Las autoridades sanitarias protegen la vacuna del papiloma (en Colombia, España, el mundo)
Ocurre siempre que “huele” a escándalo sanitario protagonizado por un fármaco. Se niega la evidencia incluso antes de obtenerla. En concreto es ya largo el historial de desmentidos de las distintas autoridades sanitarias sobre la vacuna del papiloma. Cuando surgen posibles daños por esta vacuna los responsables de Sanidad del país que sea -Colombia, España…- niegan de manera sistemática que haya sido la vacuna. Es “segura” repiten. ¿Siguen el manual de comunicación de los laboratorios productores?
Cuando en marzo de 2009 en España se produjeron los primeros daños graves provocados por la vacuna del papiloma humano Sanidad salió a tranquilizar a la población asegurando que la vacuna “es segura”.
Entonces gobernaba los “socialistas”, el PSOE. Cinco años después Alicia Capilla, presidenta de la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP) y madre de una de las dos chicas afectadas por entonces, contempla que los responsables de Sanidad, ahora del Partido Popular (PP), repiten el mismo mantra.
Esta última nota de la Agencia EFE que enlazo tiene además su historia pues se produjo poco antes de la reunión que mantuvimos el pasado martes en el Ministerio de Sanidad la AAVP y el en calidad de representantes legales de la primera. Es decir, la persona que nos atendía a las 12:00h una hora antes estaba ya declarando ante la prensa que la vacuna es segura (pero tras la reunión no hizo declaración alguna y eso que su discurso fue bien distinto -en sentido positivo-).
En Colombia estos días asistimos a la misma puesta en escena. Se han atendido a casi 250 chicas presuntamente afectadas por la vacuna del papiloma. El ministro de Sanidad dice que el medicamento es seguro. Alejandro Gaviria, comenta en concreto que
el plan de implementación de vacunación contra el VPH es una política pública seria y con todos los argumentos científicos. Se ha tenido, dijo, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)”.
Pero ya que menta a la OMS ésta sugiere su uso
cuando la incidencia de la enfermedad es alta y cuando la vacuna es rentable y su aplicación asequible y sostenible”. Y también “como parte de un enfoque integral de prevención y control del cáncer de cuello uterino”.
En Colombia la muerte por cáncer de cuello de útero es de 10 por 100.000. Allí se repite otro de los mantras de los fabricantes de la vacuna que dice que es el segundo cáncer en número de muertes. No conozco las cifras colombianas pero en España sonó la misma canción y el médico Vicente Baos, con datos del Ministerio de Sanidad, demostró que NO era cierto. Este cáncer existe y mata pero en España es la sexta causa de muerte por cáncer, claro que eso impresiona menos que comunicar que es la segunda.
El médico Juan Gérvas también ha criticado la aplicación de la vacuna en el contexto español y puede servir para el colombiano (aunque las cifras de prevalencia en el país americano son superiores).
Sobre el plan de aplicación de esta vacuna por el Gobierno colombiano pienso que responde más bien a criterios políticos el hacerla obligatoria y gratuita. Se da gusto así a los fabricantes.
En España mueren dos mujeres por cada 100.000 de este tipo de cáncer. En Colombia hemos escrito que diez. Pero ¿cuántas personas creéis que se reconocen como fallecidas por cada 100.000 vacunados del papiloma humano?
Una, si nos atenemos a lo que cuenta alguien nada sospechoso de crítico con la vacuna como es el presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), José María Lailla. Podéis verlo en este vídeo que ha ubicado estos días el diario Levante.
Desde luego, como el dato sea 1/100.000 dosis como dice Lailla, es tremendo y todavía más al considerar que una persona debería de recibir tres dosis por pauta completa de vacunación.
No quiero terminar este post sin recordar que otro de los mantras que está repitiendo el Gobierno colombiano como en su día y hoy repiten fuentes oficiales españolas: las niñas se inventan los desmayos y sus daños. A finales de abril de 2009, dos meses y medio después de los primeros casos de reacciones adversas en España, se realizó un foro en Francia que reunió a expertos internacionales que afirmaron que los problemas de salud que sufrían las dos niñas de Valencia no estaban relacionados con la vacuna.
