Trastorno Límite de la Personalidad: polémico diagnóstico y peor receta
Hace unos días leí en el diario El Mundo una información en la que su protagonista, contaba, había pasado 37 días ingresada en Psiquiatría de un hospital con un “diagnóstico de Trastorno Límite de la Personalidad (TLP)”. El problema es que esa es la típica enfermedad polémica desde su nacimiento y hay quienes la consideran inexistente o “inventada”.
El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una afección mental por la cual una persona tiene patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables. No se trata de negar los problemas que presenta la chica de ese reportaje, ni mucho menos. Sí de cuestionar este diagnóstico.
El TLP presenta características peculiares que llevan a cuestionar su “categoría” de trastorno de personalidad: por ejemplo, los trastornos de personalidad se consideran una “forma de ser” estable, rígida, invariable y sin embargo se ha observado que el TLP es característicamente inestable en el tiempo, si bien es más estable que otras enfermedades mentales como la depresión mayor.
Algunos autores han señalado que, mientras que otros trastornos de personalidad no suelen mejorar o incluso pueden empeorar, para el TLP suele existir mejoría (siempre que no se quite la vida antes que es lo que intentó la chica que protagoniza la historia publicada en El Mundo).
Esta supuesta mejoría entraría en colisión con el concepto de TLP como un trastorno con rasgos desadaptativos persistentes y lo acercan más al de estado y enfermedad descritos en el DSM-IV, la llamada “biblia de los psiquiatras por el manual que usan para diagnosticar).
La mayoría de personas con diagnóstico de TLP toman psicofármacos en algún momento de su vida, y a veces de manera crónica. No hay medicamentos con la indicación específica de TLP pero se toman otros, sobre todo “estabilizadores anímicos”, que se usan para tratar el trastorno bipolar y que se supone que mejoran el control emocional y la impulsividad de quienes los ingieren. Se usa, por ejemplo el topiramato (Topamax), el valproato (Depakote) y la lamotrigina (Lamictal), que son antiepilépticos.
Algunos de esos tratamientos son, además de inadecuados por su falta de especificidad, peligrosos.
Por ejemplo, en diciembre del año pasado publicamos que el escándalo por los graves daños que puede provocar el medicamento para la epilepsia Depakine culminaba con una primera sentencia judicial contra Sanofi, la farmacéutica que lo produce.
La farmacéutica habrá de indemnizar a la familia de la víctima de los efectos secundarios del fármaco con tres millones de euros. Una de las cosas que causa este medicamento son malformaciones en bebés recién nacidos.
Sobre Lamictal es un anticonvulsivo que se da también como estabilizante del humor sin que la evidencia de su acción sea en absoluto robusta. Está, sin embargo, aprobado por la FDA, la agencia de medicamentos de Estados Unidos (EE.UU.). Se da mucho fuera de indicación, un ejemplo es el caso del TLP y por ello hay numerosas demandas judiciales en USA Tiene algunos efectos secundarios graves.
Aunque se ha identificado un conjunto de factores genéticos, neurofisiológicos y medioambientales que predisponen a sufrir TLP, no se han demostrado relaciones causa-efecto. Tampoco existen pruebas genéticas o de neuroimagen para su diagnóstico”.
De las enfermedades psiquiátricas sabemos lo mismo que hace cien años: casi nada”.
Por si alguien no leyó el comentario que le dejé a un comentarista, a mí me están extorsionando en un centro de salud mental de Argentina con medicarme a cambio de “devolverme” a mi psicóloga. Como saben que no puedo optar a otra (son del Estado) se aprovechan y me quieren recetar lamotrigina, algo que no tomaré. Paso por una depresión mayor y sí que necesitaría un antidepresivo además (por un tiempo, porque lo tomé por un año y además de empezar a disminuir el efecto me gatilló una depresión mayor que casi me lleva a la muerte) aunque si no estuviera sola en la vida y sin dinero supongo que ni siquiera tendría el famoso “TLP” porque jamás hubiera necesitado pasarme por un consultorio. En mi opinión los psiquiatras son unos sinvergüenzas que viven de las comisiones que reciben de las farmafias. Camello con título, eso son, y si están vendidos a la politicaría barata del populismo son hipócritas disfrazados de hermanitas de la caridad.
Gracias por tan clarificador post.
Podrías aclarar mas lo de la desconexion de las emociones? A mi me diagnosticaron TLP. O no entiendo lo que me pasa o no tenemos lo mismo. Es muy posible lo primero. Pero por ejemplo, a mi me pasa que no puedo controlar mis impulsos y que me siento abandonada todo el tiempo, por ende, si no me responden un whatsapp por ejemplo ya estoy pensando que tienen algo contra mí. No he llegado a tu nivel de análisis, sólo puedo describirlo. Además me quieren medicar a toda costa con lamotrigina, extorsionándome conque si no lo hago no tendré pscoiterapia con mi psicóloga (esto es una transa entre mi psico y el psiquiatra, pues a la tipa le resulto “molesta”). Aclaro que mi condición económica me impide acceder a otros profesionales. Saludos!
