la instancia. Concluye la Sala que la responsabilidad se ha producido por un funcionamiento normal de la Administración derivada de la complicada situación de una gran mortalidad por la pandemia.
El título de imputación de la Administración es la salvaguardia de los intereses públicos, en este caso, el contagio, que afectaba a la sanidad pública, intereses generales que en muchos casos produce daños colaterales y ha dado lugar a que se establezca la responsabilidad por riesgo en quien pone en funcionamiento el mismo.
Incluso se desestima el recurso de apelación que presentó la Junta de Extremadura contra la sentencia número 21/24 del 4 de marzo del Juzgado Contencioso-Administrativo número 1 de Cáceres. Esto significa que se confirma la sentencia mencionada y la Justicia no toma ninguna decisión sobre los gastos generados en este segundo proceso.
Además, se puede presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. El recurso de casación es un tipo de recurso legal que se presenta ante un tribunal de mayor jerarquía, generalmente el Tribunal Supremo, con el objetivo de que revise y, en su caso, anule o modifique una sentencia dictada por un tribunal inferior.
Este recurso se centra principalmente en cuestiones de interpretación y aplicación del derecho, así como en la correcta valoración de los hechos y pruebas.
Yo no creo que ahora la Junta de Extremadura vaya a recurrir esta sentencia, no creo que quiera discutir sobre “cuestiones de interpretación y aplicación del derecho”.
Lo cierto es que es una sentencia bastante avanzada para cómo están las cosas con las vacunas en general y con las de la Covid en particular. Y me refiero a que se repitió incansablemente el mantra de que eran efectivas y seguras y como que todo el mundo tenía que ponérselas, y esta sentencia documenta que no, que como cualquier medicamento pueden causar daños.
Y digo que es bastante avanzada también porque, en los últimos años, algunos casos de graves efectos adversos relacionados con vacunas que han llegado a los juzgados, han sido desestimados en nombre de que es responsabilidad de cada uno saber qué se pincha.
Esta sentencia, como podéis ver, dice lo contrario: La sociedad es responsable porque el individuo se puso la vacuna pensando también en que se protegía al conjunto de la comunidad.
Aquí un ‘pura sangre’ cuya familia tomó la decisión de no vacunarse por las contradicciones que había. Primero, parecía lógico que si cualquier científico explicaba que una vacuna requiere unos años de prueba hasta conocer los efectos en seres humanos, aquí se estaban creando unas vacunas nuevas para algo nuevo a toda velocidad y a inocular directamente en humanos sin conocer qué efectos habría. Te decían que ya se habían probado en ALGUNOS y no pasaba nada. También era evidente que NADIE (ni médicos, ni gobiernos, ni farmacéuticas) te iba a asegurar un 100% de beneficio y que no tendrías efectos secundarios, porque era imposible saberlo. Con todo eso, yo mismo ya decidí no vacunarme. Luego ya vi noticias como la muerte de un militar en España reconocida por la vacuna, y las voces de algunos científicos y médicos que alertaban de posibles efectos secundarios con el tiempo.
Según la normativa vigente, nadie podía obligarte a meterte una vacuna sin tu consentimiento. Lo que hicieron es retorcer el discurso para crear un miedo insuperable en la población que al final acudió VOLUNTARIAMENTE a ponérsela. Era evidente que si te pasaba algo nadie se iba a hacer cargo. Bastaba ver cómo catalogaban los muertos CON Covid y no DE Covid.
A mí me llamaba mucho la gente que te decía «me la he puesto porque quiero viajar… entrar al cine… poder ir al bar…». Porque me parecían argumentos TAN banales, como para sacrificar tu propia salud por algo que nadie te confirmaba que fuera efectivo al 100%. Más sangrante en casos de gente que no había nunca viajado tanto como cuando nos liberaron… entiendo que hubo mucho miedo psicológico a otro encierro y de repente querían viajar y disfrutar de la vida. Pero creo que tomaron la decisión equivocada.
No creo que se consiga mucho más. El discurso siempre será que la vacuna ha salvado más vidas en proporción. A lo que yo siempre contesté: ya. Pero si te toca a ti ser uno de los de la minoría afectada… les va a dar igual. Y yo me estoy vacunando de una alergia y mi hija tiene todas sus vacunas. Pero en su momento con el Covid apliqué la lógica científica. Por precaución. Y creo que acerté.
Perfecto! Todavía no termino de creérmelo del todo: si todos los afectados hubieran tomado la misma conciencia del tema, la Big Pharma podría explotar, para bien del mundo.
Esta muy bien, también porque la decisión de ponerse la vacuna no fue del individuo, que sin embargo debe pagar con su salud los riesgos. Enhorabuena!