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La sobremedicalización del embarazo y parto: una epidemia de injerencia médica innecesaria

El médico Silvano Baztán publica un buen texto en su blog que critica la excesiva medicalización del embarazo y el parto, argumentando que la medicina moderna ha interferido demasiado en estos procesos naturales.

El autor expresa su preocupación por la alta tasa de cesáreas en España (25%) en comparación con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), (15%). También cuestiona la práctica de recomendar la extirpación de órganos reproductivos femeninos como medida preventiva.

Silvano, al que conozco desde hace muuuchos años, relata la experiencia de una paciente embarazada que se sintió intimidada por su ginecóloga al no vacunarse contra la tosferina. Critica la presión para vacunar a las mujeres embarazadas, cuestionando la seguridad de estas prácticas.

Sugiere que algunas actitudes negativas de los ginecólogos hacia las pacientes podrían estar relacionadas con conflictos personales o traumas familiares no resueltos. El texto, que en ese enlace os presento en vídeo, concluye abogando por un enfoque más natural del embarazo y el parto, instando a los médicos a intervenir solo cuando sea absolutamente necesario.

Medicalización de la vida

La medicalización del embarazo y el parto es un tema controvertido que ha generado debate en las últimas décadas. Aunque los avances médicos han contribuido significativamente a reducir la mortalidad materna e infantil, existe una creciente preocupación por la excesiva intervención en procesos que, en la mayoría de los casos, podrían desarrollarse de manera natural.

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La Organización Mundial de la Salud recomienda que la tasa de cesáreas no supere el 10-15% de los partos. Sin embargo, en muchos países, incluido España, esta cifra se supera ampliamente. En 2020, la tasa de cesáreas en España alcanzó el 26,6%, con variaciones significativas entre comunidades autónomas y entre la sanidad pública y privada.

Varios factores contribuyen al aumento de las intervenciones médicas durante el embarazo y el parto:

  1. Medicina defensiva: Muchos profesionales optan por intervenciones para evitar posibles complicaciones y litigios.
  2. Conveniencia: Las cesáreas programadas permiten una mejor planificación del personal médico, aunque no sean convenientes para el bebé y su madre.
  3. Tecnología: El uso rutinario de monitoreo fetal electrónico puede llevar a interpretaciones erróneas y a intervenciones innecesarias.
  4. Expectativas sociales: La percepción de que un parto medicalizado es más seguro y moderno.

Consecuencias de la medicalización

La excesiva intervención médica en el embarazo y el parto puede tener consecuencias negativas:

  1. Aumento de complicaciones: Las cesáreas, aunque necesarias en algunos casos, conllevan riesgos quirúrgicos y pueden complicar futuros embarazos.
  2. Impacto psicológico: Algunas mujeres experimentan trauma o decepción cuando sus partos no se desarrollan como esperaban debido a intervenciones médicas.
  3. Interferencia con el proceso natural: La cascada de intervenciones puede alterar el delicado equilibrio hormonal necesario para un parto natural.
  4. Costes sanitarios: Las intervenciones innecesarias aumentan los costes del sistema de salud.

En respuesta a la sobremedicalización ha surgido un movimiento global que aboga por un «parto respetado» o «humanizado». Este enfoque busca respetar las decisiones de la mujer; informar y empoderar a las mujeres para que tomen decisiones sobre su parto; minimizar intervenciones osea, realizar procedimientos médicos solo cuando sean necesarios; ambiente propicio para crear un entorno tranquilo y acogedor para el parto; y apoyo continuo para proporcionar acompañamiento emocional durante todo el proceso.

