Navidad miguel jara
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Excesos navideños: Cómo encontrar el equilibrio después de las comidas festivas

¿Cómo estáis llevando la navidad, estáis comiendo mucho, quizá en exceso? Apenas estamos en el ecuador de las fiestas navideñas y ya hay personas que se “quejan” de lo mucho que están comiendo, en un tono de mala conciencia. Es común que, tras estas fechas, muchas personas busquen formas de “depurarse”, “desintoxicarse” o perder el peso ganado.

Sin embargo, es crucial abordar este tema con rigor científico y desmitificar algunas creencias populares sobre la alimentación post-navideña.

El concepto de “desintoxicación” a través de la dieta es un mito muy extendido. En realidad, nuestro cuerpo está equipado con sistemas naturales de desintoxicación muy eficientes. El hígado, los riñones y el sistema digestivo trabajan constantemente para eliminar toxinas y mantener el equilibrio interno del organismo.

El hígado es el órgano principal en la desintoxicación del cuerpo. Procesa y filtra la sangre, metaboliza nutrientes y descompone sustancias potencialmente dañinas. Por ejemplo, el hígado puede metabolizar el alcohol en aproximadamente un día, dependiendo de la cantidad consumida y otros factores individuales. Los riñones filtran la sangre, eliminando desechos y exceso de agua a través de la orina. Estos órganos son fundamentales para mantener el equilibrio de electrolitos y la presión arterial.

El tracto digestivo no solo procesa los alimentos, sino que también actúa como una barrera contra toxinas y patógenos. La flora intestinal o microbiota juega un papel fundamental en este proceso, ayudando a metabolizar ciertos compuestos y fortaleciendo el sistema inmunológico.

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Alimentos y hábitos saludables

En lugar de enfocarse en dietas restrictivas o “detox”, es más beneficioso adoptar hábitos alimenticios equilibrados a largo plazo. Aquí os dejamos algunos consejos respaldados por la evidencia científica:

1. Frutas y verduras

Incorporad variedad de colores en vuestra dieta. Los diferentes pigmentos en frutas y verduras están asociados con diversos beneficios para la salud:

  • Verdes: ricos en clorofila, folatos y vitamina K.
  • Rojos: contienen licopeno, un potente antioxidante.
  • Naranjas y amarillos: fuentes de betacarotenos y vitamina C.
  • Morados: ricos en antocianinas, con propiedades antiinflamatorias.

Estos alimentos son ricos en nutrientes y fibra, lo que ayuda a la digestión y proporciona sensación de saciedad. Un estudio publicado en el International Journal of Epidemiology en 2017 encontró que consumir hasta diez porciones de frutas y verduras al día estaba asociado con una reducción significativa del riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.

2. Hidratación adecuada

Bebed agua regularmente. Aunque el agua con limón se ha popularizado como “detox”, no hay evidencia científica sólida que respalde sus supuestos beneficios especiales. Sin embargo, mantenerse bien hidratado es esencial para el funcionamiento óptimo del cuerpo, incluyendo los procesos de desintoxicación natural.

La cantidad de agua necesaria varía según el individuo, pero una regla general es beber lo suficiente para que la orina sea de color amarillo claro. Un estudio publicado en el Journal of Human Nutrition and Dietetics en 2016 encontró que aumentar el consumo de agua entre una y tres tazas diarias podría reducir la ingesta calórica total y el consumo de grasas saturadas, azúcares y sodio (sal).

3. Proteínas magras

Incluid fuentes de proteína como pescado, pollo, legumbres y huevos. Las proteínas tienen un alto efecto termogénico, lo que significa que el cuerpo gasta más energía para digerirlas. Además, las proteínas son esenciales para la reparación y mantenimiento de los tejidos corporales. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en 2015 mostró que una dieta alta en proteínas (1,2 g/kg de peso corporal) combinada con ejercicio de resistencia mejoraba la composición corporal y la fuerza muscular en adultos.

