Alimentos ecológicos y convencionales son diferentes
Terminó BioCultura Valencia y me he venido con buen sabor de boca. No sé hasta qué punto mi criterio se ve condicionado porque quien me ha llevado a la feria sea EnterBio, una compañía de distribución de productos ecológicos, pero entre gazpachito bio y otras viandas estos días ha crecido mi optimismo. Veo un sector “verde” pujante que crece en cantidad y calidad en el que muchas personas están trabajando para intentar cambiar las cosas. Muchos productores, ganaderos y agricultores, además de transformadores y demás, se han dado cuenta de que la única manera de producir alimentos es la ecológica, que respeta al máximo los ritmos de la naturaleza y en plena crisis, mientras los negocios sucios son cuestionados cada vez más y en muchos casos “caen” o están a punto de hacerlo, hemos podido ver un pabellón con 250 stands cada uno con una propuesta diferente y abarcando todas las “necesidades” humanas.
La asistencia, sobre todo durante el fin de semana, ha sido muy grande y creo que falta muy poquito para que por fin en nuestro país se produzca la explosión del sector ecológico que ya se produjo hace tiempo en países vecinos. Sólo falta que entendamos que alimentación convencional y ecológica son diferentes, no pueden compararse (como hacen tantas personas por ejemplo con el precio), los productos aunque lleven el mismo nombre (pollo, tomate, leche, etc) son distintos.
Mientras regresaba a casa en el tren leía una entrevista con Dolores Raigón, catedrática de Ingeniería Agronómica y especialista en producción ecológica, que va en la línea que les comento y que publica el Info BioCultura de este trimestre. Intentaré entrevistarla porque lo que explica y documenta no tiene desperdicio. Raigón demuestra con su trabajo que los alimentos ecológicos tiene más nutrientes que los convencionales; más proteinas tanto en vegetales como en animales; más vitaminas las frutas y verduras; más minerales en las hortalizas, los granos y leguminosas; y mayor cantidad de antioxidantes en frutas y verduras y en el aceite de oliva, por ejemplo. Lo que les digo, son alimentos diferentes, mejores.
Si comemos porquerías desnaturalizadas, sin calidad, sin saber en realidad qué contienen, qué estamos llevándonos a la boca, enfermamos de un montón de dolencias que solemos achacar a otros factores pero que al parecer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se cita en la entrevista, el 80% de las enfermedades del mundo “moderno” están relacionadas con una dieta contaminada. Según Raigón:
“Se están generando medicamentos para curarnos del efecto que muchos alimentos tienen sobre nuestra salud”.
La ciudadanía no suele ser consciente de todo esto, piensa que si se venden aliemntos convencionales es porque pasan por controles de calidad y seguridad. Lo mismo que suele pensarse con respecto a los medicamentos. Parece que sólo nos escandalizamos con las alertas que provocan en determinados momentos algunos escándalos alimentarios como el de las vacas locas o el de las dioxinas en los piensos.
Al hilo de todo esto, como les contaba en el anterior post, se celebró la presentación de la campaña de recogida de firmas para que durante el mandato de la actual ministra de Sanidad, Leire Pajín, se reconozca el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple. Fue en el salón de actos, que no se llenó. El conocimiento de la enfermedad, del impacto de los químicos tóxicos en nuestra salud y la del medio natural va creciendo pero aun queda bastante camino por recorrer para que la sociedad asimile que estamos llevando un estilo de vida tóxico y que nos está pasando factura. Saludé a la madre de Elvira Roda, que hizo un emotivo discurso y hablamos con Carlos de Prada, promotor de la iniciativa para intentar concretar con él futuras acciones para dar a conocer el problema.
Resumiendo, estamos avanzando por el camino correcto y hay que terminar de creérselo y de ampliar los horizontes del mismo.
Más info: En los libros Traficantes de salud, Conspiraciones tóxicas o La salud que viene.
Estoy oyendo campanadas sobre la nueva forma de comercializar las plantas medicinales, va ser monopolio de la industria farmacéutica? tiene alguien información sobre el tema? ya sería el colmo!!!
Saluditos.
Por fin, empezamos a entender. Hace un tiempo que estoy haciendo el pan en casa, siguiendo las enseñanzas que gracias a internet nos proporcionan personas como Dan Lepard, Iban Yarza, etc.
He comprado un saco de 25kg de espelta integral bio asturiana, donde están haciendo un gran trabajo.
Empiezo a mirar todo lo ecológico con otros ojos, con esperanza.
