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Pues tú también

Conocer la actitud y el comportamiento de los médicos de atención primaria frente a los visitadores médicos de la Industria Farmacéutica (IF) en una ciudad española. Ese es el objetivo de uno de los escasos estudios sobre la materia realizado en la Península Ibérica y publicado en la Revista Clínica de Medicina de Familia. Y ofrece paradójicas conclusiones. La visita médica, según este trabajo, está prácticamente generalizada y es considerada útil por muchos. Se subestima su influencia en la prescripción propia pero todo lo contrario con la ajena. Es decir, preguntado el médico piensa que a él no le influye la presión de los vendedores de los laboratorios pero que a los demás sí. Esto me lo comentaba hace unos meses el médico Juan Gérvas en unas jornadas con universitarios de Medicina críticos con lo que está ocurriendo y ahora lo veo plasmado en un trabajo de ciencia.

Integridad

La industria no dedica la mayor parte de su presupuesto a promocionar con variadas artes sus medicamentos entre la clase médica para ofrecer información y formación a los médicos. Este enorme presupuesto es la máquina que aniquila las esperanzas de quienes se mantienen firmes. Como las segadoras azotan con su rugido los campos y cortan la cabeza del trigo cuando este ha conseguido levantarse del suelo. El análisis explica que estas prácticas de marketing están ampliamente extendidas y aceptadas.

La mitad de los galenos no reconoce problemas éticos en la relación con la IF. Y yo añado que los problemas siempre los tienen los demás; una ley que hace bueno el comentario de Jean-Paul Sartre “el infierno son los otros”.

El trabajo me deja algunas cifras para la reflexión: El 98,4% de los doctores recibe a los visitadores. El 77,8% a diario. Los vendedores aparecen como segunda fuente de información sobre medicamentos para los galenos. La opinión sobre la utilidad de la visita es mayoritariamente favorable entre los profesionales sanitarios. Cuando asisten a un congreso, el 60,3% reconoce hacerlo invitado por la IF. Suelen asistir a comidas/cenas de los visitadores el 61,9%. El 55,6% ha recibido alguna vez un regalo de los laboratorios.

Más info: En los libros Traficantes de salud y La salud que viene.

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17 comentarios

  1. A mi me vino una paciente a consultar sobre la carta recibida del Banco de Sangre, después de donar, en que se le informaba sobre su Colesterol alto (función que nunca correspondió a esta institución), adjuntando un panfleto de Danone.
    Mi indignación al ver aquello le dejó bien claro a la señora qué pensaba al respecto… y estuvo de acuerdo. El caso es que esto ocurrió hace años y he podido comprobar que duró poco, de hecho yo, que soy donante, nunca llegué a recibirlo. Supongo que las quejas todavía le resuenan en la cabeza a quien tuvo la «genial idea».
    Es una muestra de la presión brutal en que, desde luego, se ha incluido la industria alimentaria, con yogures para el Colesterol (que, por cierto, no es ninguna enfermedad), para la Hipertensión, para la piel, para «proteger a nuestros hijos» ¡¿?! como el Actimel… Hecho que no deja de ser una muestra de nuestra sociedad de consumo, en la cual, desmelenados porque tienen el poder, las grandes corporaciones, igual que los bancos, se han propuesto «quedarse con todo». No les importa «matar a la gallina de los huevos de oro» … que somos nosotros.

    Para Pedro: El que tú llamas “Huevón” se ha pasado seis años estudiando, después tiene que pasar una criba en la que, de unos diez o quince mil que se presentan, obtienen plaza unos cinco mil, el examen MIR. Desde entonces ha de trabajar, hacer más horas que un reloj haciendo guardias, para obtener un sueldo muy bajo, porque está en formación, durante cuatro o cinco años. A partir de que acaba este período, de diez años en el mejorcísimo de los casos, se convierte en un Medico especialista (esto incluye a los médicos de Familia), el único habilitado para trabajar en la Sanidad Pública y ya puede buscar trabajo sabiendo que, o se va al extranjero o cobrará menos que sus colegas europeos incluyendo los portugueses…. realmente hace falta ser “huevón” para decidirse por esa carrera… pero ¿y si nadie fuera tan “huevón”?

