#EsPopularPeroNoCiencia: La hipocresía de una campaña que ignora los peligros de la mala medicina
La campaña institucional #EsPopularPeroNoCiencia estás desarrollada por la Agencia española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), agencia adscrita al Ministerio de Sanidad. Representa más bien una burla de todo lo que no sea medicina convencional u oficial, la de las farmas y los lobbies sanitarios vaya. Esta de científica tiene más bien poco, pues usa de manera regular la Ciencia como marketing; solo les interesa la Ciencia si vende sus productos porque si los datos de sus ensayos clínicos (cuando los hacen) no cuadran con su codicia, los esconden.
Lanzada para advertir sobre los riesgos de las pseudoterapias (diría que de las NO sistémicas, pues estas campañas NUNCA atacan las pseudoterapias del Sistema sanitario que hay muuuchas), presenta varios aspectos cuestionables que merecen un análisis crítico.
En primer lugar, llama la atención la inversión de 87.000 euros en esta iniciativa, especialmente cuando el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, declaró recientemente que gastar dinero público en demostrar que la homeopatía no es ciencia es “un mal gasto de recursos”. Esta aparente contradicción sugiere una falta de coherencia en la política del Ministerio.
El contenido del anuncio también es objeto de crítica. Según el médico e investigador Vicente Baos, el spot “no recoge ni pseudoterapias ni desinformación” y se limita a presentar “tres situaciones irreales e irrisorias”. Tiene mérito que lo diga él que fue uno de los tres médicos que comenzó hace ya años la campaña contra la homeopatía. Se trató de una iniciativa llamada “No sin evidencia”, que surgió como respuesta al proceso de regularización de productos homeopáticos iniciado por la AEMPS.
Yo expresé mi acuerdo con algunos puntos del manifiesto, como la importancia de la evidencia científica en la medicina moderna y la necesidad de que los tratamientos demuestren eficacia y seguridad superiores al placebo. Y elogié la honestidad y autocrítica de Baos y sus colegas al reconocer que muy pocos prescriptores han recetado únicamente medicamentos verdaderamente eficaces y seguros durante toda su carrera.
Es más, las farmacias (y este blog) están llenas de ejemplos de medicamentos que no son lo eficaces que nos cuentan sus productores, y que en la mayor aparte de los casos son peligrosos: En la UE mueren al año 197.000 personas por reacciones adversas a fármacos.
Pseudoretapias oficiales
Esta nueva campaña de Sanidad, en lugar de abordar pseudoterapias reales y conocidas, utiliza ejemplos poco representativos que no reflejan la realidad de las prácticas sin base científica utilizadas en España. Además, la efectividad de la campaña también es cuestionable. Utilizar una “cancioncilla fácil” y apelar a la evidencia científica, un concepto que la mayoría de la población desconoce, puede no ser la estrategia más adecuada para educar y concienciar sobre los peligros de las pseudoterapias.
Mirad qué bonita tabla os ofrezco sobre varios casos de graves daños provocados por medicamentos (son solo una muestra pues como digo este blog puede ser el lugar del mundo con más info sobre los peligros de los fármacos). Siete ejemplos con datos concretos:
Producto | Fabricante | Consecuencias | Datos adicionales |
---|---|---|---|
Estatinas | Varios | Manipulación de datos científicos, convirtiendo a gente sana en “enfermos” | Millones de personas afectadas |
Xarelto (anticoagulante) | Bayer | 26.700 pleitos presentados | Decenas de miles de demandas en todo el mundo |
Paxil (antidepresivo) | GlaxoSmithKline (GSK) | Condenada por un caso de suicidio | Eficacia muy baja y efectos adversos enormes |
Vacuna del papiloma | GSK y Merck, Sharp & Dohme | Graves daños que llevaron a Japón a dejar de recomendarla | Otros países continúan ofertándola |
Essure y Mirena (anticonceptivos) | Bayer | Miles de demandas judiciales | Parte de los 26.700 pleitos mencionados |
Fosamax (para osteoporosis) | Organon | Necrosis de mandíbula, rotura de fémur | 5.500 demandas en EE.UU. |
Yaz y Yasmin (anticonceptivos) | Bayer | Trombosis | 2.300 demandas en EE.UU. |
Estos casos demuestran la preocupante frecuencia de daños graves causados por medicamentos aprobados oficialmente (en teoría vigilados por la AEMPS) y ampliamente utilizados, pero vaya que la culpa la tiene el limón:
¿Sabéis cuál es el fármaco más usado en España?: Nolotil (metamizol) puede provocar varios efectos secundarios graves, algunos potencialmente mortales como agranulocitosis, una disminución severa de glóbulos blancos que aumenta el riesgo de infecciones potencialmente fatales. O shock anafiláctico, una reacción alérgica grave que puede ser mortal. Se han notificado al menos 350 casos, incluyendo fallecimientos, pero la AEMPS no lo investiga.
