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Las propuestas políticas en Salud y sanidad que no suelen contemplarse

Tiempo de elecciones en España. El próximo domingo 24 de mayo municipales y autonómicas. Seguro que va a haber sorpresas. Algunas ya están anunciadas. Lo que echo de menos es mayor profundidad en los temas de salud y sanidad en los diferentes programas de los partidos, incluidos los que se han propuesto cambiar el tablero de juego. Aquí van algunas propuestas concretas.

Vaya por delante que para mí es diferente apostar por la salud que gestionar la sanidad. La salud es un valor en sí. La tenemos o no la tenemos. Cuando carecemos de ella intervene lo sanitario o la sanidad. Pocos partidos políticos se preocupan por la Salud. Están más centrados en la sanidad, lo que me parece de entrada un error. Las políticas destinadas a formentar la salud, los hábitos sanos de vida, son la mejor manera de conseguir que no haya que invertir mucho en sanidad; más vale prevenir que curar.

Para ello habría que desarrollar con urgencia planes de actuación sobre aquellos elementos responsables de una parte importante de la mortalidad, relacionados con las diferentes contaminaciones a las que estamos expuestos: atmosférica, de la alimentación por pesticidas y agrotóxicos, electromagnética, de químicos nocivos cotidianos, etc.

sanidadPara gestionar la sanidad urge parar los procesos de privatización que deterioran el sistema sanitario. En los últimos 15 años todos los partidos políticos han participado o consentido que muchos hospitales sean gestionados por empresas privadas que lo hacen con criterios de mercado.

Hoy más de la mitad de los hospitales son así, según CasMadrid. Para garantizar un sistema sanitario universal y de calidad, habría que adoptar una serie de medidas que no suelen estar contempladas en los distintos programas electorales (en algunos de ellos sí pero no al completo).

Esto seguramente es así porque colisionan con los intereses de las grandes corporaciones privadas y de ciertos sectores profesionales beneficiados por las mismas.

-Habría que derogar la Ley 15/97 que fue la que inició la llamada privatización de la sanidad. También aquellas normas que introducen el ánimo de lucro en la sanidad, como el RD-Ley 16/2012.

Racionalizar al máximo el uso de medicamentos pues España es el segundo consumidor mundial de los mismos sin que sea por ello el segundo país del mundo más enfermo. Para ello es fundamental crear una industria farmacéutica básica sin ánimo de lucro, pública que al menos cubra las necesidades de fármacos esenciales.

-Al hilo de lo anterior debería crearse una central de compras para farmacia y productos sanitarios.

-Habría que regular las llamadas terapias alternativas o complementarias e ir incluyendo en la financiación pública las que sean eficaces y seguras y que el personal que las aplique tenga la debida formación y profesionalidad.

-Una auditoría ética y científicamente rigurosa sobre la eficacia y seguridad de los medicamentos más novedosos ahorraría muhco dinero al herario público pues muchos fármacos que hay en el mercado, sobre todo los más nuevos, no tiene la suficiente eficacia ni seguridad pese a que estén aprobados.

-Eliminar la financiación de todos aquellos medicamentos y productos sanitarios que no ofrezcan ventajas desde el punto de vista terapéutico sobre otros de inferior coste pues la mayor parte de los medicamentos “nuevos” hoy son copias de otros ya existentes a un preco mucho mayor sin ofrecer novedad terapéutica o ventaja alguna.

-Esto nos llevaría a promover una agencia de medicamentos que sea totalmente inependiente de los laboratorios, así como desarrollar normas más profundas destinadas a evitar al máximo los conflictos de interés en el ambito de la salud y el fenómeno denominado “puertas giratorias”, así como el lobby.

-El sistema de fijación de precios es poco transparente y habría que cambiar eso. En transparencia hay que dar acceso en todo momento y para cualquier persona a toda la información sobre gasto, resultados, indicadores de calidad, asuntos de salud pública, etc.

-Potenciación de la investigación y desarrollo basada en criterios sociales más que de mercado.

-Que la formación y actualización de los profesionales sanitarios sea asumida a quien corresponde que es a la Administración pública.

-La publicidad de medicamentos que conllevan receta para ser indicados no puede hacerse en casi ningún país pero convendría potenciar la medida extendiéndola a los productos farmacéuticos de libre dispensación que puedan ser tóxicos.

Hospital medicamentos industria farmacéutica fármacos medicina-Realización de un estudio independiente, de las necesidades sanitarias, de modo que aquellos centros y servicios privatizados/externalizados que se consideren necesarios se “rescaten” y vuelvan al sector público.

-“Rescatar” también los servicios cerrados en los últimos años y reorganización de las plantillas para utilizar al 100 por 100 los recursos.

-Planes de prevención y actuación de epidemias actualizados y “realistas”.

-Descentralización de los recursos sanitarios con el establecimiento de mecanismos de control real y autogestión del sistema sanitario por parte de trabajadores y usuarios.

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Un comentario

  1. Me parece muy acertado el artículo. Señalando algunos elementos clave para afianzar un sistema de salud.

    Hace poco tuve la oportunidad de colaborar con un partido de ámbito autonómico para aportar propuestas a su programa sobre la farmacia comunitaria, que es mi ámbito de trabajo. En líneas generales, coincidía con las propuestas que planteas.

    Propondría añadir otro elemento clave que es el reparto presupuestario. El modelo de sanidad actual concentra la mayor parte del gasto/inversión en la atención especializada y el medicamento. En el caso de las consultas de especialidad, tampoco supone una mejor atención, ni más rápida porque ese presupuesto no se traduce en un mayor número de profesionales. La tendencia de los últimos años ha dado en una supravaloración de determinadas tecnologías que no siempre han mejorado los indicadores de salud, o al menos no lo han conseguido tanto como lo habría hecho un mayor número de profesionales mejor formados.

    En mi opinión, sin necesidad de aumentar el gasto/inversión en sanidad, se podrían obtener mejores resultados en salud aumentando los presupuestos de salud pública (a penas un 3% en mi comunidad) y de atención primaria, en detrimento del medicamento y la atención especializada.

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