La influencia de los químicos tóxicos en el déficit de atención y la hiperactividad
Se han escrito ríos de tinta sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), pero poco se comenta sobre la influencia de las sustancias químicas tóxicas en el mismo. Y existe evidencia que sugiere una relación entre la exposición a ciertos productos químicos tóxicos y un mayor riesgo de TDAH e hiperactividad:
- La exposición a disruptores endocrinos se ha asociado con un mayor riesgo de conductas relacionadas con el TDAH. Los disruptores endocrinos son sustancias químicas exógenas que alteran el equilibrio hormonal del organismo, interfiriendo con el sistema endocrino de tres formas principales: imitando a las mhormonas naturales, bloqueando receptores hormonales o afectando la síntesis y metabolismo de hormonas. Son los PCBs, dioxinas, bisfenol A, ftalatos, pesticidas y componentes de muchos productos cotidianos. Pueden causar problemas de salud como alteraciones en el neurodesarrollo, obesidad, diabetes, trastornos reproductivos y ciertos tipos de cáncer.
- Los ftalatos, especialmente aquellos con actividad antiandrogénica, se han relacionado con un aumento del 34% en el riesgo relativo de TDAH y específicamente con problemas de hiperactividad. Se encuentran en una amplia variedad de productos de uso cotidiano, incluyendo plásticos, envases de alimentos, cosméticos, productos de cuidado personal y materiales de construcción. También en alimentos, especialmente en aquellos envasados en plástico o con tapas que contienen gomas plásticas.
- Sustancias químicas en productos de cuidado personal se vincularon a un aumento del 25% en el riesgo de problemas de hiperactividad en jóvenes.
- Los diclorofenoles, comúnmente encontrados en pesticidas, se asociaron con un aumento del 22% en el riesgo de hiperactividad en adolescentes.
- Retardantes de llama bromados (BFRs) y per y polifluorocarbonos (PFCs) presentes en productos cotidianos también se han relacionado con posibles daños al desarrollo cerebral.
- Los colorantes artificiales en alimentos han sido vinculados al empeoramiento de los síntomas del TDAH en algunos niños.
Es importante destacar que los niños son especialmente susceptibles a estos efectos debido a su desarrollo en curso y mayor exposición relativa a estos químicos.
Metilfenidato, droga infantil
Y luego, en los grandes medios de comunicación nos cuentan que el desabastecimiento de metilfenidato, el principal fármaco para el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), se ha convertido en un problema grave en España y a nivel mundial.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha informado que el suministro no se normalizará hasta el primer semestre de 2025.Esta situación afecta a aproximadamente 150.000 niños y niñas con TDAH en España.
El metilfenidato es comercializado por tres laboratorios con diferentes nombres: Concerta (Janssen), Rubicrono (Laboratorios Rubió) y Atenza (Exeltis Healthcare). La Aemps atribuye la falta de suministro a “problemas de capacidad de las plantas de fabricación y aumento de la demanda global por encima de las previsiones”.
Janssen, por su parte, menciona “limitaciones de producción” y una “demanda creciente en múltiples mercados”. Muchos pacientes se han quedado sin medicación, lo que afecta su concentración, autorregulación emocional y gestión diaria. Pero claro, no se habla de la influencia de los tóxicos en el TDAH y no se mira si muchos niños medicados -con una potente droga como este medicamento- ya están intoxicados y el fármaco puede incluso dañarles más.
Controversia sobre el TDAH y su tratamiento
El TDAH y su tratamiento con metilfenidato han sido objeto de debate:
- Algunos expertos, como el Dr. Marino Pérez Álvarez, cuestionan el TDAH como entidad clínica que requiera diagnóstico y tratamiento farmacológico. Sería un “invento” de la industria farmacéutica para vender fármacos.
- Se ha sugerido que el aumento en diagnósticos de TDAH coincidió con la introducción del Concerta en 2004, planteando dudas sobre la influencia del marketing farmacéutico.
- Existen preocupaciones sobre la seguridad del metilfenidato:
- Una revisión de Cochrane señaló pruebas de baja calidad sobre su seguridad.
- Se han reportado efectos secundarios como insomnio, problemas de sueño y reducción del apetito.
- El 1,20% de los consumidores presentaron eventos adversos graves en estudios.
- La similitud del metilfenidato con la cocaína en términos de acción ha generado inquietudes adicionales.
Esta situación plantea interrogantes sobre la prevalencia real del TDAH, la eficacia y seguridad de su tratamiento farmacológico, y las estrategias de la industria farmacéutica en la promoción de estos medicamentos. Pero, insisto, antes de intoxicar el organismo con un medicamento, y además de la categoría de este, habría que ver si ese cuerpo está intoxicado por las miles de sustancias químicas sintéticas con las que convivimos desde antes incluso de nacer.