depresión ansiedad miguel jara antidepresivos
| |

Trastorno de adaptación y rumiación psicológica, el pozo sin fondo de las enfermedades mentales

Esto de las enfermedades mentales es que es un no parar, en todos los sentidos. En lo que me fijo últimamente es en los nuevos nombres de las mismas (o por lo menos nuevos para mí). Me cuenta un amigo que pidió a su médico de cabecera que le derivase al psicólogo. Ha tenido varias experiencias emocionales muy duras en los últimos años y se le ha juntado todo.

Bueno, pues desde abril que le dieron cita no pudo ver al psicólogo hasta septiembre. ¡Como para estar mal mal! Una vez ya en consulta me cuenta que el y la psico tardaron media hora, entre prisas, para buscar un diagnóstico que él no pretendía (él quería ser tratado como una persona, ser escuchado, no señalado), y que fue: Trastorno adaptativo.

Yo no había oído esto nunca, pero a ver, si te deja la novia, te echan del trabajo improcedentemente, te traiciona un amigo… pues cómo no vas a estar desadaptado.

Trastorno adaptativo

El trastorno adaptativo, también conocido como trastorno de adaptación, es una respuesta emocional o conductual a un evento o cambio estresante en la vida de una persona que se considera inadaptada o excesiva en comparación con lo que se esperaría normalmente. Los síntomas deben aparecer dentro de los tres meses siguientes al inicio del evento estresante y pueden incluir malestar significativo, pérdida de interés, tristeza, ansiedad, y alteraciones en el comportamiento.

Banner miguel jara abogados 1

¿A quién no le ha ocurrido esto, aunque sea un poquito? Los trastornos adaptativos se clasifican según los síntomas predominantes:

  • ¿Quién no ha estado con el ánimo depresivo? Con síntomas como tristeza, llanto y sentimientos de desesperanza.
  • ¿Quién no se ha sentido comido por el nerviosismo, la preocupación y el miedo a la separación?

El diagnóstico se basa en la aparición de síntomas emocionales o conductuales en respuesta a un factor estresante identificable. Estos síntomas deben ser clínicamente significativos, causando malestar intenso o deterioro funcional. 

El tratamiento generalmente incluye intervenciones psicosociales para ayudar al individuo a adaptarse al evento estresante, aunque también se pueden usar psicofármacos para aliviar los síntomas, ya sabéis lo dados que somos en España a atiborrarnos con estos.

El trastorno adaptativo está incluido en los principales sistemas de clasificación de enfermedades mentales, como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría, muy criticado por los claros conflictos de interés de sus redactores, y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud. Esta última también muy comprometida por la financiación privada que recibe.

Así que estas son algunas de las cosas que he aprendido sobre este trastorno nuevo para mí.

La “rumiación” mental

Otro aspecto psicológico que me ha llegado es la rumiación psicológica. Se trata de un proceso de pensamiento repetitivo y negativo que se asemeja al acto de rumiar de los animales. Este fenómeno implica “masticar” mentalmente los mismos pensamientos una y otra vez, en lugar de procesarlos y avanzar.

El síndrome de rumiación se caracteriza por pensamientos cíclicos y evaluaciones negativas sobre aspectos de la vida. Este proceso suele ser automático e inconsciente, desconectando a la persona del presente y atrapándola en un círculo vicioso de malestar emocional. Tiene varias características:

  • Contenido subjetivo basado en esquemas mentales personales
  • Juicios negativos hacia uno mismo
  • Estado emocional intenso que alimenta más pensamientos rumiantes
  • Proceso automático difícil de detectar

La rumiación es una estrategia disfuncional que lleva a la persona a la inacción al alejarse de la realidad, genera sufrimiento y suele conllevar cuadros ansiosos y depresivos. ¿Cómo se puede detener esa rumiación? La psicóloga Laura Palomares da algunas pautas:

  1. Reconocimiento: Identificar cuándo se está rumiando
  2. Cambio de foco: Dirigir la atención a otra actividad motivadora
  3. Respiración consciente: Concentrarse en la respiración para volver al presente
  4. Establecer límites: Pactar un tiempo para pensar en la preocupación
  5. Distracción: Realizar actividades placenteras para cambiar el foco mental

Pero a mí, volviendo un poco al principio de este texto, lo que me parece clave es que si alguien tiene este tipo de problemas, que supongo que serán muy comunes, tenga la ayuda psicológica necesaria. Ir a ver a un profesional que se tome la molestia de conocerte un poquito. También es importante que la Sanidad pública lo financie porque una sesión en el psicólogo la puede pagar cualquiera, pero cuando el asunto se pone mal no basta con una o dos sesiones, y eso ya no se lo puede permitir hoy todo el mundo.

Suscríbete a mi Newsletter

¡Y únete a mi comunidad!

¿Te apasiona la salud, la alimentación y la ecología? No te pierdas mis investigaciones exclusivas y análisis en profundidad. Suscríbete a mi newsletter y recibe contenido directamente en tu bandeja de entrada.

¡Suscríbete ahora y sé parte del cambio!

¡No hago spam! Lee mi política de privacidad para obtener más información.

Compártelo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *