Cuando no se tiene nada no se tiene miedo

Lúcida, siempre lúcida, pese a estar gravemente enferma de Sensibilidad Química Múltiple (SQM), Eva Caballé suelta sus verdades a los cuatro vientos en su blog reproduciendo un artículo que ha escrito para la revista Delirio. Toca el tema del marketing del miedo. Qué gran verdad Eva, cuando no se tiene no se tiene nada que perder. El miedo es muy efectivo en quien es poseedor por eso los vendedores de miedo, los que aplican las estrategias de marketing del miedo, tienen miedo a la población organizada, cuando esta se organiza, así que ya sabemos lo que hay que seguir haciendo. Cada vez más personas tienen nada y por ello han perdido el miedo.

Eva2El artículo de Caballé:

El miedo es una herramienta de coerción e intimidación muy útil para silenciar y controlar. Una amenaza silenciosa sutilmente te recuerda que puedes perder lo que tienes. No te quejes, no hagas ruido, porque puede empeorar tu situación hasta convertirse en un infierno. Atemorizar a las masas para que no se atrevan a rebelarse, censurando y deformando la realidad.

Pero el miedo es un arma muy peligrosa cuando se aplica a quien poco tiene que perder. Cuando tú día a día es la lucha por la supervivencia, cuando vives una realidad paralela que nadie de los que te rodea puede ni tan sólo imaginarse, pierdes el miedo a este miedo abstracto que quieren infundirte, si es que alguna vez tan siquiera lo has tenido. La realidad cruda y desgarradora se impone. El condicional y el futuro desaparecen ante un presente que avasalla y no deja espacio para nada más.

Aquí, ahora, es todo lo que importa y el miedo al miedo es meramente irrisorio ante los problemas reales que te obligan a actuar sin tregua para seguir adelante, para simplemente sobrevivir. Cuando cada día es una batalla real que pone a prueba tu fuerza física y mental, el miedo al miedo no es nada más que una falacia, una ridícula amenaza frente a los obstáculos innegables del submundo en el que te has visto abocado a vivir.

A veces te atreves a asomarte por la ventana en un arriesgado juego para ver cómo viven los supuestamente más afortunados y te impresiona ver la gente paralizada por un miedo irreal que los mantiene adormecidos y viviendo sin sentir. Es casi trágico ver cómo pasan por la vida de puntillas, atemorizados, anestesiados, controlados y sin ni siquiera darse cuenta.

Los que nos ha tocado vivir diariamente situaciones límites, como los afectados de Sensibilidad Química Múltiple; los que de un día para otro hemos sido relegados a ciudadanos de segunda, sin derechos pero aún con todas las obligaciones; los que nos hemos convertido en nómadas gracias a un mundo envenenado que está agonizando donde se nos roba nuestra salud, nuestra vida, nuestros sueños; nosotros no tenemos miedo al miedo, porque no hay margen para la cobardía ante una realidad que sobrepasa cualquier miedo que nos quieran infundir para intimidarnos, dominarnos y en definitiva anularnos.

Lo que nos temíamos ya nos ha pasado. Ya no tenemos nada a lo que temer.

(Eva Caballé, afectada de SQM y colaboradora habitual de Delirio-Revista desde 2009, ha conseguido remover conciencias desde su única ventana al exterior, Internet. Tras el éxito de su artículo traducido a nueve idiomas, Nacemos desnudos, en nuestra tercera publicación, Delirio 3 – El desnudo, publicó su libro, igualmente exitoso, Desaparecida. Una vida rota por la Sensibilidad Química Múltiple. Sus objetivos son claros: Luchar para que este terrible mal sea reconocido como enfermedad y para que los que lo padecen tengan los mismos derechos que cualquier otro enfermo crónico.)

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3 comentarios

  1. Gracias por tu lucha, Eva.

    COMPARTO TOTALMENTE TUS PALABRAS… Yo hace muchísimos años que perdí el miedo y sobre todo, el miedo a decir lo que pienso creo que lo perdí el día de mi nacimiento…. Así me ha ido por la vida ¡pero no me importa que a la gente le molesten las verdades! y seguiré con mis valores hasta el final, aunque ello me suponga diariamente nuevas decepciones.

    Ahora mismo, creo que solamente tengo miedo a volver a caer en manos de médicos desaprensivos e inhumanos… Debe de ser por eso, que ya paso de casi todos (con muy pocas excepciones, que haberlas haylas).

    La pena es la lentitud con que se tramitan los pequeños logros, y algunas ya no podremos ver los cambios.

    Cúidate mucho y sigue luchando!

    Un abrazo

  2. Muchas gracias Miguel por dedicarme esta entrada. Tienes razón que cada vez somos más los que hemos perdido el miedo, porque el mundo está cambiando a pasos agigantados y no en la dirección correcta, expulsando cada día a más y más gente de esta supuesta sociedad del bienestar. Entre tóxicos, mentiras y estrategias de coerción al final conseguirán que nadie tenga miedo y ya no nos puedan controlar más.

    Un gran abrazo y gracias por todo tu trabajo,

    Eva

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