  2. Corroboro la información de Pilar respecto al tema de los yogures. Hay visitadores médicos de conocidas marcas de estos alimentos que se han subido al carro de la visita médica… No puedo asegurar si tienen carnet de visitador médico o no, porque realmente este carnet se facilita en las asociaciones de visitadores y desconozco si sólo por pagar la cuota ya tienes derecho a visitar a los médicos contando lo bueno que es yogur…

    Respecto a que existen visitadores que toda la vida han mantenido a sus familias, quiero aportar que no sólo mantienen sus familias sino que los sueldos superan con creces los de muchos médicos especialistas. Aunque algunos trabajan exclusivamente a comisión, la mayoría tienen contratos indefinidos y una parte de retribución variables, además de gastos pagados, coche de empresa, Visa de empresa, seguros médicos, plan de pensiones…

    El salario que se paga por negociar con funcionarios tiene que ser muy alto…

  3. Dos visitadores que conozco no son médicos sino excelentes comerciales que se han aprendido como loros las ventajas de tal o cual medicamento. Uno lo dejó pero el otro ha mantenido a su familia toda su vida con ese trabajo. ¿Cómo informa a un médico alguien que no lo es y ni siquiera es químico?

    La novedad y el colmo es que también la Industria Alimentaria está convenciendo a los médicos con promociones sobre alimentos enriquecidos y mágicos capaces de protegerte e incluso curarte y sin los inconvenientes de los medicamentos, es la medicina preventiva; como ejemplo una endocrina le aconsejó a mi hija un conocídisimo yogurt con bífidus para regular el tránsito intestinal. En la sala de espera del hospital en un tablón carteles del famoso yogurt y en las mesillas tripticos sobre las bondades del producto para lectura de los pacientes en espera.

  4. Hola me parece que no se va al fondo del asunto, el problema es entender que médicos queremos, y creo que se prima sobre todo el médico «huevón». Sacando médicos a cuenta gotas de las facultades de medicina y cómo única carrera en el mundo dándoles una formación gratis para que se formen como especialistas y cobrando un sueldo.
    Todas las demás carreras si te quieres especializar en algo en concreto te lo tienes que pagar de tu bolsillo, tienes que buscarte la vida tú mismo y si te quedas anticuado o no rindes a la calle.

    En medicina pasa todo lo contrario se prima el huevón el que no sabe ni que el vademécum español está on line para todo el mundo y consulta un ejemplar de hace 10 años regalado por el visitador, o que hay bases de datos PUBMED medline etc, que tienen toda la información de su especialidad, lo último en estudios más revistas electrónicas de su especialidad de todo el mundo, y también abierto a cualquiera que le interese investigar en el primer caso.

    Qué dirán los compañeros quirúrgicos de sobre todo médicos de familia o psiquiatras que necesitan visitadores para que les «informen» sobre su especialidad reírse o echarse a llorar.

    Resumiendo se prima los huevones, el pasar la consulta por las mañanas en centros públicos y luego abrir consula privada por las tardes cobrando complementos, trabajen en la privada o no, y que algunos médicos saquen provecho de algo que para el resto o te actualizas o vas a la calle, porque no rindes o haces mala praxis.

    No sé si se me entiende es algo más profundo esa dejadez y el origen de esos «vistadores médicos».

  5. Cada vez más los visitadores son licenciados, otros no lo son. La mayoría (universitarios o no) son seleccionados porque se ajustan a un perfil comercial, orientado a resultados. Es cierto que la tendencia actual es seleccionar titulados universitarios y, posiblemente, a imagen y semejanza de otro países cada vez se vaya desprendiendo de esta profesión la etiqueta de vendedores. No me consta que esté ocurriendo aquí, por lo que actualmente considero que los títulos universitarios adornan las tarjetas de visita de los delegados

    Como ha expuesto con claridad Sara, las nuevas generaciones de médicos consideran que recibir a visitadores es perder el tiempo… La mayoría de los médicos coinciden en este punto, incluso los que dicen en las encuestas que sí reciben visitadores luego dicen que no leen el material entregado, que acaba en las gigantescas papeleras colocadas a tal efecto en los centro de salud, y además de papel no reciclable….

