Pruebas científicas de que los alimentos ecológicos son más nutritivos y sanos
Ayer tratamos sobre nanomateriales peligrosos para la salud que hay en la comida. En mi espacio en LinkedIn comenzamos un animado debate que se centró en el precio superior de los alimentos ecológicos frente a los convencionales. Hoy os ofrezco un reciente gran estudio científico que asegura la mayor calidad de los «bio».
Es tema de conversación recurrente cuando tratamos sobre alimentos ecológicos o bio llegar al punto de la «queja» sobre su mayor precio. Estos alimentos, pese a ser más sencillos en su producción (no se usa tanta tecnología como para crear los convencionales), cuestan más y también tienen un mayor valor y se «hacen» más despacio, respetando los ritmos de la naturaleza agrícola y ganadera.
Lo de que son más saludables es claro, entiendo que supone la primera razón por la que progresa su éxito. Que son más respetuosos con la ecología no cabe duda tampoco y ello atrae a numeroso público que busca, además de ingerir, ser coherente con unas ideas y una sensibilidad.
No dudo que en el precio de los bio influyen prácticas económicas convencionales y cierta especulación que sería deseable desterrar. Es decir, podrían ser más baratos. Sí. También es cierto que quienes hacen el esfuerzo de desarrollar cooperativas de consumo ecológico se benefician de precios muchos mejores que casi se equiparan en algunos productos a sus pares convencionales.
La alimentación ecológica también promueve (y consigue) unas saludables relaciones económicas, más equidad entre actores al haber menos intermediarios, un tejido empresarial más localizado y asentado en el territorio, una economía no sólo más ecológica sino más social (por supuesto hay zonas oscuras, como en todos los ámbitos y sobre hemos de dar luz).
Lo que me trae a escribir estas líneas es que la demanda de alimentos orgánicos está impulsada en parte por la percepción de los consumidores de que son más nutritivos. Y es cierto, existen diferencias nutricionales significativas entre los alimentos ecológicos y los no ecológicos. Mediante el estudio que os muestro arriba se realizó un meta-análisis basado en 343 publicaciones revisadas.
Concluye que hay diferencias estadísticamente significativas. Lo más importante es que se encontraron concentraciones de una gama de antioxidantes tales como los polifenoles sustancialmente más altas en alimentos ecológicos:
ácidos fenólicos (19%), flavanonas (69%), estilbenos (28%), flavonas (26%), flavonoles (50%) y antocianinas (51%) respectivamente».
Muchos de estos compuestos han sido previamente relacionados con un menor riesgo de enfermedades crónicas, como las enfermedades neurodegenerativas, problemas cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Además, la frecuencia de aparición de residuos de plaguicidas se encontró que era cuatro veces mayor en los cultivos convencionales, que también contenían concentraciones significativamente más altas de cadmio que es un metal tóxico.
Esto me ha sorprendido pues los bio no pueden llevar residuos de plaguicidas, a no ser que estén contaminados por la actividad agrotóxicas de fincas cercanas a donde se han producido. Cosa a vigilar.
También se detectaron diferencias significativas de otros compuestos como minerales y vitaminas. Hay pruebas de que las concentraciones de antioxidantes más altos y menores concentraciones de cadmio están vinculados a las prácticas agronómicas específicas de la agricultura ecológica (por ejemplo, la no utilización de nitrógeno mineral y fertilizantes fosfatados).
En conclusión, los alimentos ecológicos en promedio, tienen una mayor concentración de antioxidantes, menores concentraciones de cadmio y una menor incidencia de residuos de plaguicidas que convencionales comparados en diferentes regiones y en temporadas distintas.
Probablemente los bio lleven alguna ventaja respecto a los productos de la agricultura que utiliza agroquímicos y fertilizantes convencionales. También es cierto que son sensiblemente más caros y que, por lo tanto, fuera del alcance de muchos potenciales consumidores. Podríamos agregar que tampoco existen controles confiables acerca del modo de producción de dichos alimentos, que muchas veces nos venden por orgánicos y que no lo son tanto. Pensar entonces que algunos ciudadanos consumen alimentos súper sanos ,otros alimentos de segunda calidad, otros alimentos que han caducado, y otros que ni eso, me lleva a pensar que un asunto tan delicado debería ser tratado de modo tal que el foco del problema ilumine el oscuro camino del hambre en el mundo, de los dueños de la tecnología para producir alimentos, sus métodos y consecuencias a mediano y largo plazo, los transgénicos, etc. La responsabilidad de los gobiernos y la conciencia de los ciudadanos, no sólo de aquellos que tienen la posibilidad de acceder a alimentos de calidad y saludables. Mañana estarán contaminados los ríos, el aire, los animales, todos los seres vivos de manera irreversible. Espero que no ocurra, es responsabilidad de todos.
Saludos.
Sobran las palabras !!!!
Argumento para quienes nos puedan discutir si la comida ecológica es o no más sana q la convencional.
http://youtu.be/pkN6OQtah5o
Muy simpática la exposición de la niña, pero la pregunta del final, cuál patata prefieres consumir, de respuesta obvia, no es la pregunta que deberíamos hacernos. Ese es un buen comercial para consumo de las clases medias con alguna capacidad de ahorro y un desarrollado espíritu ecológico, un poco egoísta y de miras muy acotadas. El problema de los alimentos en el mundo se debe de encarar de otro modo.
Saludos.