Covid-19: Andalucía obliga a vacunar de la gripe aunque ello potencia la infección y es inútil

La vacuna contra la gripe incrementa la infección por coronavirus. Esta inmunización interfiere con la respuesta a otros virus. Lo sabemos por un estudio realizado en personal militar de Estados Unidos (EE.UU.). Los militares evaluados que recibieron la vacuna contra la gripe presentaron un riesgo 36 por ciento mayor de sufrir por el coronavirus que quienes no se vacunaron.

El miedo puede hacer que percibamos como buenas las decisiones que tomen las autoridades sanitarias… aunque sus decisiones puedan estar equivocadas o ser radicalmente anticientíficas como es el caso. Es lo que ocurre en Andalucía: La vacunación de la gripe en el próximo otoño será obligatoria para todos los mayores de 65 años y la población considerada de riesgo.

Hasta ahora en toda España, las vacunaciones que están plasmadas en los calendarios son recomendadas, no obligatorias.

Pero la pandemia de coronavirus provoca que políticos preocupados por su imagen, estén deseosos de ofertar una «salvación fácil»; hacer creer a la población que hacen algo ante la emergencia sanitaria.

Hasta ahora la vacuna de la gripe sólo se recomendaba a las personas de 65 años o más, embarazadas, personas con patologías crónicas a partir de seis meses de edad y personal sanitario y perteneciente a profesiones esenciales como Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, bomberos, etc.

De manera voluntaria. El próximo otoño será OBLIGATORIA.

¿Cuales son los problemas que acarrea la medida?:

• El autoritarismo que choca con la ley de Autonomía del Paciente, por la que las personas (en este caso sana además) pueden elegir con libertad los tratamientos que consideren necesarios y rechazar los que no deseen.
• Lo que comentamos al principio: La vacuna de la gripe se ha asociado a cambios en la respuesta a la infección por coronavirus. Es decir, existe interferencia entre esa inmunización y el coronavirus.
• La vacuna de la gripe es prácticamente inútil: no disminuye ni la transmisión de la gripe, ni las hospitalizaciones, ni las neumonías, ni las muertes. De cada 100 vacunados contra la gripe sólo uno deja de pasar la gripe (a 99 no les ayuda en nada bueno).
• Ofrece riesgos y puede provocar daños. Así ocurrió durante la pandemia que no llegó a ser tal, de gripe A. La vacuna marca Pandemrix del laboratorio GlaxoSmithKline (GSK) provocó narcolepsia, daños relevantes en el sistema nervioso de un número indeterminado de personas que se la pusieron.

La documentación científica, como vemos, va por un lado y los gobiernos que se aprovechan del miedo de la gente por otro, incidiendo en su manipulación y atentando contra la salud (y el herario) público.

Hay precedentes de esta manera de obrar. Cuando hace unos años murió por difteria un niño en Olot, el lobby de los pediatra relacionados con los laboratorios fabricantes de vacunas logró que se impusiera la vacuna de la varicela, Varivax, en la primera infancia, contra la salud pública, aprovechándose de la situación.

Esa vacuna estaba recomendada a partir de los doce años para quienes no hubiesen pasado de manera natural la enfermedad, pero se impuso anticientíficamente a la infancia abriendo un nuevo mercado, más amplio, para ese tratamiento (y para el laboratorio que lo fabrica que desarrolló todo su arsenal «persuasivo» para conseguirlo).

Es un grave fallo de industrias y gobiernos tolerar la falta de efectos clínicos importantes esperables de la vacuna de la gripe. NO ESTOY EN CONTRA DE LA VACUNACIÓN, sí del autoritarismo y de las decisiones anticientíficas que ponen en riesgo la salud pública.