  6. En los veinte años que llevo trabajando como médica de primaria, en Catalunya (con dos años en Andalucia) he podido apreciar un cambio de mentalidad y de costumbres muy importante. En mi centro se ven pocos visitadores, hay diversos factores que lo provocan, pero lo que yo he visto como más importante es, por un lado la formación de los jóvenes Médicos de Familia, muy poco proclives a dejarse influir y muy poco dispuestos a perder su tiempo con ellos y por otro la actitud de los servicios de salud, que ejercen una «contrapresión» con un tímido inicio de información, sobre todo en relación con las novedades terapéuticas y, lo que creo que tiene más peso, con los incentivos para una prescripción de calidad.

    Salvando las graves deficiencias de esta política por inconsecuente y contradictoria, creo que ha sido muy importante para estimular un poco de visión crítica sobre una industria que, cuando yo empecé a trabajar (1987), era la reina absoluta y la UNICA fuente de información. Un grave fallo de dicha política es que no se aplica a los especialistas: los visitadores están «migrando» hacia ellos, dándose la curiosa circunstancia de que fármacos como los bifosfonatos son prescritos alegremente por Ginecólogos, por ejemplo, sin una mínima información sobre sus indicaciones o efectos secundarios, gracias a que ya se han convencido de que la menopausia es una enfermedad y la osteoporosis su «abominable secuela». Con lo cual, una buena parte de mi escaso tiempo de consulta se ha de dedicar a convencer a la gente, afecta de una enfermedad semejante a la que se critica en los médicos (consumismo se llama), de que aquella dichosa pastillita que le ha recetado el especialista, o que ha visto en Internet, o que le han dicho que va muy bien en la tele, etc, no la necesita, no le va a curar nada, le va a provocar más mal que bien, no sabemos que efectos indeseables tendrá porque acaba de salir al mercado (reclamo que aún utilizan algunos y aún convence a muchos)etc, etc, etc.

    De ahí que ahora la industria está diversificando objetivos: programas de televisón «de salud», grupos de pacientes patrocinados ¿altruistamente? por ellos, esa forma sibilina, ya que los medios están a su servicio, de ir haciendo calar en la gente la idea de que el colesterol, la hipertensión, la osteoporosis, la timidez, el ser un niño movido…. son enfermedades. Eso es lo más peligroso y lo más eficaz, creo, los mal llamados «medios de comunicación» que creo que han sido poco criticados como agentes eficacísimos de la IF…. Aunque les falló bastante con la gripe A.

  7. Dorotheo, algo me dice que tú eres visitador médico

    Y partiendo de esta hipótesis, te pregunto: ¿Tú crees de verdad que en cada minuto de visita médica se intercambia información técnica de interés para el profesional sanitario? ¿Crees que los visitadores médicos deberían ser grandes negociadores o grandes comunicadores con formación técnica?

  8. Es dificil para el medico resistir esta presion, te visitan a diario, algunos son viejos conocidos, a fin de cuentas es informacion sobre los farmacos, no obstante tienden a abusar de tu tiempo (algunos-as). Con el codigo etico muchas empresas son mas moderadas y cuidadosas.

  9. Existe un clarísimo conflicto de intereses en el que es muy difícil que el médico permanezca sin involucrarse de una manera u otra. Existe una importante gradación según la importancia del médico a quien va dirigida la acción: desde los pactos personales y ocultos con los visitadores, uno a uno, a cambio de inocentes y mezquinas dádivas (bolígrafos y tonterías varias), regalo de inscripciones a congresos con viajes y hoteles, regalo de libros técnicos o de material médico o informático, muestras gratuitas para iniciar tratamientos, etc.; hasta la financiación de estudios o de ensayos clínicos o estudios postcomercialización o el pago generoso a médicos reconocidos como líderes de opinión por conferencias, participación en guías de práctica clínica, redacción de artículos en revistas médicas, ponencias en congresos y simposiums, todo ello con el objeto de incidir sobre el comportamiento del resto de médicos de buena fe, que siguen inocentemente las directrices de los “maestros”.