Según Joan-Ramon Laporte, catedrático de Farmacología y una de las personas en todo el mundo que más sabe de daños por fármacos, aproximadamente 16.000 personas mueren en España cada año debido a los efectos adversos de los medicamentos. Esta cifra hace que los efectos adversos de los medicamentos sean la tercera causa de muerte en el país…
…mientras seguimos preocupados porque una persona con molestias en la garganta se ponga una bufanda blanca en el cuello.
Cientifismo
La evidencia científica es fundamental en medicina, pero el cientificismo o cientifismo (poner a la ciencia por encima de las personas y no al revés) presenta riesgos importantes.
La Medicina Basada en la Evidencia (MBE) busca aplicar pruebas científicas a la práctica clínica, reduciendo sesgos.
Sin embargo, su uso excesivo puede llevar a una deshumanización de la atención médica. En todo esto texto destaca dos problemas principales:
-La contaminación de la evidencia por intereses comerciales y políticos.
-La insuficiencia de las pruebas científicas para tomar decisiones médicas adecuadas.
La MBE puede en muchas ocasiones ignorar la singularidad de cada paciente al aplicar estándares generales. Esto beneficia a organizaciones sanitarias e industrias, pero perjudica al enfermo. El cientificismo, una fe ciega en la ciencia, amenaza con robotizar la sociedad y crear una “dictadura de los datos sanitarios”.
Extender este enfoque a la política podría llevar a un elitismo que socave la democracia real. Hay que advertir sobre los peligros de basar todas las decisiones en “evidencias científicas”, ya que estas pueden estar sesgadas por intereses económicos. La idea de una “política basada en evidencias” es potencialmente autoritaria.
En resumen, aunque la evidencia científica es valiosa, no debe ser el único factor en la toma de decisiones médicas o políticas. Es crucial mantener un equilibrio entre el conocimiento científico y la consideración de las necesidades individuales y valores humanos.
Excelente artículo, gracias.
¿Hasta cuándo seguirá habiendo tanta gente que confíe ciegamente en esta industria? No son los dueños de la verdad científica, sino del marketing. Lo científico les interesa solo cuando genera beneficios, y si no, simplemente lo ignoran o lo desacreditan. ¿Tan difícil es entenderlo?
Igual que todos saben que Rockefeller monopolizó la industria del petróleo, también debería ser de conocimiento común que utilizó su poder para transformar la medicina en un negocio altamente lucrativo. Esto comenzó con el famoso Informe Flexner de 1910, financiado por la Fundación Rockefeller y la Fundación Carnegie. Dicho informe reformó por completo las escuelas de medicina en Estados Unidos, cerrando aquellas que no se alineaban con la visión de la medicina “científica”, centrada exclusivamente en los fármacos y las intervenciones quirúrgicas, mientras eliminaba otras prácticas como la naturopatía o la homeopatía, consideradas entonces igual de válidas.
¿El resultado? La industria médica quedó diseñada para depender de medicamentos patentados, producidos por empresas farmacéuticas controladas por ellos mismos. De este modo, Rockefeller aseguró que la medicina convencional no solo tuviera un enfoque reduccionista, sino que generara enormes beneficios económicos al convertirse en el modelo dominante a nivel global.
Y hoy, más de un siglo después, seguimos viendo las consecuencias: una medicina que prioriza los síntomas sobre las causas y los tratamientos crónicos sobre las curas definitivas. Porque, al final, un paciente sano no es rentable, pero un cliente crónico sí lo es.
Es hora de cuestionarnos: ¿quién se beneficia realmente de nuestra salud?
Basta con mirar la cantidad de enfermedades y enfermos que hay en la actualidad. Es terrible.