Éxito de la campaña StopGlifosato por la prohibición del pesticida más usado
La población europea (y mundial) es cada vez más consciente de los impactos en nuestra salud y el medioambiente de los pesticidas usados sobre todo en la agricultura. Reflejo de ello es el éxito de la campaña StopGlifosato que cuando aún faltan dos semanas para su cierre, se han conseguido más de un millón de firmas (muy cerca de las necesarias pues hacen falta algunas más por las que puedan ser nulas).
Se trata de una campaña promovida por la organización civil We Move Europe, muy orientada a la acción y con presencia en buena parte de los países de la UE, en colaboración con cientos de otras asociaciones que están impulsando esta Iniciativa Ciudadana Europea (ICE).
Como me cuenta su coordinador en España, Juanfe Carrasco, es una acción desarrollada en muchos países de la UE y se ha alcanzado el umbral mínimo de firmas en once de ellos (se exigía un mínimo de siete) y se ha hecho en un tiempo récord de cuatro meses.
Además, se estima que hay otras 150.000 firmas en papel (el millón se han conseguido on line).
Esta expresión popular de desafecto al modelo agrícola industrial se entregará a los responsables de la Comisión Europea, el Gobierno de facto de la UE, dentro de dos semanas.
Es importante pues continuar firmando dada la tendencia de la Comisión a hacer oídos sordos a muchas reivindicaciones ciudadanas comprometidas con la salud pública (sabido es el poder de los lobbies industriales en dicho organismo).
Todo tiene su porqué y que las firmas oficiales solamente se recopilen hasta el 30 de junio también. Se hace así para poder transferirlas a los estados miembros para su verificación. Ésta les lleva hasta tres meses, por lo tanto si se entregan a finales de junio, se pueden llevar ya comprobadas a la Comisión Europea antes del voto previsto para el otoño sobre la re-autorización del glifosato.
El glifosato es el pesticida más empleado en la Unión Europea (UE). Las pruebas científicas que han ido publicándose durante los últimos lustros documentan sus riesgos para la salud. Tanto es así que, en 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (organismo de la Organización Mundial de la Salud) clasificó el glifosato como “probable carcinógeno en humanos”.
Y es que esta sustancia destinada a matar “malas hierbas” resulta que mata mucho más que eso.
A Monsanto, la multinacional de agrotóxicos que lo desarrolló no le parece que sea así (ni a los grupos técnicos de trabajo que ha creado y que ejercen como lobbies tampoco).
Nos encontramos en un momento clave para saber qué va a ocurrir con este producto tóxico. La licencia original de la Unión Europea (UE) expiró a finales de junio de 2012 y ya se ha ampliado dos veces.
Hay guerra de intereses en la UE y la Comisión Europea quiere que se regule su uso pero propone que se renueve la autorización.
Tras el 30 de junio ya no se recogerán firmas oficiales pero se continuarán recopilando para apoyar la campaña de la ICE a lo largo del verano y del otoño, de cara a las votaciones previstas.
En España vamos por las 72.000 firmas de las 40.500 mínimas que hacían falta.
Uno de los datos más llamativos sobre el glifosato lo ha aportado no hace mucho la organización francesa Générations Futures. Ésta ha realizado un estudio sobre la presencia del pesticida en la orina de las personas. Los resultados son escalofriantes, todas las personas analizadas portan en su organismo este potencial cancerígeno y menos una, en dosis mayores de las permitidas en el agua de beber.
Animaros, si no lo habéis hecho ya, a firmar para la Iniciativa Ciudadana Europea contra el uso del glifosato.