Suicidio relacionado con fármacos antidepresivos: indemnizan a una familia que ha sufrido el problema
Una aseguradora acaba de indemnizar la muerte de un hombre que una mañana después de desayunar saltó al vacío en Alicante. Estaba en tratamiento con fármacos antidepresivos, que entre sus bien documentados peligros ofrecen riesgo de suicidio. Es algo que el fabricante del medicamento cuestionado ocultó y hay sentencias judiciales por ello.
La compañía aseguradora ha indemnizado con 40.000 euros a la viuda y evita así una sentencia que habría recaído en un asunto crucial, aunque apenas explorado jurisprudencialmente la posible relación de causalidad entre la ingesta de medicamentos que pueden incitar al suicidio y esta práctica.
El difunto carecía de «antecedentes de patología psiquiátrica«, la muy cuestionable atención sanitaria que acompañó al tratamiento e incluso los potenciales efectos adversos del antidepresivo que le recetaron, precipitaron su muerte.
Esta persona no se suicidó de manera voluntaria, es lo que mantuvo su defensa. La jubilación le había despertado algunas preocupaciones. Dejaba una pequeña empresa que él había creado y en la que seguían trabajando algunos familiares. La situación económica general no le parecía tan boyante como en anteriores épocas pero nada grave.
Lo que sí padeció en aquellos días fue insomnio y consultó con el médico de cabecera. El suyo no estaba y un sustituto le recetó un antidepresivo, la paroxetina y un ansiolítico, lormetazepan.
El insomnio se agravó y además empezó a experimentar un deterioro mental y físico (perdió 15 kilos en unas semanas).
Su mujer cuenta que «empezaron a venirle problemas que no existían, pero que para él sí eran reales» y aparecieron las ideas suicidas.
Me decía, a mí las pastillas no me están haciendo bien. Había dejado de trabajar, pero entonces no se le quitaba de la cabeza que el negocio iba a ir mal», añade su viuda.
De vuelta al centro de salud, esta vez su médico de cabecera le sustituyó el lormetazepan por Orfidal, otro ansiolítico y le conminó a esperar unas semanas a que el tratamiento hiciera efecto. Pero no mejoró.
Mi marido fue a raíz de empezar a tomar la medicación cuando perdió el brillo en la mirada. A veces lo mirabas y era como que no estaba él dentro. Había desaparecido», cuenta la que era su mujer.
Una mañana estaban desayunando juntos en su apartamento frente al mar cuando él se excusó. Al poco ella le encontró muerto en el patio del edificio desde cuya octava planta se había arrojado.
La relación de causalidad entre ingesta de antidepresivos y suicidio era un secreto a voces. Así lo contamos hace cuatro años en uno de los post más leídos y comentados de este blog: Descubierto el fraude con el fármaco antidepresivo paroxetina que incita al suicidio.
Un análisis del ensayo clínico en el que se basó el fabricante, GlaxoSmithKline (GSK), para justificar la receta de paroxetina (Paxil, Seroxat) a niños y jóvenes, revela que es inefectivo y además puede conducir a la muerte.
El de GSK puede que sea el trabajo clínico más perverso de la historia de la medicina.
En un principio, el laboratorio publicó que cinco personas habían cometido suicidio o conductas peligrosas para su vida. La empresa le dijo a la agencia estadounidense de medicamentos, la FDA, que no había diferencia estadísticamente significativa con respecto a lo registrado en el grupo del ensayo que recibió un placebo (sustancia sin efecto en la salud).
Con posterioridad, el fabricante del antidepresivo admitió que en total diez de los 93 pacientes que tomaban Paxil se suicidaron o lo intentaron, mientras que en el grupo de 87 personas que tomaban placebo hubo un episodio de suicidio.
Y ha habido sentencias judiciales en USA que han probado la omisión intencionada de información de parte de la industria farmacéutica y en concreto de GSK con su medicamento antidepresivo Paxil. Un jurado federal de Estados Unidos condenó a la farmacéutica GlaxoSmithKline a indemnizar con tres millones de dólares a la viuda de un abogado de Chicago que se suicidó tras consumir el medicamento Paxil.
Nosotros en el > llevamos precisamente otro caso muy similar al de Alicante ocurrido también en nuestro país. La persona que lo ha sufrido en su familia quiere que el derecho a la información sobre medicamentos sea efectivo pues a ellos nunca les advirtieron de lo que podía ocurrir. Por eso busca otras personas que tristemente hayan pasado por lo mismo y unirse para que no vuelva a ocurrir.
Para prevenir tened en cuenta lo que recomiendan los médicos con criterio de No Gracias: No tome fármacos antidepresivos si puede evitarlo.
Entre los cócteles de agrotóxicos: herbicidas, fungicidas, pesticidas, etc. [https://spip.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/informe-rios-hormonados.pdf], los programas de geoingeniería con sus estelas químicas [http://guardacielos.org/] y las mismas químicas medicamentosas, con los que contaminan la atmósfera, los suelos, los acuíferos y la flora y fauna (incluidos los humanos), nos están generando daños irreparables.
Esta problemática debe ser afrontada mediante un cambio en profundidad (radical) de sistema político por el que regirnos, realmente social, independientemente de cómo se lo quiera etiquetar. (Yo no soy muy amigo de las etiquetas, sino de «Propuestas Políticas para la Construcción del Futuro» concretas, tendientes a afrontar la diversa problemática de forma efectiva y caiga quien caiga.)
Vamos a la deriva. Tiene mucha más fuerza el sistema en el que estamos, que todo lo que se haga, diga o publique.
Estamos, desgraciadamente, en manos de quien ostenta el poder y el dinero.