La Red de Oro de Pfizer en el sector sanitario español
En el año 2020, Pfizer destinó en España un total de 15.693.773,85 euros a 12.333 profesionales e instituciones médicas. Esta cifra, desglosada en el portal de transparencia de la propia compañía (la página ahora no está activa), pone de manifiesto la magnitud del flujo económico que la farmacéutica mantiene con el sector sanitario (ahí sí tenéis todos los datos).
Según los beneficiarios, estos pagos no generan conflictos de interés. Sin embargo, los datos invitan a reflexionar sobre la independencia de las decisiones médicas y científicas.
Beneficiarios «premium»
Entre los profesionales que recibieron mayores subvenciones directas se encuentran:
- Antoni Llombart Cussac (Instituto Valenciano de Oncología): 46.354 €.
- Pablo García Pavía (Cardiólogo): 61.259 €.
- Alejandro Soriano Voladomiu (Infecciosas en el Clínic de Barcelona): 65.032 €.
En cuanto a instituciones médicas, las más beneficiadas fueron:
- Fundación Española de Pediatría: 304.464 €.
- Fundación Instituto Estudios de la Ciencia: 304.464 €.
- Fundación Progreso y Salud: 359.220 €.
- FER (Navarra): 385.110 €.
Además, medios de comunicación y agencias publicitarias también figuran entre los receptores, como Ecoprensa, editora de eleconomista.es (8.000 €) y IKAROA NEWS AND CONSULTING SL, editora de diariofarma.com (17.150 €).

¿Filantropía o estrategia?
Pfizer ha argumentado que estas transferencias buscan apoyar la formación médica continua y proyectos sociales, algo que no es exclusivo del año 2020, ya que estas subvenciones suelen ser anuales. Sin embargo, la falta de una normativa centralizada en España para regular y hacer transparente estos pagos dificulta evaluar si realmente están libres de influencias.
La conexión entre Pfizer y su principal accionista, Bill Gates, también genera suspicacias. Gates es conocido por su participación en iniciativas globales como GAVI y COVAX, destinadas a garantizar el acceso equitativo a las vacunas. No obstante, su papel como inversor en una compañía señalada por conflictos éticos plantea preguntas sobre los verdaderos intereses que hay detrás de estas donaciones.
La pregunta clave
Con millones distribuidos entre médicos, hospitales y entidades privadas, cabe preguntarse: ¿trabajan estas instituciones por la salud pública o por mantener su acceso al “regalo” anual de Pfizer? La respuesta no es sencilla ni inmediata, pero lo que sí queda claro es la necesidad urgente de una mayor transparencia y regulación para evitar que los intereses económicos eclipsen la ética médica.
El debate está servido: ¿es posible garantizar decisiones médicas independientes cuando el dinero fluye desde quienes producen los tratamientos?