Hola Miguel:
¿Podrias decirme como suscribirme a tus RSS? no hay info respecto a esto en tu web.
gracias.
http://www.wavesguard.es/
No creo en la fatalidad de “los alimentos ecológicos primarios son más caros que los industriales”. Tendríamos que hacer o tener acceso a un análisis de costes para poder comparar y decidir cuán justa es la diferencia de precios, si debe haberla. En la agricultura industrial, por ejemplo, tienen un fuerte gasto en pesticidas, herbicidas, abonos químicos y, generalmente, transporte. Cosa que en la ecológica se los pueden fabricar (compost, insecticidas en base a plantas de la propia tierra, por ejemplo). De hecho normalmente el precio de los productos ecológicos (al menos en Canarias) son más baratos en los mercados de agricultores que los industriales en los super-mercados. Por supuesto que también hay listillos en todas partes y veo claros abusos. Nuestra salvación sería la generalización de la agricultura ecológica. Es necesaria, no basta con comer ecológico si con la agricultura industrial se cargan hectáreas de tierra y acuíferos subterráneos.
Hola! Buenísimo el artículo y Enterbio una pasada, los precios son muy buenos! Pero a Tenerife, como siempre, no llega! Estamos demasiado lejos. Aquí hay bastantes agricultores ecológicos (y muchos de nosotros tenemos huertito familiar o huerto urbano, depende del sitio que tengamos) pero lo difícil es conseguir precios buenos (algunito que otro hay) y sobre todo productos animales como carne o leche ecológica. Claro que a mi me cuesta muchísimo pagarlo, pero siempre que puedo intento tener todo ecológico en mi alimentación, aunque es cierto que NO ES NADA FÁCIL para los que vivimos al día. Por eso creo que los ayuntamientos deberían dar más ayudas a los agricultores ecológicos que a los convencionales, y es al revés. Poco a poco esperemos que vaya cambiando, en ello estamos algun@s! Fuerza y persistencia, lo único que nos queda. Ánimo!
Buen trabajo esta página que tienes Miguel. Eres un ejemplo. Besos a tod@s!!
V.
Victoria, en EnterBio están trabajando en abrir su distribución en Canarias y en este caso la logística la van a hacer desde allí para lograr la mayor eficiencia y ecología posible. Permanezca atenta pues lo contaremos.
Clara Valverde tiene razón, “todo esto da esperanza. Porque no es sólo una cuestión de cambiar de comida y de hábitos, es todo un proceso de cambiar”. “Pero también es importante aprender a ver todo lo tóxico que hay en esta sociedad, incluido el lenguaje de los políticos”. Añado Clara Valverde, que las asociaciones también tenéis mucho que cambiar en cuanto al lenguaje, el contenido que se le da a las palabras y los hechos.
Sería un buen ejercicio, sería ecológico ver la descoordinación entre ellos.
Completamente de acuerdo con Clara Valverde, hay que cambiar el lenguaje toxico, pero todos, los políticos y las asociaciones de personas enfermas.
Nos sentara mejor lo que comamos.
“Los alimentos ecologicos son más caros que los convencionales”. Tan lógico como que el jamón bellotero es más caro que el normal. Pero hay una diferencia, el jamón es un lujo, los alimentos ecológicos son una necesidad básica para nuestra salud y no por lo que tengan de más (nutrientes) sino por lo que tienen de menos (venenos). ¡Nos va en juego la salud que es nuestro mayor tesoro!
Es dificil, sin caer en la injusticia, decirle a todos los que ponen su elevado precio como excusa para no comprarlos que reflexionen sobre sus contradicciones personales (por ejemplo, comparando con los criterios utilizados cuando compran otros productos, como el coche o el móvil, o van de vacaciones), cuando algunos ciudadanos seguramente que tienen serias dificultades para alimentarse dignamente pero confío que afortunadamente en España sean los menos. El resto es autoengaño o falta de información. Al menos en mi círculo de conocidos, esta excusa es insostenible y estoy aburrido de oirla y de que me consideren un fanático del naturismo.
Estamos llegando a una situación en que cualquier alimento que se venda a un precio más elevado que en “Mercamujer” es caro y un abuso. A este paso acabaremos alimentados de cápsulas científicamente diseñadas y semigratuitas.
Si alguien se ofende por ser tan directo, pido disculpas anticipadas pero creo interesante intentar clarificar el tema y centrarlo en cómo se pueden abaratar y mejorar estos alimentos.
Yo soy una de las personas que ha tenido el placer de acompañar a EnterBio en su inaguración en BioCultura Valencia, el respaldo de Miguel se hizo notar, la gente le admira y respeta mucho su opinión. Confirmaros que tras mucho trabajo acompañando a la empresa en los Biocultura y alentando el cunsumo en mi entorno, yo ya compro a precio de convencional, os animo a hacerlo, merece la pena y así entretenidos con este reto daremos la vuelta a la tortilla y empezaran a bajar los precios…
Miguel, un placer…..hasta la próxima, y que te conste, la gente te admira y quiere, cuando te fuiste preguntaron mucho por tí….
