Las enfermedades respiratorias que son causadas por contaminantes que hay en el aire de tu casa
La contaminación del aire en el hogar es un problema de salud pública. Se estima que en 2020 la contaminación del aire doméstico causó 3,2 millones de muertes, incluyendo 237.000 niños menores de 5 años. Y cuando hablamos de enfermedades respiratorias tratamos sobre que el 19% de las muertes se deben a la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y el 23% de las muertes por EPOC se atribuye a la contaminación del aire doméstico.
Otro porcentaje elevado, el 21% de las muertes por contaminación del aire doméstico, se deben a infecciones de las vías respiratorias bajas. La exposición al aire doméstico contaminado casi duplica el riesgo de neumonía en la niñez y causa el 45% de las muertes por esa enfermedad en niños menores de 5 años. Y es un problema que parece que no le prestamos mucha atención si no estamos ya enfermos de asma, por ejemplo.
Enfermedades respiratorias
Las enfermedades respiratorias son uno de los síntomas más directos de la contaminación del aire en el hogar. Algunos de los trastornos más comunes son estos:
- Asma: La exposición a alérgenos y contaminantes puede provocar crisis asmáticas agudas e incrementar la severidad de los síntomas en personas ya diagnosticadas de asma.
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): Este grupo de enfermedades, que incluye bronquitis crónica y enfisema, puede verse exacerbado por la exposición continua a contaminantes del hogar.
- Infecciones respiratorias: Las infecciones como la neumonía y la bronquitis son más frecuentes en ambientes donde los niveles de calidad del aire son bajos.
Además de las patologías respiratorias, la contaminación del aire en el hogar también puede estar relacionada con otros problemas de salud que afectan a diversos sistemas de nuestro organismo:
- Enfermedades cardiovasculares: La exposición a partículas finas puede provocar o agravar afecciones cardíacas, aumentando el riesgo de infartos y derrames.
- Cáncer: La contaminación del aire, particularmente en espacios cerrados, se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de pulmón.
- Problemas neurológicos: Estudios emergentes sugieren que la exposición a contaminantes puede tener efectos adversos en el desarrollo cognitivo, especialmente en niños.
Principales fuentes de contaminantes en casa
Las fuentes de contaminación en el hogar pueden ser variadas y muchas de ellas son prácticas cotidianas que realizamos y que suelen pasar desapercibidas. Por ejemplo, el uso de combustibles sólidos. La quema de combustibles sólidos, como la leña o el carbón, es una de las principales fuentes de contaminación del aire en muchas viviendas. Estas prácticas son más comunes en países con acceso limitado a fuentes de energía más limpias. Pero en España también sabemos de intoxicaciones y cosas peores relacionadas, por ejemplo, con la mala combustión de uyan estufa.
La combustión de estos materiales genera grandes cantidades de partículas finas, como PM10 (aquellas con un diámetro aerodinámico igual o inferior a 10 μm micrómetros). Estas partículas se clasifican dentro de la fracción respirable o inhalable, ya que debido a su pequeño tamaño pueden ser inhaladas por el sistema respiratorio, pueden permanecer en el aire durante prolongados periodos si no hay una ventilación adecuada.
El uso de cocinas de gas, aunque se considera una alternativa más limpia que los combustibles sólidos, también contribuye a la contaminación del aire interior. En particular, la combustión del gas natural puede liberar dióxido de nitrógeno (NO2), que es conocido por sus efectos adversos sobre la salud respiratoria. Exponerse a niveles elevados de NO2 puede agravar enfermedades pulmonares y reducir la función pulmonar, especialmente en personas sensibles a ello.
Otro factor importante en la contaminación del aire del hogar son los productos de limpieza y los ambientadores. Muchos de estos productos contienen compuestos orgánicos volátiles (COV) que se evaporan fácilmente y pueden causar irritación en los ojos, la nariz y la garganta por los tóxicos que llevan. Es fundamental optar por limpiadores menos tóxicos y ventilar los espacios al usarlos.
Los materiales utilizados en la construcción y el mobiliario del hogar también pueden ser fuentes de contaminantes. Algunos materiales, como el formaldehído, pueden liberarse lentamente en el aire a lo largo del tiempo, contribuyendo a la contaminación interior. El formaldehído se encuentra en productos como tableros de partículas, muebles y revestimientos, y su exposición ha sido vinculada a problemas respiratorios y reacciones alérgicas. Es aconsejable elegir materiales que sean bajos en emisiones de COV para reducir este riesgo.
Tecnologías y combustibles alternativos
El uso de tecnologías y combustibles alternativos es fundamental para reducir la contaminación en los hogares. Se puede optar por cocinas de inducción que utilizan electricidad para calentar directamente las ollas y sartenes, eliminando la quema de combustibles. Los sistemas de calefacción eléctrica o de biomasa, suelo radiante, son más limpios en comparación con los combustibles fósiles tradicionales. Las energías renovables pueden proporcionar energía limpia para todas las necesidades del hogar, disminuyendo así el uso de combustibles contaminantes.
Estas tecnologías no solo disminuyen la emisión de contaminantes, sino que también ofrecen un ahorro a largo plazo y una dependencia menor de fuentes de energía insalubres.
La ventilación es vital para garantizar un aire fresco y limpio dentro de nuestras viviendas. Hay una ventilación natural, lo que es abrir ventanas y puertas durante las horas de menor polución exterior. Si es invierno, con 10 minutos es suficiente para que no se enfríen las paredes.
Luego están los sistemas de ventilación mecánica, que pueden ser instalados para garantizar un flujo de aire constante, filtrando partículas nocivas del aire interior. Y también están los extractores de aire, especialmente en baños y cocinas, ayudan a eliminar humedad y olores, mejorando la calidad del aire rápidamente.
Limpieza regular
Mantener la casa limpia es muy importante para reducir la acumulación de polvo y alérgenos. Se recomienda usar un paño húmedo para limpiar superficies y aspirar regularmente, evitando el uso de escobas que pueden dispersar el polvo en el aire. Además, es recordad limpiar y reemplazar los filtros de los sistemas de calefacción y aire acondicionado según las recomendaciones del fabricante.
Uso de purificadores naturales
Las plantas pueden ser excelentes purificadores naturales del aire. Algunas especies como los crisantemos, la hiedra, el philodendron y el aloe vera son particularmente efectivas para filtrar toxinas y mejorar la calidad del aire interior. Además, existen dispositivos innovadores como el Biow, un sistema de oxigenación celular y nanofiltrado para limpiar el aire del que ya os hemos hablado.
AQUÍ PON ALGUNA FOTO BUENA DEL BIOW
Mantener los niveles de humedad entre el 30% y el 50% ayuda a prevenir el crecimiento de moho y ácaros. En zonas demasiado húmedas es importante asegurar una ventilación adecuada y limpiar regularmente las áreas propensas a la acumulación de humedad.
Optar por productos de limpieza naturales o menos tóxicos puede reducir significativamente la exposición a químicos volátiles perjudiciales para la salud. Evitar el uso de ambientadores artificiales que llevan fragancias hechas con sustancias que pueden ser tóxicas también contribuye a mantener un aire más limpio en el hogar.
Por último, detalles como prohibir fumar dentro de casa (yo lo hago) es una medida que sin duda ayuda a mejorar la calidad del aire interior. Además, es recomendable minimizar el uso de materiales que emitan compuestos orgánicos volátiles (COV), como ciertas pinturas, barnices o alfombras. Con estas estrategias podemos crear un ambiente interior más saludable, reduciendo la exposición a contaminantes y mejorando nuestra calidad de vida.