Los ponentes sugirieron que las menores habían sufrido un “Síndrome de Conversión”, algo así como la histórica histeria. Vaya que las chicas o estaban locas o se lo hicieron. La noticia fue reproducida por muchos medios de comunicación y en cierto modo ese hito significó el “cierre del caso”. Pero lo que no recogió la prensa como debía fue que la convocatoria francesa estuvo patrocinada por las multinacionales farmacéuticas que fabrican las dos marcas de vacunas contra el VPH.
Así lo hizo Pilar G. del Burgo en el diario Información de Alicante. Sólo había que ver la página web de la Fundación Mérieux, organizadora del evento científico, para comprobar que entre sus socios financieros se encuentran Sanofi Pasteur MSD y GlaxoSmithKline, productores de las dos vacunas del papiloma Gardasil y Cervarix, además de otros laboratorios e instituciones dedicadas a la vacunación masiva y sistemática. Prácticamente al alimón el Ministerio de Sanidad daba carpetazo al asunto.
Estimado Dr. Sarmiento (Colombia), ustedes, los médicos y epidemiólogos llamados a trabajar en el análisis de los casos de las niñas colombianas afectadas, tienen un problema de partida para ser creíbles, y es que acuden a la atención sanitaria de esas niñas con demasiados prejuicios. El principal, el considerar que la vacuna del papiloma es extraordinariamente segura y que por tanto no puede causar ningún efecto grave, negando de forma sistemática, antes de realizar los estudios pertinentes, que la vacuna sea la causa de cualquier afectación. Junto con las autoridades sanitarias repiten como una letanía que la vacuna no es la causa. Por tanto, nada nuevo bajo el sol. Su diagnóstico es el esperable.
No seré yo quien crea que ha llegado a este blog por una coincidencia. Más bien creo en la intencionalidad de entrar aquí con su comentario para aparentar una normalidad con la vacuna VPH que desde luego en la realidad no existe. Usted sabe que no es normal lo que está ocurriendo con esta vacuna. Mucho más en su país, Colombia, donde de momento no han sido capaces de descifrar qué ocurre con tantas niñas afectadas -por cierto, con efectos coincidentes a los que presentan niñas y jóvenes afectadas por la vacuna en otros tantos países-.
Usted anda un tanto perdido, como muchos de su gremio. Si ha entrado por aquí para ver cómo enfrentar a los movimientos antivacunas, sepa que lo lleva crudo. No somos per se antivacunas, pero sabemos que muchas de las que ofrece el mercado no son para la salud, sino para el negocio. Repito, puro mercado.
Un consejo: no pierdan el tiempo en buscar excusas que no remedian nada. Lo principal es atender a las niñas colombianas afectadas. El tiempo apremia, cuanto más lo pierdan más costará la recuperación de la salud de estas niñas.
Respetado Señor Jara.
Coincidencialmente llegué a su página. Soy Colombiano, medico epidemiólogo y hago parte del grupo de científicos que trabajó en el análisis de los casos de las niñas supuestamente afectadas por la vacuna anti VPH en Colombia. Si bien es cierto que todas las sustancias pueden causar efectos adversos, la investigación realizada hasta ahora muestra que la vacuna no es la causante de las consecuencias. Sin embargo, a pesar de que en este caso no encontramos relación por razones muy claras que con gusto discutiría con usted, si sabemos que algo pasa en ese pueblo, pero todo tiende a mostrarnos que hay factores de otro índole que pueden causar el problema (sociales, económicos, etc.)
Yo también soy un buscador de la verdad, como varios de mis compañeros y ninguno tiene vínculos con la industria farmacéutica. Tengo un gran interés en conocer más acerca de sus puntos de vista, o información con el fin de poder entender mas a los movimientos antivacunas, y quizás continuar en contacto. Muchas Gracias.
Estimado Francisco, gracias por escribir. Por supuesto que tomo su palabra y estamos desde ya en contacto para seguir este asunto. Un matiz, yo no pertenezco a ningún “grupo antivacuna” sí soy una persona crítica con muchos medicamentos y en especial con esta vacuna. Tampoco he escrito que haya una relación de causalidad en este caso. Veamos lo que nos puede aportar, claro. También le adelanto que una Universidad de su país me ha invitado a un encuentro con especialistas e interesados en el asunto le tendré informado.
Dr. Sarmiento, si las razones por las que no encuentran relación con la vacuna son tan claras como usted dice, no creo que tenga gran dificultad en enumerarlas aquí. Sería muy interesante e informativo.
http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/ninas-enfermas-en-carmen-de-bolivar-por-vacuna-contra-el-papiloma/14462537
Ahora algún experto está soltando que es ansiedad colectiva. Vaya tema, qué poca vergüenza, quizá hasta duerman a pierna suelta. Mientras tanto ¿quién pone remedio a este descalabro a la salud de tantas niñas inocentes?