    El papel de las matronas

    Las matronas desempeñan un papel crucial en la promoción de un enfoque más natural del embarazo y el parto. En muchos países, como Holanda, donde las tasas de cesáreas son más bajas, las matronas atienden la mayoría de los embarazos y partos de bajo riesgo. Su enfoque se centra en:

    1. Atención personalizada: Adaptarse a las necesidades individuales de cada mujer.
    2. Educación prenatal: Preparar a las mujeres para el parto y la maternidad.
    3. Apoyo durante el parto: Ofrecer técnicas no farmacológicas para el manejo del dolor.
    4. Continuidad de cuidados: Seguimiento durante el embarazo, parto y posparto.

    La vacunación durante el embarazo es un tema controvertido. Aunque algunas vacunas, como la de la gripe y la tosferina, se recomiendan rutinariamente en muchos países, existe debate sobre su seguridad y eficacia. Es importante que las mujeres reciban información completa y objetiva para tomar decisiones informadas.

    Para abordar la sobremedicalización, es necesario un cambio en la formación médica y en la cultura hospitalaria. Esto implica:

    1. Educación basada en evidencias: Formar a los profesionales sobre los beneficios del parto natural y los riesgos de las intervenciones innecesarias.
    2. Habilidades de comunicación: Mejorar la capacidad de los médicos para informar y apoyar a las mujeres en sus decisiones.
    3. Trabajo en equipo: Fomentar la colaboración entre ginecólogos, matronas y otros profesionales de la salud.
    4. Actualización de protocolos: Revisar y actualizar las guías clínicas para reducir intervenciones innecesarias.

    Algunos países han implementado con éxito modelos de atención que promueven un enfoque más natural del embarazo y el parto: Holanda con un sistema que favorece los partos domiciliarios atendidos por matronas para embarazos de bajo riesgo. Reino Unido, donde las unidades de parto lideradas por matronas han demostrado buenos resultados y alta satisfacción de las usuarias. Suecia, con un enfoque centrado en la mujer y bajas tasas de intervenciones médicas.

      Consideraciones éticas

      La transición hacia un modelo menos medicalizado del embarazo y el parto plantea desafíos:

      Equilibrio entre seguridad y naturalidad: Encontrar el punto óptimo entre la intervención necesaria y el respeto por los procesos naturales.

      Respeto a la autonomía: Garantizar que las mujeres puedan tomar decisiones informadas sin presiones.

      Equidad en la atención: Asegurar que todas las mujeres, independientemente de su situación socioeconómica, tengan acceso a una atención de calidad.

      Manejo del riesgo: Desarrollar protocolos que permitan identificar y manejar adecuadamente los casos de alto riesgo sin sobremedicalizar los de bajo riesgo.

        En conclusión, mientras que los avances médicos han sido muy importantes para mejorar la salud materna e infantil, es necesario un enfoque más equilibrado que respete la naturaleza del embarazo y el parto. Esto implica un cambio de paradigma en la formación médica, en las políticas sanitarias y en la percepción social del parto.

        El objetivo debe ser proporcionar una atención centrada en la mujer, basada en evidencias científicas, que respete la fisiología natural del parto y que intervenga médicamente solo cuando sea necesario. Este enfoque no solo puede mejorar la experiencia de las mujeres, sino también conducir a mejores resultados de salud para madres y bebés.

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        Un comentario

        1. Aquí tenemos otro ejemplo de la injerencia de la OMS en la vida de las personas ¿Qué recomienda hacer menos cesáreas?¿Y quien es ella para recomendar nada?¿Por qué hay que hacerla caso?¿Todos eso señores han parido para saber lo que es mejor para la mujer?¿Por qué no puede decidir ella si quiere ó no una cesárea?
          Lo mismo pasa después, con la lactancia materna y demás metodología de la crianza del bebé. ¿Qué es eso de un manual para criarlo? Se sabe desde el inicio de los tiempos que los hijos dentro de una familia no se comportan igual en el comer, en el dormir, en el desarrollo, en cualquiera de sus facetas y, ahora, vienen unos señores a decirnos que tenemos que seguir un manual para criar a nuestros hijos. Es hora de que aprendan que «la experiencia es la madre de la ciencia» y ellos de aquella tienen poca

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