Cae el mito de la Aspirina diaria “para prevenir”, incluso puede ofrecer algunas “sorpresitas”

El mito de que es bueno tomar una Aspirina al día, estando sanos, para prevenir riesgos cardiovasculares va cayendo. Está tardando pues hace mucho que se sabe que no es así pero cada vez hay más literatura científica que desmonta dicha falacia. Un amplio estudio desvela ahora además nuevos posibles efectos secundarios graves.

El último trabajo lo hemos conocido hace unos días. Se trata del estudio “ASPirin en la reducción de eventos en ancianos” (ASPREE) publicado en el New England Journal of Medicine. Este es un trabajo clínico de grandes dimensiones (ensayo internacional, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo que inscribió a 19.114 personas mayores).

El objetivo ha sido determinar los riesgos y beneficios de la dosis baja diaria de Aspirina en adultos sanos sin episodios cardiovasculares previos. Resulta que la famosa pastilla de ácido acetilsalicílico que creó Bayer no prolonga la vida (entendiendo esta como libre de demencia o discapacidad física).

Pero hay más y es que el riesgo de morir por una variedad de causas, incluido el cáncer y la enfermedad cardiaca, varió y requerirá más análisis y seguimiento adicional de los participantes en el estudio, según los autores.

Para participar en el estudio los sujetos analizados no podían padecer enfermedades para las que tuvieran que tomar Aspirina.

El trabajo comenzó en 2010 y los usuarios del medicamento fueron observados por médicos durante una media de casi cinco años.

En la población total del estudio, el tratamiento con 100 mg de Aspirina en dosis bajas por día no afectó a la supervivencia libre de demencia o discapacidad.

Entre las personas asignadas al azar para tomar el fármaco, el 90,3 por ciento permaneció con vida al final del tratamiento sin discapacidad física persistente o demencia, en comparación con el 90,5 por ciento de los que tomaron un placebo. Las tasas de discapacidad física fueron similares y las tasas de demencia fueron casi idénticas en ambos grupos.

El grupo que tomó Aspirina tuvo un mayor riesgo de muerte en comparación con el grupo placebo (el que tomó una sustancia inerte): el 5,9 por ciento de los participantes que tomaron el medicamento y el 5,2 por ciento que tomaron placebo murieron durante el estudio.

Esto es nuevo, no se había observado en estudios previos. El hallazgo habrá que analizarlo bien en futuros trabajos. Se da la circunstancia de que la mayor tasa de mortalidad en el grupo tratado con el fármaco fue por cáncer. Esto puede deberse a la casualidad pero, insisto, alguien tendrá que estudiarlo.

El aumento de las muertes por cáncer en los participantes del estudio en el grupo de Aspirina fue sorprendente, dado que estudios previos sugieren que el uso de Aspirina mejora los resultados del cáncer“, dice Leslie Ford, directora asociada de investigación clínica de la División de Prevención del Cáncer del Centro Nacional de Salud de Estados Unidos, que apoyó el trabajo.

Otros datos que se comprobaron fueron los relativos a uno de los efectos secundarios de la aspirina más comunes, las hemorragias y resulta que el tratamiento se asocia con un riesgo significativamente mayor de sangrado, principalmente en el tracto gastrointestinal y el cerebro (3,8% de quienes tomaron la pastilla de Bayer frente a 2,7% tratados con placebo).

Los resultados de ASPREE también han servido para determinar si ocurrieron eventos cardiovasculares. Descubrieron que las tasas de eventos cardiovasculares mayores, que incluyen enfermedad coronaria, ataques cardiacos no mortales y accidente cerebrovascular isquémico fatal y no fatal, fueron similares en los grupos de Aspirina y placebo. Luego cae el mito de que este ácido sirve para prevenir estas enfermedades.

La preocupación ha sido la incertidumbre sobre si la ‘Aspirina’ es beneficiosa para personas sanas sin esas patologías. Este estudio muestra por qué es tan importante realizar este tipo de investigación, para que podamos obtener una imagen más completa de los beneficios y riesgos de la Aspirina entre las personas mayores sanas”, dice Richard J. Hodes, director del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés).

Pienso que otras “sorpresitas” podríamos encontrarnos si el estudio abordase los efectos del tratamiento en personas menores de 65 años. Llama la atención lo que otras veces he comentado y es que la Aspirina es uno de los fármacos más antiguos y exitosos. ¿Cómo puede ser que tras tantos años de uso y tan masivo se descubran este tipo de cosas? E insisto, las que quedan por saber.

Como indican los autores del trabajo, los hallazgos de ASPREE necesitan más investigación para determinar si las personas mayores sanas que han estado usando regularmente este fármaco para la prevención de la enfermedad deben continuar o suspender el uso.

Sea precisamente por la antigüedad del principio activo sea por los intereses comerciales, ya se sabe que Bayer tiene mucho poder y no es la primera vez ni mucho menos que coloca en el mercado un producto de dudosa fiabilidad, existen falacias en torno a este medicamento.

Algunas polémicas le han acompañado desde su nacimiento. Por ejemplo, cual es la “dosis correcta de aspirina” pues las recomendaciones de las diferentes instituciones médicas son muy diferentes entre sí. Parece que el masificado uso de uno de los medicamentos más populares de la historia humana ha de ser cuestionado por la falta de evidencias (pruebas) científicas.