Los médicos de tabaqueras y farmacéuticas y los de la ética
La mayor parte de los médicos y doctoras tienen claros y respetan los fines de la Medicina como prevenir las enfermedades, cuidar a sus pacientes, promocionar la salud e informar con el mayor rigor sobre los tratamientos. Pero siempre ha habido profesionales que han usado su profesión con fines poco éticos e inmorales. El Centro Médico de la Universidad de Estanford ha publicado un estudio en el que saca a relucir algunas prácticas contra la ética de los profesionales de la medicina.
Cita médicos que testifican en juicios que el tabaco no causa cáncer u otorrinos o psiquiatras identificados con las industrias tabaqueras que les pagan bien por testificar a su favor.
No es algo nuevo. En juicios, por ejemplo, de casos de daños provocados por medicamentos, los grandes laboratorios farmacéuticos llevan un grupo de “prestigiosos” catedráticos de medicina y médicos de cierto nombre en sus especialidades para que les defiendan de las personas afectadas por sus fármacos. “Expertos” que sin rubor mienten a los jueces como ha ocurrido en reiteradas ocasiones en el citado caso.
Si nos remontamos a algunos de los pasajes más tétricos de nuestra historia como el nazismo, 250.000 enfermos mentales fueron asesinados y 400.000 esterilizados forzosamente. Una parte de los psiquiatras alemanes participó directa o indirectamente en ello. Y se siguió matando clandestinamente a enfermos mentales hasta finales de la guerra con una sobredosis de medicamentos o privándoles de comida. Algunos fueron condenados a muerte, otros nunca tuvieron que justificar sus crímenes.
En el Instituto de Medicina Legal de Estrasburgo, han sido localizados ahora en frascos de ensayos un intestino, un estómago y fragmentos de piel pertenecientes a la colección creada por el famoso médico alemán August Hirt, que durante la guerra realizó en la capital alsaciana numerosos experimentos letales con judíos procedentes de diversos campos de concentración de toda Europa.
Yo no estoy a favor de la pena de muerte. Para nadie. Creo que equipara a ajusticiado y verdugo. Incluso para dicho acto hacen falta médicos. Y con buen criterio la Asamblea Médica Mundial resolvió en 1981 que es contrario a la ética que médicos participen en la pena de muerte, de cualquier manera o durante cualquier etapa del proceso de ejecución, incluida su planificación y la instrucción o formación de las personas que realizan las ejecuciones.
Pero no parece que todos hagan caso. Ha pasado más de un año desde que Barack Obama reconoció que “inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre hicimos cosas equivocadas. Hicimos muchas cosas bien, pero torturamos a algunas personas”. El gobierno del predecesor de Obama, el Presidente George W. Bush, diseñó cuidadosamente los fundamentos jurídicos para permitir lo que denominó “técnicas mejoradas de interrogatorio”, que no es más que un eufemismo para referirse a la tortura.
Del complejo carcelario de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo a los calabozos de Abu Ghraib en Irak y la base aérea de Bagram en Afganistán, cientos, quizá miles de personas fueron sometidas a tortura en nombre de la “Guerra contra el terrorismo”. La apariencia legal con la que se cometieron estos actos atroces se fundó en gran medida en la cooperación de psicólogos profesionales que capacitaron y asesoraron a los interrogadores y supervisaron el proceso de “quebrar” de los prisioneros.
Esta cooperación, a su vez, requirió la aprobación oficial de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), la mayor organización de psicólogos profesionales del mundo. En 2006, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría junto con la Asociación Estadounidense de Medicina prohibieron que sus miembros participaran en interrogatorios militares. No así la APA.
Había en la bibiloteca de mis padres cuando era niño un libro que se titula Los médicos asesinos. Mi padre en diversas ocasiones me dijo que ese no podía leerlo. Con el tiempo la prohibición me atrajo y entendí porqué intentaba protegerme. Narra los “desvaríos” de ciertos personajes de bata blanca durante el nazismo.
Por suerte el interés por la ética en Medicina crece. La Asociación Médica Mundial
PIDE encarecidamente a sus miembros constituyentes que informen a todos los médicos que toda participación en la pena de muerte, como se describe anteriormente, es contraria a la ética.
INSTA a sus miembros constituyentes a ejercer presión de manera activa ante sus gobiernos nacionales y legisladores contra toda participación de médicos en la pena de muerte”.
Los médicos peritos comprometidos con las personas afectadas por fármacos son fundamentales a la hora de ir a juicio por los comportamientos mafiosos de algunas compañías. En la psiquiatría existen corrientes incluso críticas con el uso de ciertos psicofármacos y la psicología ha ampliado en los últimos años su abanico de terapias para ayudar a las personas.
En psiquiatría se puede realizar la siguiente conexión:
1. Experimentos médicos nazis (Josef Mengele y otros)
2. Juicios de Núremberg – Ewen Cameron fue miembro del tribunal médico
3. Operación Paperclip
4. MK-Ultra, con la participación, otra vez, de Ewen Cameron, quien fue también presidente de la Asociación Psiquiátrica Mundial.
De ahí es fácil dar el salto a lo que ocurre en Guántanamo y Abu Ghraib.
Colin Ross, psiquiatra estadounidense, tiene unos cuantos libros al respecto.