Locura alimentaria: soja transgénica, lejana y con pesticidas para que coman los animales que nos comemos
El consumo de carne en Europa es desmesurado hasta el punto de que se crían tantos animales para satisfacer ese mercado que no hay alimento suficiente para dar de comer a toda la cabaña. Es lo que se denomina «déficit proteico». Y para «solucionarlo» hay que importar ingentes cantidades de alimentos proteicos como la soja de lugares del mundo remotos. Soja transgénica, cultivada con pesticidas.
Menuda contradicción: Para fabricar mucha proteína animal, la que comemos que proviene de la carne de los animales, es necesario traer a Europea barcos cargados de proteína de soja con la que alimentarles, luego se cultiva un alimento humano vegetal para alimentar animales que luego nos comemos.
Pero las importaciones de productos agrícolas de la UE se basan en cultivos transgénicos. Según estimaciones de la Comisión, entre 2014 y 2016, la Unión Europea (UE) importó más de 30 millones de toneladas anuales de soja transgénica, lo que equivale al 90% del total de soja importada. Otra paradoja porque en Europa no se puede cultivar alimentos transgénicos.
Los principales exportadores de productos agroalimentarios a la UE son los países de América del Norte y del Sur, donde los cultivos modificados genéticamente se cultivan con profusión. La UE importa grandes cantidades de soja para alimentar a sus animales de granja. Casi el 80 por ciento de la soja que se cultiva en el mundo es transgénica, por lo que se está comprando fuera transgénicos que no pueden cultivarse en la UE.
Mover tal cantidad de soja a través del mundo en la era del cambio climático es otro derroche a añadir a la «mochila ecológica» del sistema productivo de carne y otros alimentos en la UE. Sólo hay que imaginar la cantidad de energía necesaria para traer esos cargamentos y la contaminación que ello provoca.
Quiere sobre todo «más investigación» en transgénicos, se entiende que para convencer a las autoridades europeas de que son buenos, de que solucionarían esa brecha proteica, que nos ahorraríamos el impacto ambiental del innecesario consumo de energía para traer la soja, de que son la solución para el hambre en el mundo o de que no provocan problemas ecológicos.
No deja de ser paradójico que haya gente que para defender la agricultura que usa por sistema muchos agrotóxicos diga que en ecológico están permitidos el cobre o el azufre como pesticidas que también contaminan los suelos. Según Ruiz:
A la hora de hacer la compra apostemos por menos carne y más hortalizas y verduras ecológicas cultivadas lo más cerca de donde residimos posible.
Después de leer este alegato apocalíptico sigo sin entender como la gente cada vez vive más. Ni siquiera entiendo como vamos a llegar a los 9.000 millones en 2050… Yo esto de que lo eco y lo bio van a ser la solución a todos nuestros males, pues la verdad ya estoy un poco cansado de escucharlo. Es cansino ya ver como se demoniza la agroalimentación actual gratuitamente. En vez de demonizarla porque no hablar de que es una realidad que ambas pueden coexistir si se hacen de forma responsable.