Casi seis millones de dólares en compensar los daños de la vacuna del papiloma
La organización estadounidense sin ánimo de lucro Judicial Watch, dedicada a la asistencia legal, ha conseguido información oficial del Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) sobre las compensaciones recibidas por las personas dañadas por la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). Nos lo cuenta Francisco Almodóvar, mi compañero en el .
Judicial Watch tuvo que demandar al Departamento de Salud estadounidense debido a que no hicieron caso de la solicitud inicial de petición de información. La demanda la basaron en la Ley Transparencia de los Estados Unidos. Finalmente, el Gobierno estadounidense ha proporcionado dicha información que nos hace llegar Judicial Watch:
· 49 personas compensadas por los daños que les han causado con esta vacuna (marcas Gardasil y Cervarix, fabricadas por GlaxoSmithKline y Sanofi Pasteur MSD.
· Importe pagado hasta ahora: 5,877,710 millones de dólares en compensaciones por daños a la víctimas de la controvertida vacuna VPH, incluidas los familiares de dos fallecidas. Unos 120.000 dólares por víctima.
· Hasta la fecha han sido 200 las peticiones de compensación al Sistema de Compensación de Daños por Vacunas, programa existente en EE.UU. y algunos países, como Reino Unido, pero no en España. Es decir, van 49 compensaciones de 200 peticiones. 92 solicitudes todavía están pendientes de resolver. De estas 92 peticiones, 87 son por daños y cinco por muertes.
· 59 peticiones han sido rechazadas. 57 eran por daños y dos por muertes.
Este sistema de compensación por daños ocasionados por las vacunas no entra a valorar la culpabilidad daño/vacuna. Es muy parecido al sistema español de responsabilidad extracontractual objetiva. Si se prueba la relación causal vacuna/daño = compensación. Ahí queda la cosa.
El sistema USA de compensación por los daños ocasionados por las vacunas responde a una iniciativa de las autoridades americanas que, junto con la industria farmacéutica, decidieron crear en su momento con el claro propósito de “estabilizar el mercado de las vacunas”.
¿Qué queremos decir con la palabra estabilizar el mercado de las vacunas? Es muy sencillo. En los años 80 del siglo pasado, numerosos estudios médicos comenzaron a cuestionar la “infabilidad” de las vacunas. Es decir, ensayos independientes demostraron que las vacunas podían causar reacciones adversas muy graves, las cuales cuestionaban el aurea de “100% eficaz” que la ciudadanía creía ver. Creencia más que ciencia.
Ante estos estudios, las víctimas y familiares de menores y/o fallecidos o incapaces, comenzaron a demandar “a mansalva”. El colapso judicial fue tal que hubo de crearse un tribunal especial para este tipo de daños provocados por las vacunas. La industria farmacéutica estaba perpleja. Las autoridades, imaginaros. Y con razón. Por un lado, habían ocultado muchos efectos adversos de las vacunas. Por otro, los datos de eficacia de las vacunas eran muy favorables para algunas vacunas.
La inmunización sintética/artificial ha sido y es un gran negocio. También ha sido, es y será una “preterapia”, un sistema de prevención destacado para evitar enfermedades. Ahora, el Sistema de Compensación de Daños por Vacunas ¿es eficaz o no? Pues según se mire.
¿Sería eficaz y bueno para que en España y otros países se creara un sistema de compensación de los daños provocados por las vacunas? Preguntad a los padres y madres de menores y bebés dañados, quizás de por vida, por una vacuna. La respuesta podría parecer sencilla y muchos supondréis que dirían que SÍ, que apostarían por este sistema de compensación. La realidad es otra.
En el Bufete tenemos la oportunidad de ayudar e ir de la mano con personas que están sufriendo esta situación. Os podemos asegurar que la respuesta no es sencilla. Todos quieren que se sepa la verdad. A todos les hubiera gustado que les informaran sobre los riesgos. Todos hubieran querido que el niño o el adolescente hubiera sido objeto de un test o análisis previo para ver el estado del sistema inmunológico. Todos quieren que alguien les pida perdón.
A nivel jurídico, mi opinión, es que no estaría mal crear un sistema parecido al americano o al británico. ¿Por qué? Pues porque en España y otros países tenemos un sistema judicial muy apropiado al peregrinaje por las diferentes instancias judiciales. No se facilita la búsqueda de Justicia.
Hay que avanzar hacia los derechos del ciudadano, por ejemplo, por el derecho al consentimiento informado; por el derecho a que los prospectos y ficha técnica reflejen datos reales; por el derecho a las pruebas inmunológicas previas a cualquier vacunación; por el derecho a una farmacovigilancia efectiva y transparente en cuanto a la información que ofrecen al ciudadano; por el derecho a que profesionales sanitarios utilicen el sistema de farmacovigilancia y eleven sospechas de Reacciones Adversas a los Medicamentos (RAM); por el derecho a un diseño adecuado de los ensayos clínicos; por el derecho a elevar la educación en vacunaciones; etcétera.
Lo bueno de este sistema de compensación es que se debería nutrir con fondos de la propia industria farmacéutica. En estos momentos, la mayoría de las sentencias en España por daños provocados por las vacunas han obligado a pagar a la Administración pública. El sistema de compensación permitiría acelerar las compensaciones por los daños. Ahora bien, no arregla nada en cuanto a los derechos de los ciudadanos. Podríamos intentarlo en España, no estaría mal, por lo menos, pensarlo y debatirlo.
Miguel, he leído sobre casos de daños causados por la vacuna, pero me gustaría saber si hay estudios sobre niñas que contraigan el virus después de vacunadas. Una amiga tiene una sobrina que a los dos años de vacunarse le han detectado el virus. Yo sospecho que puede haber sido contraído directamente a través de la vacuna. ¿Es eso posible?
Me parece muy bien, Miguel. Puede ser muy útil. De hecho creo que es “lo único que se puede hacer” porque lo demás, según están las leyes, es “utópico”. Según extraigo del libro de un periodista comprometido:
“Las corporaciones surgieron al comenzar la industrialización de los países más desarrollados, aproximadamente a partir de 1850. Al principio se trataba de un grupo de personas o capitalistas. En su origen, la finalidad de estas empresas era aportar un beneficio para la comunidad que de forma individual los ciudadanos no fueran capaces de proveerse a sí mismos. Pero la legislación que ampara su existencia estipula que su principal objetivo es «la búsqueda de su propio interés », equiparando «el interés de la corporación» con «el interés del accionariado». Y no hace mención alguna a su responsabilidad sobre el interés público. En la jerga jurídica se denomina a este derecho «responsabilidad limitada». Curiosamente, a la hora de asumir responsabilidades por el impacto social y medioambiental que sus actividades generan, todo se vuelve mucho más difuso. Por un lado están los accionistas (los dueños) y separadamente el equipo directivo (los gestores). Según establece la ley, los accionistas quedan absueltos de antemano ante cualquier irregularidad o delito que la corporación pueda cometer. Y lo mismo sucede con el comité ejecutivo. Estos quedan protegidos de las actividades ilegales realizadas por la empresa, a menos que pueda probarse que hayan sido los «autores intelectuales» de los actos punibles. De ahí que los tribunales de justicia tiendan a sancionar y condenar a la «persona jurídica» que representa la corporación, y no tanto a los seres humanos”.
Creo que el capitalismo nos ha llevado a esto: al final con el dinero basta.
Un saludo.