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América Latina acoge la vacuna cuestionada en USA y Europa

Resulta que el Consejo de Ministros español ha fijado con las Comunidades Autónomas las condiciones de la adquisición de vacunas del calendario infantil y otras, para adultos en grupos de riesgo o que vayan a viajar a determinados países. En total, se ha acordado la compra de alrededor de 10 millones de dosis de las distintas vacunas. Llama la atención que una vacuna como la del papiloma humano continúe financiada siendo tan cara como es, más grave aún en un marco de crisis financiera y recortes sanitarios -entre otros- y que es una vacuna innecesaria, poco eficaz e insegura y de esto dan fe desde la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP).

Más si cabe, llama la atención que, como afirma el Ministerio:

«en la actualidad, la edad de vacunación está en estudio en la Comisión de Salud Pública».

Es decir, no se tiene todos los datos sobre la aplicación de un producto pero se compra (bueno, el acuerdo con el Ministerio no lo han firmado cinco de las comunidades autonómas, la mayor parte de ellas entre las más ricas) y se aplica en nuestro país a niñas de entre 11 y 14 años oficialmente, aunque no se sabe por qué (todo esto es de una evidencia científica pasmosa).

Esta vacuna, por suerte, no termina de convencer en nuestro país aunque muchos responsables que no merecen tal calificativo y otros negligentes continúen empecinados en su promoción. Donde sí están «triunfando» los laboratorios fabricantes es en América Latina. De nuevo se repite la historia y lo que por aquí no queremos se le endosa a países cuyos responsables sanitarios parecen menos informados. Así, en Ecuador han recibido a esta vacuna con los brazos más abiertos que a Julian Assange, sólo que este lo merece y la vacuna no. En Ecuador se está realizando una fuerte campaña de introducción de la del papiloma y hay médicos que nos escriben preocupados por ello pidiendo más información que la que les ofrecen las autoridades, que suele corresponderse con la que dan los fabricantes. Hay que recodar que en Argentina han conseguido lo que aquí no pueden, que su aplicación sea obligatoria. Una aberración.

En Colombia su gobierno también está haciendo bandera de la distribución de la polémica vacuna. Es cierto que para entender mejor  el por qué de su aplicación en determinadas áreas geográficas es bueno saber lo que me comentaba hace unos meses una de las personas que más saben de farmacovigilancia del país colombiano:

«La relación costo/efectividad puede terminar siendo favorable dado que se han reducido precios de manera importante. Hasta hace algunos meses (años) existía mucha controversia sobre los beneficios reales de la vacuna en función de los desenlaces medidos en los ensayos clínicos, sin embargo se ha reconocido que por razones éticas no habría otra manera de medir los desenlaces. Así mismo hay que considerar la importancia epidemiológica del tema en la región dado que es una causa importante de morbi-mortalidad y no existen estrategias de prevención primaria y el cribaje (barato y con demostrada efectividad) no alcanza el cubrimiento deseado por barreras geográficas y culturales».

Lo cierto es que con o sin vacuna las mujeres andinas no deben dejar de hacerse los cribajes ya que la vacuna no proteje en su totalidad, ni mucho menos, su prevención es incierta. Más le valdría al gobierno colombiano hacer un esfuerzo por expandir esas medidas relativamente sencillas, baratas y sin efectos adversos, además de sumamente eficaces, como comenta mi interlocutora, pero la presión de la industria farmacéutica multinacional en Colombia es inusitadamente fuerte. Sus intereses van aparte de la industria local (tienen patronales diferenciadas) y las multinacionales han llegado a disponer de sillón con voz y voto en la agencia de medicamentos colombiana.

Por si lo que falta, además de vergüenza, es información, pueden consultar lo mucho que hemos publicado en este blog y el capítulo de La salud que viene dedicado a la campaña de marketing del miedo y lobby que realizaron sus fabricantes para comercializarla por estos lares.

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Un comentario

  1. Miguel, tu artículo, en relidad no necesita mucho comentario pues lo explicas perfectamente y ya estamos acostumbrados a esas cosas del binomio farmacéutico-político. Para mi, por el echo de que sea en latinoamérica, no deja de ser realmente vergonzoso y patético.

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