La “enfermedad mental” no existe. Son distintas maneras de percibir la realidad, y ya. Mundo, familia y psiquiatras se quitan de encima al diferente medicando mierda.
Estoy completamente de acuerdo. Es tan difícil entender las reacciones de otras personas que hace que mejor nos aislemos. Recién me lo diagnosticaron y por fin pude comprender que es lo que me pasa, pasé por una crisis muy fuerte (auto mutilación) y fue cuando recién puede comprender. Justo a tiempo creo yo, mi madre y hermano llegaron al departamento. No hay profesionales que serían de esto en mi país (Bolivia), me es muy difícil. Necesito mar información por favor. Ya no quiero estar así.
No estoy enfermo no estoy enfermo no estoy enfermo no estoy enfermo no estoy enfermo no estoy enfermo no estoy enfermo
Mmm…
Sí estoy enfermo. Y me molesta mi psiquiatra, mi psicóloga, las pastillas y el tratamiento y
mi vida, y ¡por supuesto! opinadores que abundan como rémoras en salsa de tomate.
Opinar sin poner las manitos al fuego no vale, no no no. Denunciar sin mojarse en la cloaca judicial no vale, no no no.
Vayan a jugar Damas Chinas, serían más útiles.
Los pacientes de TLP tenemos una base común, pero los psiquiatras nos ignoran cuando lo explicamos porque no es lo que han aprendido y nosotros los tarados no vamos a saber más que ellos, faltaría más.
Existe una desconexión entre la emoción que se siente y cómo es expresada, lo que dificulta las interrelaciones a todos los niveles, incluso entre personas que padecen tlp. Un enfermo no sigue los códigos de comunicación generales en un cierto porcentaje de las veces que se expresa, por lo que no es comprendido por las personas de su círculo y genera tensión en su familia, en su trabajo o si intenta hacer amigos.
El paciente no es consciente y tampoco reconoce ciertas expresiones de los demás, lo que le lleva a sentirse desplazado, humillado, y esto genera otros síntomas como la depresión, las adicciones (incluyo trastornos alimenticios), la alta agresividad, etc.
Ni un solo psicólogo o psiquiatra de las decenas que me han visto – y he estado en el supuesto “hospital de referencia de España” tenía ni la menor idea de que esa desconexión de la expresión de la emoción es igual en todos los enfermos de tlp y es el comienzo del problema.
Si no saben lo que se traen entre manos, no deberían ejercer como especialistas. No lo son.
Hola! soy Javier, psicólogo que trabaja en salud mental. Llevo 18 años tratando “trastornos límites de personalidad”. Pero en realidad lo que trato son personas con problemas similares al tuyo, entre otros. Sí, con dificultades para expresar emociones que surgen de situaciones vividas que nos dejan heridas emocionales muy profundas y que a veces nos llevan a dar respuestas que luego tienen consecuencias negativas para nosotros mismos y para los demás.
Tienes razón en que pueden coincidir determinados aspectos en muchas personas pero, son muchas más las cosas que la confieren como ser humano único e irrepetible.
No tiene mucho sentido etiquetar peyorativamente para dar a entender que tenemos control sobre una situación o problema de cualquier índole, sin que haya existido una verificación empírica de lo que se afirma. Menos sentido tiene medicar indiscriminadamente para resolver un problema emocional (salvo como apoyo puntual y por un breve periodo de tiempo).
Por eso, ya hace muchos años que mi opción profesional es prescindir de arbitrarias e inútiles etiquetas diagnósticas y ayudar a redescubrir las competencias propias de cada persona para mejorar su malestar.
Son muchas las cosas que no tienen sentido y sencillamente NO funcionan pero se siguen haciendo porque así se estipuló hace tiempo y se dejan de revisar; también puede que por simple comodidad; y como no, porque a alguien NO le interesa que cambie el modelo de intervención.
Watzlawick en 1990 decía, que el verdadero problema no es tanto el problema inicial en sí, sino las soluciones ineficaces que se aplican y que acaban perpetuando el problema indefinidamente. Por tanto el problema no es el problema, es la solución.
No permitas que nadie te llame TLP y busca a quien sepa encontrarse con la persona que llevas dentro y sencillamente, te llame por tu nombre.
Saludos.
Lo felicito por su humanidad y su profesionalidad. Si realmente es así, ojalá todos fueran como usted. Gracias
Nicholas Cruz tomaba estimulantes. Había sido diagnosticado con autismo. El caso es parecido al de Adam Lanza:
“He was regularly taking medication for the A.D.H.D. It was unclear whether he was taking anything for the depression, according to the report”.
https://www.nytimes.com/2018/02/17/us/nikolas-cruz-florida-shooting.html
Dejo un estudio que asocia psicofármacos con violencia:
https://www.davidhealy.org/wp-content/uploads/2012/05/2006-Healy-Herxheimer-Menkes-Violence-Antidepressants.pdf
Saludos.
Cierto que hay similitudes, habrá que verlo mejor, gracias por el envío.