Bien Miguel, entonces a poner el ojo en los costes de EnterBio, que si pueden bonificar a quienes les envían nuevos clientes, es que tienen buenos márgenes de comercialización y los pagamos todos. No me extrañaría que les compren a campesinos que realizan una agricultura un poquitín menos tóxica que el resto, a precio de liquidación y te venden que se trata de productos “orgánicos” libres de agrotóxicos y regados con agua bendita. Que ocurre en los grandes centros urbanos, dónde la demanda es fuerte y sostenida? Puede sostener éste sistema de cooperativas el consumo masivo? Y si les viene alguna plaguilla, algún parásito en los cultivos, con que los combaten? A fijarse bien en las etiquetas, si es que las traen éstos productos. Cómo tú bien dices, los más avispados o con dotes comerciales, para mí simples vivillos, están a la orden del día en éstos temas.
La Almarcha tiene mucha razon se puede comprar a campesinos directamente a vecinos, etc. Explico mi caso, yo compro poco y casi de nada porque cuando tengo de lo que cultivo regalo a vecinos, amigos familiares y conocidos, ellos hacen lo mismo conmigo o sea siempre tengo la despensa llena por unos o por otros, es una rueda sin fin, ademas todos los que me relaciono o son naturistas o ecologistas y gente asi y no tratan con pesticidas. A veces las soluciones las tenemos facil y cerquita.
Conozco gente que cultiva de todo en su terraza o jardin, en tiestos, en cualquier lugar que quepa un puñado de tierra puedes hacer tu perejil tu apio, tus remolachas tus tomates…… y son tan buenos cuando tu mismo los has cultivado tienen un gusto especial.
Sin caer en la ortorexia, es necesario tomar conciencia de lo que comemos, por aquello de:) somos lo que comemos y por ecología. Nima te doy la razón respecto al precio de los alimentos ecológicos, ¿sabias que ya existen redes de consumidores en las que si te pones de acuerdo con una de ellas podrás adquirir alimentos a veces más baratos que los convencionales? Yo me hice de contactos con los vecinos campesinos y les compro directamente a ellos, creo que el consumo debe cruzarse en algún punto con la producción y usar los canales más cortos en la medida de lo posible.
Es que cómo bien dice Clara, lo tóxico comienza con el lenguaje, y por cierto, que no es exclusividad de los políticos, recuerden, de pequeños, el catecismo, y cómo culminaba el proceso, con la hostia debajo del paladar. Ahora, con 6.600 millones de almas para alimentar, me temo que el plan que propones Miguel es para unos pocos, para un “mercado” acotado pero bien forrado cómo decís vosotros. Así que adelante, para unos pocos “iluminados”, que pueden pagar lo que les pidan por productos que, no vendría mal investigar acerca de sus propiedades ocultas y maravillosas. Está inundado de farsantes, atención con éste asunto, que es un negoción.
Carlos, la agricultura ecológica es la de siempre, la tradicional aunque mejorada con técnicas modernas y es perfectamente posible alimentar a todo el mundo con ella. No es para unos pocos. No sé si has leído anteriores post y comentarios relacionados con este asunto pero en ellos comentábamos sobre la importancia de impulsar el mdoelo de cooperativas de consumo ecológico y que estas pueden completar su cesta de la compra en tiendas ecológicas de barrio o supemercados on line como EnterBio. Esta empresa tiene la caracterísitca de que si les consigues nuevos clientes te bonifican, te pagan por ello, con lo que puedes reducir el precio de tu propia compra. Los más avispados o con dotes comerciales (aquellos que lo trabajen) incluso pueden ganar dinero, de hecho me consta, este fin de semana he estado con alguno de ellos, que ya hay personas ganando un dinero majo, aunque ese no es el leiv motiv de la empresa pero es posible. Algo a considerar y más en tiempos de crisis.
Miguel, todo esto da esperanza. Porque no es sólo una cuestión de cambiar de comida y de hábitos, es todo un proceso de cambiar cómo vemos nuestro planeta y nuestra sociedad. Es importante elimiar los tóxicos de nuestra comida y luchar porque la industria agraria cambie. Pero también es importante aprender a ver todo lo tóxico que hay en esta sociedad, incluído en el lenguaje de los políticos.
El único problema que veo con el asunto de los alimentos ecológicos es que se queden en una opción individual desligada del elemento político y por tanto, social del asunto. Evidentemente, hoy por hoy estos productos son bastante mas caros. La gente que tiene que hacer ejercicios de ingeniería financiera para llegar a fin de mes, normalmente no se los pueden permitir y obviamente no se les puede culpabilizar. Solo en cuanto se tome conciencia social de la importancia que una alimentación sana tiene para todos y se denuncien los peligros de los transgénicos en el doble sentido de la salud y el trascendente en que las semillas del mundo queden en manos de tres multinacionales, estaremos abriendo un camino novedoso. Asimismo serviría, como se dice en la entrada, para dar un impulso a un nuevo –y tan antiguo- sentido a una agricultura que de manera masiva agoniza y solo planta lo que se subvenciona. Sensibilizar a las gentes sobre estos temas debe ser una exigencia a cualquier grupo político consolidado -ya se que es misión imposible- o en ciernes y sobre todo a los movimientos sociales. Saludos.