4. Granos integrales

Optad por cereales integrales en lugar de refinados para obtener más fibra y nutrientes. Los granos integrales proporcionan energía sostenida y ayudan a mantener niveles estables de azúcar en sangre. Una revisión sistemática publicada en British Medical Journal en 2016 encontró que el consumo de granos integrales estaba asociado con un menor riesgo de enfermedades coronarias, enfermedades cardiovasculares y cáncer total.

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5. Grasas saludables

Incluid en vuestra dieta fuentes de grasas saludables como aguacate, nueces, semillas y aceite de oliva.

Estas grasas son importantes para la absorción de vitaminas liposolubles y la producción de hormonas.

Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine en 2018 documentó que una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra virgen o nueces reducía significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares en personas con alto riesgo cardiovascular.

Es importante desmentir algunos mitos comunes sobre la alimentación post-navideña: No existen “alimentos milagro”. Ningún alimento específico puede “quemar grasa” o “desintoxicar” el cuerpo por sí solo. La pérdida de peso y la salud general dependen de un equilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético, junto con una dieta variada y nutritiva.

Pérdida de peso realista. Una pérdida de peso saludable y sostenible es de aproximadamente 0,5 kg por semana. Perder peso más rápidamente puede llevar a la pérdida de masa muscular y a un efecto rebote una vez que se vuelve a la alimentación normal.

Dietas restrictivas. Las dietas muy restrictivas o basadas en un solo alimento no son recomendables y pueden ser perjudiciales para la salud. Pueden llevar a deficiencias nutricionales y no son sostenibles a largo plazo.

El mito de las calorías nocturnas. Contrariamente a la creencia popular, comer por la noche no engorda más que comer durante el día. Lo que importa es el balance calórico total diario, no el momento en que se consumen las calorías.

Enfoque saludable post-navideño

En lugar de buscar soluciones rápidas, es mejor adoptar un enfoque más holístico y sostenible: Volver a la rutina. Restableced patrones de alimentación regulares y equilibrados. Esto incluye respetar los horarios de comidas y evitar el picoteo constante.

Actividad física regular. Incorporad ejercicio moderado de forma regular. La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa por semana para adultos. Un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine en 2019 concluyó que incluso pequeñas cantidades de actividad física, como caminar rápido durante 10 minutos al día, pueden tener beneficios significativos para la salud.

Atención a las porciones. Prestad atención al tamaño de las porciones. Utilizad platos más pequeños y comer de manera consciente puede ayudar a controlar las cantidades sin sentirse privado de alimentos.

Variedad nutricional. Consumid una dieta variada rica en vegetales (verduras, frutas y hortalizas), proteínas magras y granos integrales. La diversidad en la dieta asegura una amplia gama de nutrientes esenciales.

Manejo del estrés. El estrés puede llevar a comer en exceso o a elegir alimentos poco saludables. Incorporad técnicas de manejo del estrés como la meditación, el yoga o la respiración profunda.

Sueño adecuado. Aseguraos de dormir lo suficiente. La falta de sueño puede alterar las hormonas que regulan el apetito, llevando a un aumento en la ingesta calórica.

Planificación de comidas. Planificad las comidas con anticipación para evitar decisiones impulsivas y poco saludables cuando tengáis hambre.

Moderación, no privación. Permitiros disfrutar de vuestros alimentos favoritos con moderación. La privación total puede llevar a atracones y sentimientos de culpa.

Conclusión: Recordad que no hay necesidad de “castigar” al cuerpo por los excesos navideños. La clave está en volver gradualmente a hábitos saludables y sostenibles a largo plazo. La salud es un viaje, no un destino, y cada pequeño paso positivo cuenta.

En lugar de buscar soluciones rápidas o milagrosas, enfocaros en crear un estilo de vida equilibrado que incluya una alimentación variada y nutritiva, actividad física regular, manejo del estrés y descanso adecuado. Estos hábitos no solo os ayudarán a recuperaros de los excesos navideños, sino que también contribuirán a vuestra salud y bienestar general a largo plazo.

Y recordad consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en vuestra dieta o rutina de ejercicios, especialmente si tenéis problemas médicos concretos.

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