¿Porqué las secuelas mentales del aislamiento social por la pandemia no se han reflejado en los servicios de salud mental?
¿Os acordáis que hubo un tiempo en el que estuvimos varias semanas encerrados en casa porque había una pandemia? Muchas personas lo llevaron mal (por suerte yo no pues aproveché para comenzar un nuevo proyecto). Ahora la Fiscalía General del Estado extraña que pese a los graves y numerosos daños psicológicos de una medida como el aislamiento social la población no haya acudido a los servicios de salud mental en la cantidad que se esperaba…
La Fiscalía General del Estado, en su Memoria del Ministerio Fiscal de 2021, ha mostrado su preocupación ante los bajos ingresos psiquiátricos registrados en 2021. La noticia debería ser buena, cuantos menos ingresos más sana está la población se entiende.
Con razón apunta la Fiscalía a que se
preveían importantes secuelas» en los ciudadanos consecuencia del «aislamiento social» del Covid-19. Esta situación, siempre según la alta institución del Estado: Presagia la existencia de patologías ocultas«.
La huella psicológica que esta pandemia está dejando en la sociedad, que afecta a todas las franjas de edad, a todos los grupos sociales y colectivos profesiones y «se concreta en un empeoramiento palpable de la salud emocional general».
Explica la Fiscalía del Estado:
Solo como ejemplo nos podemos referir a la depresión de muchas personas por las condiciones en que ha tenido lugar el fallecimiento de sus familiares; a la profunda tristeza de nuestros mayores privados de todo contacto físico con sus seres queridos en este tramo tan vulnerable de la vida.
También «la irritación y frustración de los menores quienes se han encontrado con unas limitaciones vitales imposibles de entender; a la ansiedad generada en los adolescentes que se han visto privados del necesario contacto social preparatorio para la madurez
(…) la inseguridad del trabajador por la situación económica del país o simplemente la intranquilidad del asintomático ante el riesgo de poder ser el causante de un contagio impensado».
El Ministerio Fiscal señala que el año pasado se dictaminaron 60.253 internamientos psiquiátricos involuntarios. Esta cantidad sí aumenta respecto del año 2020 (+4,6%), pero no recupera los niveles del año prepandemia, respecto del que supone un -7,5%.
[pullquote]Esto es una «barbaridad» en palabras de mi compañero en el >, el abogado Francisco Almodóvar.[/pullquote]
Es delicado el asunto. Muchas veces no se respeta el derecho del paciente a tener un abogado más el derecho a la impugnación del informe médico forense en el que se basa el juez para ingresar», comenta Almodóvar.
Y luego los tratamientos psiquiátricos, tan polémicos y dañinos y la falta de consentimientos informados más el régimen de visitas, tan escaso, los errores o hipersubjetividad en el contenido de las historias clínicas, etc.
Es preocupante el dato porque se preveían importantes secuelas por el aislamiento social impuesto”, según la propia Fiscalía. ¿Existen pues patologías ocultas que la postpandemia no ha aflorado.
Y otra cosa interesante que comenta en su informe anual la Fiscalía:
Se ha incrementado de manera muy importante la litigiosidad con la pandemia y sobre todo con la autorización judicial de medidas sanitarias afectantes a derechos fundamentales.
Relata la Memoria cómo la litigiosidad afectó de manera generalizada a toda la actividad pandémica, habiéndose impugnado desde la cobertura jurídica de la declaración del estado de alarma, hasta las diferentes medidas adoptadas para luchar contra la crisis sanitaria.
Y la Fiscalía reconoce un fallo:
Como al ser distintas las autoridades de las que emanaban las respectivas órdenes, ello dio lugar a resoluciones de órganos judiciales diferentes, lo que provocó no pocos momentos de inseguridad jurídica«.
Al hilo de lo anterior, el tema de la salud mental de la población, la Fiscalía ha pedido un mayor control de dicho internamientos de manera rutinaria en patologías crónicas o degenerativas. Además, ha reclamado más recursos en el medio comunitario que atiendan los problemas de salud mental.
Así que ya lo sabéis puede que haya una «epidemia fantasma» de daños mentales en la población que aún no ha visto la luz y lo hará en próximos meses y años.