Estoy de acuerdo, Miguel. No hay que tener una postura demagógica ni fundamentalista con las vacunas. Pero si te fijas bien, demagogia y fundamentalismo es lo que practican la mayoría de autoridades sanitarias con la vacuna del papiloma, que la defienden como necesaria, efectiva y segura, sin serlo, simplemente porque es una vacuna.
Hola Miguel, soy Colombiana y te agradezco mucho tu interes por este tema que actualmente tiene en vilo a mi pais (menos al Gobierno). Ya son miles las niñas que han recibido estas dosis y su salud ahora va de mal en peor, es triste decirlos para ya hay niñas que han perdido el movimiento de sus extremidades. Lo mas doloroso del caso es que el Gobierno solo se jacta en decir que la vacuna es “SEGURA” solo porque esta avalada por instituciones de control reconocidas. En mi opinion detras de esto hay mucho mas y lo que mas me duele es ver que los mas afectados son las personas mas vulnerables del pais.
Gracias por su preocupacion respecto a este tema y por no callar, ojala fueran muchos como usted en Colombia.
Que puedo decir de la desfachatez con que se esta manejando este genocidio con las vacunas cervarix y gardasil al igual que con otros medicamentos y alimentos, nos matan. Con cuanta porqueria se les ocurre, pero la verdad prevalecera y cuando se incrementen. Estos sucesos muchos abriran los ojos y veremos caer a tantos que hoy protegen esta basura por un puñado de billetes.
Hablar de genocidio a causa de las vacunas no hace más que debilitar el verdadero significado del término. Tampoco decir ‘basura’ o ‘porquería’ ayuda para nada en este contexto.
Estoy de acuerdo, no puede meterse en el mismo saco todas las vacunas. Es una postura demagógica y fundamentalista. Que muchos medicamentos sean pelotazos económicos no puede cegarnos pues existen otros muchos que sí son útiles.
Miguel, decir que las vacunas son peligrosas y que además no funcionan no es ser un fundamentalista, es tener una opinión diferente.
El debate se termina con descalificaciones como las que acabas de hacer.
Estoy de acuerdo completamente con Nicolas Haydin. Como bien dice Alberto la verdad prevalecerá, saldrá a la luz más tarde o temprano. En ese momento veremos si adjetivos como: genocidio y basura son adecuados o no. Quien sabe, lo mismo incluso se quedan cortos…
¡No me diga! ¿Y desde cuándo los conspiranoicos fundamentalistas ignoarntes “debaten”? ¿No me diga que también hacen ciencia? ¿Por qué no empiezan por demostrar cómo es que el Gardasil “mata”? ¿No? ¿O por qué no nos explocan de una vez por todas cómo es que la triple viral causa autismo? ¿Tampoco, fundamentalista? ¡Siga “debatiendo”, ludita!
¿Desfachatez? Desfachatez es decir que el excelenete, importantísimo y determinante avance científico de la vacuna contra el papiloma es un genocidio. ¡CIENCIA, CIENCIA, CIENCIA Y MÁS CIENCIA CONTRA LA SINRAZÓN CONSPIRANOICA!
Patético y muy ilustrativo este comentario. No se si me da risa o pena ver el nivel que denota, tal vez ambas cosas. No me molesto en añadir nada más.
Elías, no creo que te sorprendan las palabras de Luz Marina. Es todo un ejemplo de practicante de una nueva religión, la cientificista, que de ciencia tiene la desfachatez para vender humo.
Ya que cuando hablan de la vacuna VPH quieren referirse a la ciencia, vayamos a las evidencias:
– ¿Cuántos casos de cáncer cérvico-uterino ha evitado -en presente y pasado, no vale contabilizar los imaginados a futuro- la vacuna que se administra?
– ¿Cuántos casos de personas afectadas con efectos adversos a la vacuna se han producido?
Ah, que ellos dicen que ninguno. Pues entonces, ya me dirán como, con la ciencia en la mano, creen más en lo que no ven, porque todavía no ha ocurrido, que en lo que ha ocurrido y está ocurriendo ahora mismo ante sus mismas narices -con todos los respetos-.
¿Por qué dicen ciencia cuando quieren aludir al mercado?