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Con las vacunas VPH hay más cáncer y mortalidad por todas las causas

Las vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) aumentan significativamente el cáncer y la mortalidad por todas las causas sin pruebas de una reducción de los cánceres relacionados con el citado virus.

La vacunación VPH comenzó en Estados Unidos en 2006, y en España en 2008, siendo el primer país del mundo en que se documentaron graves daños. Pues bien, dicha inmunización se asocia a mayor mortalidad global y a mayor mortalidad por todo tipo de cáncer (sin disminución de la mortalidad por cáncer de cuello de útero).

En este texto se analizan muchos estudios y se documenta la falta de eficacia de las vacunas del papiloma en la prevención del cáncer de cuello uterino y sus graves efectos adversos que llevan a lo anteriormente citado.

El documento es la versión en español del informe de MedCheck, boletín fármaco-terapéutico japonés (uno de los mejores del mundo), y se hace eco del mismo Equipo CESCA, con los médicos Juan Gérvas y Mercedes Pérez a la cabeza.

Os aconsejamos leeros entero el informe, pero si lo deseáis os ofrecemos un resumen:

El trabajo japonés que analizamos (recordemos que en Japón se retiraron estas vacunaciones en 2013 al poco de introducirse, y han estado sin financiación del Estado nueve años), revisa el riesgo general de incremento del cáncer, de la mortalidad por cáncer y de la mortalidad total.

También analiza la eficacia de esta inoculación en la reducción de la incidencia de cáncer invasivo relacionado con el VPH.

Y resulta que el metaanálisis de dos ensayos clínicos a largo plazo de vacunas contra el VPH en mujeres de 24 a 45 años demostró que la mortalidad total y la mortalidad por cáncer se multiplicaron por 5,0 y 7,4 veces, respectivamente.

Ningún ensayo demostró impacto alguno en la incidencia del cáncer invasivo relacionado con el VPH.

Aunque no hay ensayos clínicos que demuestren que la vacuna VPH reduzca la incidencia de cáncer cervicouterino invasivo (al que va dirigido), hay cinco estudios observacionales que indicaban una reducción aparente del cáncer de cuello de útero (o relacionado con el VPH). También un estudio observacional que demostraba una aparente reducción del cáncer anal en mujeres.

Sin embargo, cuentan Gérvas y Pérez, que estos aparentes efectos protectores desaparecieron tras ajustar por el efecto del sesgo de “salud” (“más sanos vacunados”). Es decir, no se tuvo en cuenta el posible impacto del estado de salud previo a la vacunación. 

El sesgo de salud es muy frecuente en actividades preventivas pues son los más sanos los que más “adoran” la prevención. Se vacunan las personas más sanas, y eso lo sabemos y se ha demostrado siempre, con respecto por ejemplo a la vacuna de la gripe, de la covid y del papiloma. Por ejemplo, con la vacuna de la covid, hay menos muertes entre los vacunados cuando no hay epidemia de covid… porque se vacunan los más sanos.

Es más, entre las mujeres que recibieron la vacuna contra el VPH a la edad de 17 o más años, se multiplicó por 2,8 la incidencia de desarrollar cáncer anal.

Otra conclusión de los investigadores japoneses es que tras esta vacunación, son frecuentes los efectos adversos graves de la vacuna contra el VPH, como enfermedades autoinmunes, problemas cognitivos y trastornos del movimiento.

En Japón se reanudó la recomendación de la vacunación contra el virus del papiloma humano en abril de 2022, por eso os decíamos que tras 9 años de su suspensión. Pero resulta que si todas las mujeres japonesas de 25 a 44 años recibieran la vacuna contra el VPH, las muertes anuales, comparadas con las muertes por cáncer de cuello de útero (516 en 2022), podrían aumentar:

1. Hasta 24 veces (mínimo 10) por todas las causas.

2. Hasta 12 veces (mínimo 4) por cualquier tipo de cáncer.

¿Qué explicación puede haber para esto? Pues que la administración de la vacuna contra el VPH estimula el desarrollo de neoplasias malignas subclínicas, quizá por su capacidad inmunosupresora.

“Del mismo modo -me cuenta Juan Gérvas- que lo logran inmunosupresores potentes como los de la calcineurina empleados en los trasplantes que
inducen el rápido desarrollo de neoplasias malignas subclínicas”.

Que la vacuna del papiloma fue polémica desde su mismo origen no cabe duda. Estos daos tantos años después de su introducción en el mercado la dejan en muy mal lugar. Para el Equipo CESCA:

 Las vacunas contra el VPH deberían retirarse”.

Gérvas y Pérez.
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