    También afecta los médicos la publicidad de las revistas técnicas, la presión directa de los pacientes solicitando, a veces exigiendo, que el médico del sistema público extienda recetas de medicamentos prescritos por otros médicos (prescripción inducida): “le pasen recetas por el seguro” o que han visto en internet. También encuentro culpable la postura de la administración, consciente de lo que pasa y mirando hacia otro lado, permitiendo que la mayor parte de la formación continuada del médico sea ofrecida por la industria farmacéutica, asegurándose ingresos millonarios anuales de Farmaindustria a cambio de permitir que el sistema no cambie, aprobando la venta de medicamentos que no aportan nada nuevo salvo el elevado precio, manteniendo posturas absolutamente tímidas, casi mendicantes ante el enorme crecimiento del gasto farmacéutico (sobre un 5% anual) hasta llegar a transformarse en más de la tercera parte del presupuesto total de la sanidad pública, permitiendo el imperio de los Colegios de Farmacéuticos con el fastuoso margen de las farmacias de hasta un 30% con clientela segura y con territorio vedado. El tema, como se puede ver, es muy difícil y complejo. Tanto que creo que hará falta un cambio generacional además del desarrollo de grupos tipo “no gracias” y otros, que sean capaces de rechazar los modelos de comportamiento que se estan ofreciendo actualmente y practicar una medicina más transparente y honesta donde no haya nada que ocultar.

  10. No sé qué me parece más repulsivo, si el que la IF soborne a los médicos o que éstos lo consideren normal. Iba a decir escandaloso pero a mí ya no me escandaliza nada. Entre esto y la medicina privada, ¿qué queda del juramento hipócrita, digo hipocrático?

  11. Puede alguien decirme como se puede confiar nuestra salud mental y física y pasar el proceso de nuestra muerte en semejantes manos ??
    Quiero formular un deseo: Que el cambio que estamos experimentando sirva también para un nuevo enfoque de la Alopatía.
    Abrazos.

  12. Espero no resultar frívola, pero últimamente cada vez que leo o escribo sobre la visita médica, me viene a la cabeza una película española, que no recuerdo muy bien de qué va, pero se titula ¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo? Eso es lo que pasa con la visita médica. Se llama visitadores médicos (o informadores técnicos sanitarios) a vendedores agresivos que negocian recetas al margen de la ley. Y así es como lo perciben los médicos, que ven en esta práctica otros beneficios diferentes a la información científica que debería repercutir en el beneficio de la salud de sus pacientes. Entre la teoría de la vista médica y la práctica hay grandes diferencias: no es lo mismo informar y promover un uso adecuado de un fármaco, que convencer a un médico para que lo recete utilizando como herramientas desde los regalos, los congresos, los cursos, las comidas y los lazos afectivos.

    En relación a la encuesta del artículo, a pesar de que tuvo un nivel muy bajo de participación (25,9%), es evidente que los que decidieron manifestar su opinión ven con buenos ojos la visita médica (98,4% recibe visitadores), aunque llame la atención que sólo un 16% revise la información escrita facilitada por el visitador… Otro dato curioso, es la aceptación que tienen las comidas (62%) y la poca relación que tienen con la informacíón técnica de los medicamentos.

    Como colofón final, el estudio publicado en JAMA sobre las razones que llevan a los especialistas a aceptar las ofertas de la industria, dice en resumen que «justifican su decisión por el sacrificio que consideran han realizado durante su periodo de formación, que provoca que sea lícito aceptar los regalos de la industria»…

    Al final, con tanto argumento, nos van a convencer a todos…

    1. Lo más curioso es la normalización de la visita médica pese a que todos sabemos que se trata de promoción y no de informar a los médicos sobre los nuevos medicamentos. En tantos casos promoción ilegal, corrupción, soborno, cohecho o como quiera llamársele. Hay muchas profesiones en las que tenemos que estar siempre informados a la última pero los demás no utilizamos para ello a la industria que desearía comprar nuestra voluntad. Si quiero informar sobre contaminación electromagnética, por ejemplo, lo último que se me ocurriría es aceptar las informaciones de las compañías del sector como buenas, sin cribar los intereses que contienen, preferiré fuenets idnependneinientes e incluso las mejores fuentes, aquellas personas que la sufran. Y si esas informaciones van a acompañadas de determinados dispendios…

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