Tratan como fraude lo que es el miedo de un investigador a ser calificado de “antivacunas”
La vacuna del papiloma ha protagonizado otro pequeño “culebrón” que ha puesto de relieve la censura que existe en torno a las vacunas… en el ámbito científico. No se puede hacer la más mínima publicación que pueda poner en entredicho la infalibilidad de alguna tan polémica como la citada. La prensa ha difundido sobre una presunta manipulación científica lo que era el miedo de un investigador a ser señalado como “antivacunas”.
En el ámbito sanitario, científico y cientifista, que también, se ha producido una polémica en torno a un nuevo estudio sobre la vacuna del papiloma que no la dejaría muy bien.
La historia –publica Redacción Médica– comienza con la publicación por parte del medio indio Indian Journal of Medical Ethics de un estudio firmado por Lars Andersson llamado Increased incidence of cervical cancer in Sweden: Possible link with HPV vaccination que relacionaba el aumento de la vacunación contra el VPH en mujeres en Suecia con un crecimiento en el número de diagnósticos de cáncer de cérvix o de cuello de útero, señalando la consecuencia entre uno y otro”.
Claro, la sola hipótesis de que un medicamento pueda contribuir al aumento de casos del cáncer que se supone que ayuda a prevenir no sería buena noticia ni para la sociedad ni para producto y fabricante y de paso para la credibilidad de los sistemas de vacunaciones que hasta que aparecieron en el mercado vacunas como la del papiloma apenas eran cuestionados.
Indagando en el estudio se publicó, primero, que el nombre del autor es falso, un pseudónimo, al igual que es falsa su relación con el instituto sueco de prestigio Karolinska, de donde afirmaba ser asociado del Departamento de Fisiología y Farmacología. Y la prensa ha difundido que estábamos ante un nuevo escándalo científico, un fraude, un fake o bulo, que se dice ahora.
El medio indio, corrigió el artículo retirando el nombre del autor aunque mantuvo la publicación del artículo. También pidió disculpas:
Nos había dicho que usó un pseudónimo porque creía que usar su verdadero nombre tendría repercusiones personales por parte de quienes se oponen a cualquier cuestionamiento de las vacunas. La decepción de los editores del periódico es inaceptable. El autor podía haber pedido confidencialidad, dando razones. Los editores pueden elegir publicar artículos sin revelar el verdadero nombre del autor, si existen determinadas circunstancias que lo justifiquen”, argumentaron en un editorial.
Como indica el médico Juan Gérvas en un extraordinario post en la web de No Gracias que sintetiza el caso:
Algo grave está pasando cuando científicos que cuestionan la seguridad de la vacuna del papiloma tienen que publicar sus datos e hipótesis con pseudónimo. El revuelo producido tras la publicación en el Indian Journal of Medical Ethics de un Comentario que hipotetiza que el importante incremento de incidencia de cáncer cervical ocurrido en Suecia podría deberse a la vacunación incidental de mujeres no vírgenes (probablemente infectadas antes de la vacunación) ha destapado que el autor había remitido el texto bajo pseudónimo ‘porque creía que el uso de su nombre real le habría supuesto repercusiones personales por parte de los agentes que se oponen a cualquier cuestionamiento de las vacunas”.
Gérvas no se quedó ahí y escribió al autor que por correo electrónico le respondió que es profesor de Farmacología ya retirado en el Karolinska. En los siguientes días las presiones internacionales sobre el Karolinska Institute llevaron a que este hiciera un manifiesto negando que el autor trabajara allí.
Es una pena que se trate más del autor y esta polémica que del estudio, como debería de hacerse en ciencia, la cual necesita del debate continuo para avanzar. Parece que interesa más el cotilleo que la información pero sobre todo parecen necesarias las cortinas de humo para que un problema real, que ha aumentado el cáncer de cuello de útero en Suecia, lo que nadie niega, no pueda hacer sombra a la campaña de vacunación del papiloma.
Ese tipo de cáncer ha aumentado en mujeres no incluidas en el programa oficial de vacunación y nadie sabe si se han vacunado (ojo, que como explica el médico español, en nuestro país y suponemos que sucede igual en Suecia, los ginecólogos privados están vacunando sin parar a mujeres de toda edad.
Por otra parte, los resultados de incremento del cáncer en las mujeres vacunadas que previamente habían tenido infección por el virus del papiloma ya lo apuntó la agencia de medicamentos de Estados Unidos, la FDA.
En este blog hemos publicado suficientes ejemplos de censura en el ámbito de las vacunas y en concreto con la del papiloma. No hace ningún favor a las vacunas que de manera sistemática intente obviarse el debate (hay quienes desde el ámbito médico que incluso dicen que no hay debate que hacer sobre las vacunas). Así no pueden corregirse errores y mejorar los programas de inmunización que en muchos casos han conseguido buenos resultados.
Como argumenta Gérvas en su post:
Parece claro que la cuestión es importante y que debería estudiarse y seguirse, siquiera sea por el principio de precaución. Y que en todo caso es absurdo e imprudente el vacunar a mujeres no vírgenes”.
Eso sí, la revista india decidió mantener el texto, por su interés y calidad.
En este contexto de censura, lobby y marketing, entiendo la mesa redonda organizada por el diario El Confidencial patrocinada por Merck, Sharp and Dohme (MSD), el laboratorio que posee la patente de la vacuna del papiloma más vendida en el mundo, Gardasil. A lado de una pizarra en la que podía leerse que entre los valores del citado medio está “mantenernos independientes de cualquier grupo”, se sentaba Manuel Cotarelo, director del Área Médica de Virología y Vacunas de MSD.
Cotarelo estaba en esa mesa para hacer lobby en favor de que crezca el mercado de la vacunación de adultos (y niños en el caso de la vacuna del papiloma que sólo está aplicándose a mujeres). No ocultó sus intenciones el mandado del laboratorio:
Es un error verlo como un gasto [el de vacunas], porque más que un coste es una inversión. El reto principal que tenemos es intentar aumentar las coberturas de vacunación en adultos, y necesitamos todos los recursos que ofrece el sistema sanitario. El acceso a la vacunación adulta de determinadas enfermedades está en estos momentos exclusivamente ligado al sector privado. El 80% del gasto sanitario está vinculado a las enfermedades crónicas. Queremos conseguir que se financien todas las vacunas para el adulto, ya que cada euro invertido supone un ahorro para el sistema sanitario de unos cuatro o cinco euros”.
Pues eso, que si fuera posible toda la pasta para ellos.
…informarse los médicoss y los paciente, cómo?, si no se sabe quién dice la verdad,a quién le creemos?