Decálogo del uso racional de las vacunas
Estudiantes de Medicina y profesionales sanitarios de las asociaciones IFMSA-Spain, Farmacríticxs y No Gracias han elaborado un Decálogo del Uso Racional de las Vacunas. Consideran las vacunas “un tesoro” y piensan que precisa de un buen uso y de una contínua evaluación crítica; las propias vacunas a incluir y mantener en los calendarios vacunales y la aplicación de los mismos.
Opinan que la gestión de las vacunas “ha sido muy deficiente en las últimas décadas”, tanto en lo científico como en lo profesional y político y ello ha creado “dudas vacunales” en la población y, en algunos casos extremos residuales, el rechazo a las vacunas en su conjunto. Sobre ello precisamente escribí ayer bajo el título La “duda vacunal” como eje del mal en Equipo de Investigación.
Los estudiantes de medicina integrados en Farmacríticxs e IFMSA-Spain (suya es la iniciativa) y los profesionales sanitarios englobados en No Gracias están desarrollando un proyecto que promueva el mejor uso de las vacunas y parte del mismo ha sido elaborar un decálogo que sintentice las razones para el apoyo a las vacunas “de manera que se promueva su utilización racional“:
Primera propuesta: sobre el uso racional
Las vacunas son un tesoro. A lo largo de más de doscientos años han ayudado a evitar muchas causas de sufrimiento y muerte. Por ello, conviene usar apropiadamente las vacunas. En cualquier caso, las vacunas nunca tienen una efectividad del cien por cien, siempre hay fallos por causas varias, como por ejemplo la no administración de recuerdos vacunales indicados.
Segunda propuesta: sobre el coste razonable
Las vacunas tienen un precio, que ha ido creciendo en los últimos años, hasta llegar a limitar en gran medida su suministro a los países en vías de desarrollo. Por ello, conviene que las vacunas tengan un coste razonable que permita lleguen a todos los que las necesitan.
Tercera propuesta: no todas son iguales
No todas las vacunas son iguales, ni todas son igualmente necesarias. Por ejemplo, la del sarampión produce inmunidad de grupo (protege a vacunados y no vacunados) pero la del tétanos sólo protege a los vacunados. Por eso, conviene apreciar las diferencias entre las vacunas, pues no todas son iguales; entre las enfermedades, pues no siempre son idénticas; y entre las condiciones epidemiológicas de la zona.
Cuarta propuesta: sobre su condición
Las vacunas son medicamentos y, como tales, producen beneficios pero también efectos adversos, incluso si se emplean correctamente. Por ejemplo, la vacuna del sarampión puede producir una encefalitis por millón.
Quinta propuesta: sobre la autonomía de los pacientes
Los profesionales y la Administración tienen el deber de informar a las personas a las que se aplican las vacunas (y a sus representantes legales en caso de menores) de probables beneficios y riesgos, de manera clara y que se adapte a su comprensión y las empodere a tomar una decisión informada.
Sexta propuesta: sobre los criterios de inclusión en el Sistema sanitario
Algunas vacunas son de uso universal por ser necesarias, eficaces y seguras y deberían estar incluidas en el calendario vacunal del Sistema Nacional de Salud. Así, las vacunas contra poliomielitis, difteria, sarampión, rubéola, parotiditis, tosferina y tétanos deberían ser financiadas por el SNS. Son criterios de inclusión: conocimiento de la historia natural de la enfermedad y de la respuesta humana, balance beneficio/riesgo positivo y un precio que prime los aspectos de salud pública.
Por lo tanto la elección de aquellas vacunas incluidas en el calendario no debería depender de intereses económicos y estos no deberían bloquear su mejora.
Séptima propuesta: sobre el mal uso
Tanto la falta de vacunas como el mal uso de las mismas tienen efectos negativos. Es necesario un uso racional de las vacunas lo que incluye tanto la presentación de las vacunas (multicomponente o en dosis única) como su administración (combinada, simultánea), su vía de administración (vía intramuscular, intradérmica, nasal y otros) y los calendarios vacunales.
Octava propuesta: sobre la farmacovigilancia
Las vacunas deberían tener, al menos, el mismo proceso de farmacovigilancia que todos los medicamentos. Pero, puesto que se emplean sistemáticamente en sanos, su seguridad es vital y debería estudiarse a fondo antes y después de la comercialización.
Novena propuesta: sobre la homogeneización del calendario
No debería haber diferencias en el calendario vacunal (de vacunas sistemáticas, citadas anteriormente) entre Comunidades Autónomas, al no haber diferencias sustanciales en la distribución territorial de los agentes infecciosos.
Décima propuesta: sobre la necesidad del debate científico
Puesto que las vacunas no son ni serán perfectas es necesario promover y aceptar el debate científico que “mantenga” un proceso continuo de mejora y facilite la resolución de las “dudas vacunales” de la población.
Añadir sólo que las asociaciones de afectados por vacunas piden desde hace tiempo que se desarrolle el estatus de víctima de un medicamento así como un sistema de compensación de daños por vacunas como existe en otros países.