Joel Salatin: «¿Alimentarse correctamente?, tomar alimentos sin procesar, locales y muy variados»
Hace unas semanas publiqué sobre el libro «Esto no es normal» y su autor, Joel Salatin, un peculiar granjero estadounidense que es un referente por su coherencia e integridad en su país; un símbolo en la lucha por la alimentación correcta y su ecología. Como ha estado en España la semana pasada he aprovechado para hacerle esta breve entrevista.
-En su libro describe muchas cosas que «no son normales»; en la agricultura y ganadería actuales, industrializadas, ¿cuales son las dos que destacaría porque no tiene solución y qué otras dos eligiría porque sí pueden solucionarse o cambiarse? Es decir, ¿cómo se puede comenzar la andadura hacia «la normalidad»?
Creo que todas las cosas anormales, de una u otra manera, se pueden cambiar. El tema con la anormalidad es que va en contra de la sostenibilidad funcional, por lo que en general está condenada.
Dicho esto, algunas cosas son ciertamente más difíciles de cambiar que otras. Probablemente, lo más difícil de cambiar sea la ganadería industrial (las CAFO, instalaciones concentradas de cebo y la alimentación para el ganado, megagranjas, vaya).
Lo más fácil de cambiar sería la comida con ingredientes impronunciables y los sistemas de compra de alimentos: comprar localmente.
-¿Cuales son según usted las pautas básicas para alimentarse correctamente?
Tomar alimentos tradicionales sin procesar, de origen local y tan variados como sea posible en el área o ecosistema.
-El mercado hoy beneficia al modelo industrializado, a los productores más grandes que no tiene porqué ser los que mejor hagan las cosas, ¿puede revertirse ese modelo o desarrollar alternativas en convivencia con el mismo? ¿Qué pueden hacer los pequeños y medianos productores ecológicos?
Muchos productores pequeños están teniendo éxito y muchos de los productores grandes están básicamente en quiebra, pero aún no lo saben.
El mayor obstáculo que enfrentan los productores pequeños no es la eficiencia
en la producción sino las regulaciones desarrolladas por las grandes empresas, que no reconocen los medios de saneamiento, equilibrio ecológico e higiene en sistemas de pastoreo a pequeña escala.
Cualquier regulación que se base en el tamaño de una empresa no es buena y tenemos muchas de ellas en el sistema alimentario local. La comida hecha en casa y vendida directamente a vecinos y amigos debe disfrutar de total libertad: la libertad de elección de alimentos por voluntad propia entre personas adultas. Este es el mayor obstáculo que enfrentan los productores pequeños para equilibrar el terreno de juego.
-Me ha llamado la atención su mensaje libertario, el hazlo tú mismo, el «no esperes a que el Gobierno arregle un problema». ¿Cuales serían las ideas básicas de ese mensaje o actitud?
La pregunta a hacerse es ¿quién es responsable de mi vida o quién es el propietario de mi microbioma? ¿Es propiedad de la sociedad o es mía? Vivimos en una era de elección. Puedes cambiar tu sexo. Puedes cambiar tu trabajo. Puedes viajar a donde quieras. Pero no puedes elegir tu comida y no puedes elegir cómo criar tus propios animales de granja.
Alimentarme a mí mismo y criar mi propio ganado son los elementos más altos de gratificación personal.
Permitir que dos vecinos interactúen en el comercio de alimentos sin que intervenga un burócrata es una base para la innovación alimentaria. Cuando la comida debe pasar por la burocracia entrometida, no verá mucha innovación y eso es una tragedia para toda la sociedad.
-España es el país que más produce en ecológico de la Unión Europea pero casi toda esa producción se exporta, ¿cuales serían las claves para conseguir que aumente de manera notable el consumo interior?
Léase más arriba. Las regulaciones a escala son perjudiciales, las empresas más grandes tienen la capacidad de instalar la infraestructura y cumplir con los trámites de los grandes mercados. Esto pone a los pequeños productores y los vecinos de pequeños productores en desventaja por precios y cumplimiento de las mismas.
Si realmente hubiera libertad en la producción de alimentos, los precios de los productores pequeños bajarían significativamente porque los costes para cumplir las regulaciones bajarían. La razón por la cual los alimentos ecológicos locales son tan caros es porque no encajan en la estructura reguladora.
Hola Miguel!
Solo quería darte las gracias por interesarte por el trabajo de Joel. Realmente pienso que es uno de los pensadores más revolucionarios que tenemos en esta época, a la altura de Martin Luther King o Gandhi (no bromeo). Vale la pena leerle y entenderle.
Un saludo!