Cuáles son los errores de medicación en pediatría
La seguridad de los medicamentos en pediatría siempre ha sido motivo de polémica pues como los ensayos clínicos para probar medicamentos suelen hacerse en adultos, en niños su receta se hace «a ojo».
Son escasos los estudios que han analizado los errores de medicación en los pacientes pediátricos que acuden a los servicios de Urgencias.
Un estudio publicado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) lo que ha hecho es caracterizar los errores de medicación detectados en la población infantil. Y han determinando su gravedad, los procesos afectados, los medicamentos implicados y los tipos de errores y causas asociados.
La incidencia de los fallos con la receta son del 0,2% entre las casi 100.000 visitas a Urgencias, 218 errores de medicación, de los cuales 74 (33,9%) causaron daños (eventos adversos por medicamentos).
Es un dato bajo pues hay análisis de mayor calado que apunta a una incidencia de errores de medicación que causaron daños de entre el 0,5% y el 3,3% (y entre el 20 y el 66% eran prevenibles).
Pues bien, la mayor parte de los fallos se producen durante la prescripción, dos de cada tres, y luego por la automedicación.
Los tipos de errores más frecuentes fueron: dosis incorrectas (51,4%) y «medicamento inapropiado» (46,8%). Y ¿cuáles fueron los fármacos más comúnmente implicados en los errores con daño? Pues los antiinfecciosos (63,5%), sobre todos las diferentes penicilinas (amoxicilina y su asociación con ácido clavulánico).
También destacan los fallos debidos a la utilización de una dosis excesiva de paracetamol.
Una de las cosas preocupantes de todo esto son las causas de los errores de medicación, y es que la principal es la «falta de conocimiento del medicamento» (63,8%), es decir que buena parte de los profesionales no conocen bien el arsenal terapéutico del que disponen, y eso en Urgencias.
También parece grave que otra de las causas de estos daños sea la «falta de seguimiento de los procedimientos» (48,6%) y es que si te recetan algo, pero luego no se hace un buen seguimiento puede usar mal ese fármaco y dañarte.
Por último, está la «falta de información del paciente» (30,3%); si los profesionales no conocen los remedios… imaginaros la población.