Vacunas miguel jara
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¿Por qué en las campañas de vacunación no se ofrece de manera correcta el Consentimiento informado?

La campaña de vacunación de la Covid y la gripe ya ha comenzado. Claro, más allá de la baja eficacia de estas vacunas (por no decir su inutilidad, la de la gripe solo evita un caso por cada 100 vacunados. A 99 no les vale para nada bueno. Y no evita ni complicaciones, ni muertes, ni ausencias al trabajo).

Y conocido también es que durante los ensayos clínicos de las vacunas Covid-19 se produjeron más daños (incluyendo muertes) en los vacunados. La relación de graves efectos adversos incluye enfermedades graves cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus, etc.), neurológicas (mielitis transversa, encefalitis, etc.), autoinmunes (Guillén Barré, miastenia gravis, hepatitis, pancreatitis, etc.), entre otras patologías.

Una explicación:

Las vacunas ARNm hacen que las células del organismo fabriquen la proteína espícula del virus SARS-CoV-2 y nuestro sistema inmune reacciona generando anticuerpos frente a dicha proteína espícula. Sin embargo, un motivo de preocupación es que la proteína espícula del virus es responsable del desarrollo de las patologías asociadas a la infección por Covid.

Por tanto, es razonable pensar que esta proteína espícula, originada por la traducción del ARNm de la vacuna, podría desencadenar igualmente cuadros clínicos similares a los producidos por el virus

Cabe preguntarse pues si se hacen bien las cosas y se entrega como debe ser un Consentimiento informado a quienes desean vacunarse, para que sepan sobre la efectividad y seguridad de esas vacunas.

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Vacunas sin Consentimiento informado

Existe la obligación legal, por parte de los profesionales sanitarios, de dar toda la información sobre los efectos secundarios y efectividad de cada vacuna antes de administrarla. Suele hacerse de forma verbal (solo en caso de operaciones quirúrgicas se entrega por escrito) y tener el tiempo suficiente para reflexionar y decidir tranquilamente si vacunarse o no.

La realidad es que la población no suele recibir tal documento de Consentimiento (yo mismo he podido comprobarlo, y es algo generalizado).

Es muy común que esos profesionales no te den para leer ni siquiera el prospecto de la vacuna y la mayoría de las veces los efectos secundarios son minimizados (quizás porque ni los propios profesionales los conocen ya que nadie se los ha explicado).

Muchos padres y madres, no conocen sus derechos, no reciben está información y luego lamentan las consecuencias. Otro de los convencionalismos asumidos es que si, por ejemplo, llevas a tu hijo a vacunar antes de conocer todas las consecuencias negativas que probablemente pueda tener y le vacunas sin estar convencido, luego si hay problemas, no puedes demandar por no haber recibido toda la información sobre los efectos secundarios de la vacuna si los sufre.

Hay una corriente que viene a decir que padres y madres están dando el consentimiento de forma tácita por el simple hecho de llevar a vacunar a su hijo , aunque no reciba la información sobre la efectividad y los posibles daños que pueda ocasiones una inmunización determinada. Es decir, que consientes la intervención a efectos legales. Y lo peor es que hay jueces que están aplicando esta injusta teoría.

Consentimientos informados aberrantes

También se da el caso de ofrecer Consentimientos informados aberrantes. Fue el caso de lo que hizo la Junta de Andalucía , la misma que ahora vacuna a los niños de la gripe en los colegios, la que envió un consentimiento informado para aplicar la vacuna de la Covid-19 de Pfizer a niños de entre 5 y 11 años. Es el documento que hubieron de firmar las familias que decidieron vacunar a sus niños (ya que estos al ser menores han de estar tutelados por sus mayores). En dicho consentimiento encontramos algunas cosas muy preocupantes.

Por ejemplo, se hacía responsables a los progenitores que no deseasen vacunar a sus vástagos, de las consecuencias que ello implicara si había problemas con la enfermedad.

Se daba a entender que no vacunar es igual a poner en riesgo la vida de los niños cuando sabíamos que aunque la incidencia de la Covid en la infancia estaba siendo mayor en esas fechas, la mortalidad en ese grupo de edad es casi nula.

En ese consentimiento «desinformado», o mejor dicho directamente mentiroso, se llegaba a decir que los daños de la vacuna de Pfizer eran leves, lo que ya sabemos que no es cierto por lo comentado arriba: Los vacunados padecieron en los ensayos clínicos más daños graves y muertes que los no vacunados.

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