Fraude en las emisión de radiaciones de los teléfonos móviles. Hubo un DieselGate y hay un PhoneGate
Nos encantan los teléfonos móviles pero emiten radiaciones electromagnéticas y hoy estamos más radiados de lo que pensamos. ¿Por qué? Porque las compañías que venden los terminales han ocultado de manera sistemática que sus emisiones son mucho mayores de lo que marcan las leyes hechas para proteger la salud pública.
Así lo ha descubierto y lo advierte el médico francés Marc Arazi. Este profesional sanitario destapó en 2016 el llamado PhoneGate -el fraude de los fabricantes de móviles a la hora de certificar la tasa de radiación de sus modelos en cabeza y cuerpo (SAR), que en Europa es de 2.0 Watios por kilogramo (W/Kg) de peso.
Arazi ha venido a España a la jornada informativa “5 G y salud en la sociedad de la información”, celebrada en la Asociación de la Prensa de Madrid y organizada por la asociación de pacientes EQSDS (Electro y Químico Sensibles por el derecho a la salud). Y ¿qué es lo que cuenta este galeno? En sus palabras:
6.000 millones de usuarios de móviles han sido engañados por los fabricantes de móviles” al haber estado expuestos a una radiación “más de 20 veces por encima del umbral reglamentario”.
Por ello, tras dos años de trabajo de PhoneGate Alert -la asociación creada para liderar esta causa- ha conseguido que en Francia se empiecen a retirar móviles del mercado y que otros actualicen su SAR aunque advirtió que no pasarán por ningún control los móviles de segunda mano ni otros dispostivos como las tabletas y los PC.
Pero Arazi pretende ir más allá haciendo que la misma retirada de móviles se haga en otros países (lo cual afectará a 250 modelos) y seguir con las acciones legales internacionales contra los empresarios implicados ya que asegura que
el PhoneGate será diez veces más importante que el DieselGate. Los efectos de los campos electromagnéticos en las personas son conocidos y veraces pero no hay controversia cuando hablamos de salud y telefonía móvil”, afirmó Arazi que ha conseguido que el gobierno francés publique los informes con las pruebas de los controles de radiación de los teléfonos.
Además, este médico preocupado por la salud de la pública ha impulsado una nueva norma que mide la radiación en la piel a 0 milímetros de la misma, en vez de cómo se hacía con la anterior normativa que situaba los medidores a entre cinco y 20 centímetros de distancia, al inadecuado para el uso real de un teléfono por motivos obvios, lo pegamos a nuestra oreja y prácticamente al cerebro mientras hablamos por él.
El problema que se avecina ahora es el despliegue del 5G que significa más potencia de emisión de las antenas para abarcar más datos de los terminales. Mientras que los científicos independientes piden que se reduzcan las tasas de radiación a 0,1 mW cm₂, la red 5G superará con creces esos valores, advierte Ceferino Maestu, director del Laboratorio de Bioelectromagnetismo de la Universidad Politécnica de Madrid.
Puede parecer ciencia ficción pero no lo es. La existencia de hipersensibles nos adelanta lo que puede ser una epidemia a medio plazo pues todos somos susceptibles de padecer el problema. Pero la información no llega a la sociedad por su escasa presencia en los medios y porque, para abordar un problema, primero hay que reconocer que existe. Pero uno de los impedimentos es la poderosa industria que hay detrás”, abundó durante la conferencia Minerva Palomar, presidenta de EQSDS.
Esta vulnerabilidad a los campos electromagnéticos también la determina nuestra naturaleza electrosensible y el hecho de que evolutivamente no estamos adaptados a convivir con tal magnitud de campos artificiales. Estos afectan a la glándula pineal y su producción de melatonina.
Esta hormona es responsable de mantener el reloj biológico central en hora para que los ritmos circadianos y todas las funciones de nuestro organismo trabajen en sincronía. Pero también es un gran protector antitumoral, según aportó en una ponencia el doctor Darío Acuña, catedrático en fisiología de la Universidad de Granada.
Bernardo Hernández Bataller, Impulsor del Dictamen aprobado por el CESE (Comité Económico y Social Europeo) sobre hipersensibilidad electromagnética en 2014, expuso el proyecto que, por conflictos de interés nunca vio la luz. Este dictamen habría sido pionero en favorecer el reconocimiento de los derechos de las personas electrohipersensibles, su discapacidad funcional, el acceso a ciertas prestaciones y las medidas para prevenir el aumento de casos aplicando el principio de precaución en el ámbito laboral:
No puede hacerse caja haciendo que las ciudades se vuelvan inalámbricas sin pensar en las consecuencias. Hoy los electrohipersensibles nos jugamos la vida porque es imposible estar en un lugar que te produce toda esta sintomatología: pérdida de memoria, dificultad para razonar, para hablar, pérdida de movilidad, de equilibrio, desorientación, dolor, problemas en el corazón… Por eso necesitamos tecnología verde, segura y biocompatible”, concluyó.
El pasado 1 de noviembre la comunidad científica independiente hizo dos nuevos llamamientos (5G Space Appeal y The EMF Call) solicitando a la ONU, la OMS y los gobiernos la moratoria de la 5G y el 5G espacial que repercutirán en la mayor la exposición de las personas y el medioambiente.
Muchas gracias por recopilar y ofrecer esta información. Haremos la difusión que podamos.
Al final es lo de siempre, si hay daños físicos, ¿quiénes serán los responsables penales y civiles? (y por favor que no sea solo el estado civilmente como siempre, pues ese dinero público es para otras cosas, a ver los directivos de las compañías, los políticos que lo permitieron, los científicos que decían que no hacía nada, etc., aunque muchas veces es mejor el estado que nada, que es lo que suele ocurrir).